Volvimos ||Editada||

23 ||Editado||

Narra vilu

Ya llegó el tan esperado día, papá y Priscila se van a casar. Yo ya estoy lista, estoy en el cuarto de ludmila esperando a que se termine de alistar para bajar. Van a estar amigos y familiares de Priscila y papá aunque también van a estar los del estudio. No solo los chicos sino también los profesores. Ambos estudios estarían en el salón. El que más me importa de todos los invitados es León, lo extraño tanto. Ojalá pudiera contarle toda la verdad, no quiero seguir mintíendole.

Estaba escribiendo en mi diario hasta que el sonido de la puerta me interrumpe.

— Chicas, las estamos esperando abajo. — Les recordó Luna.

— Ya vamos, a penas Ludmila se termine de alistar salimos. — Le avise.

— Bueno, pero rápido por favor. Solo faltan ustedes. — Comentó rápidamente.

— Okey.

Cuando mi hermana salió volví la vista a mi diario. Pase unas cuantas hojas para ver lo que había escrito en el pasado. Me detuve cuando llegue al dibujo, ese que hice cuando estaba confundida entre León y Tomás.  La hoja arrancada le pertenecía al de Tomás. Nunca pude desacerme del de León. Volví a la página en la que escribía y suspiré.

Nunca tuve el valor de sacar las cosas que me recuerdan a él de mi vida. Desde que lo conocí el día que me salvó no dejo de pensar en él, ni siquiera un minuto. Yo canto y pienso en el, estoy con mis amigas y pienso en él, estamos en un show y pienso que él estoy con Diego y pienso en él. En todo lo que hago León siempre está y eso nunca lo voy a poder cambiar. Porque mi corazon tiene su nombre escrito y nunca nadie lo va a poder borrar.

— Ya estoy. — Aviso Ludmila sacándome de mis pensamientos.

— Bueno. — Cerré mi diario, lo deje arriba de su cama y me pare. — ¿Estás lista para volvernos hermanas? — Pregunté tomando sus manos nerviosa.

— Si. La verdad desde que volviste me encariñe bastante con vos. — Confeso y yo sonreí.

— Si, yo también. — Admití. — La verdad siempre supe que muy en el fondo vos no eras mala. Que todo lo hacías por una razón, la cual aún desconozco, pero me alegro de que vos vayas a ser mi hermana.

— Estoy agradecida de que la vida te haya puesto en mi camino. Vos Fede y Naty son las principales personas que me hicieron cambiar. — Al escuchar eso la abrace, ya me estaba emocionando.

— Yo también agradezco haberte conocido. — Murmuré separándome. — ¿Vamos? — Pregunte recordando que ya era tarde.

— Si.

Salimos de su cuarto y bajamos. Al parecer Luna no bromeaba al decir que solo falta amos nosotras. Ya que, al escuchar nuestros tacones, la gente volteo a vernos. Ludmila iba adelante mío, sentía todas las miradas sobre mi pero una en especial me llamó la atención.