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Cuando Luna llegó a su casa horas después Violetta tocaba el piano en la sala.

— ¿Se puede saber la causa de esa sonrisa hermanita? — Pregunto mirándola cuando escucho la puerta cerrarse.

— Matteo y yo estamos juntos. — Contó dejando sorprendida a la chica. — Y Nina y Gastón volvieron. — Eso la asombro más.

— ¡Pudieron solucionar las cosas! !Que bueno! — Exclamó acercándose a ella feliz.

— ¡Si! Estoy muy contenta. — Miro a su hermana y suspiro. — ¿Ustedes? ¿Cómo van las cosas?

— Bueno, ultimamente noto raro a Diego,  es como si... Algo hubiese cambiado, no es lo mismo. Ya no hay ni un poco de química. — Explico.

— Bueno. Pero esa puede ser una excusa para terminar con él y estar con León. — Comentó intentando verle lo positivo.

— Si pero, igualmente quiero sabe porque está raro. Quiero asegurarme de que está bien antes de terminar con él.

— Bueno si. Pero tené cuidado, puede estar pasando algo que nunca te imaginaste. — Sugirió dejando a su hermana confundida.

— ¿Por qué lo decís? ¿Vos sabes algo?

— No. Sólo te lo digo porque, no se. Tengo un mal presentimiento. Pero si se algo te digo, sos mi hermana y nunca te mentiría. — Le recordó y Violetta volvió a sonreír.

— Yo tampoco, confió plenamente en ti - Confesó y se abrazaron — Te quiero.

— Yo a vos hermana.

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