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Alguien vigilaba constantemente la mansion poniendo nerviosa a la rubia la cual entro dispuesta a contárselo a la dueña del lugar.

— ¡Madrina! — La llamo a penas cerro la puerta.

— ¿Qué pasa Ámbar? No tengo tiempo — Comentó levantándose para buscar un lugar tranquilo y seguir leyendo.

— Estan vigilando la mansion. — Dijo deteniendo a la adulta.

— ¿Qué? — Eso no lo esperaba, volteó buscando una explicación.

— Hay alguien que pasa caminando constantemente por la puerta de la mansion — Explico y la mayor miro por la ventana por varios minutos, la misma persona paso tres veces por la puerta en solo 15 minutos.

— Ámbar anda a tu cuarto. —Ls joven iba a replicar pero no la dejo. — No preguntes y no salgas hasta que yo te diga.

— Pero...

— ¡AHORA! — Grito enojada.

— Si madrina — Acepto y corrio escaleras arriba hasta encerrarse en su cuarto dejando a la nerviosa adulta abajo.

Segundos después dejo de mirar por la ventana y decidió llamar a su cómplice.

—¡REY! — Lo llamo y a los segundo lo vio aparecer por la puerta.

— ¿Qué pasa Miss. Benson?

— Quiero que dupliques la seguridad. Hay alguien vigilando la mansion. — Comentó alarmando al chico.

— ¿Qué? ¿Esta segura?

— ¿Ahora me tomas por loca Rey? Hay un señor afuera vigilando la mansion. — Le contó y acto seguido el chico ya se encontraba mirando a ese desconocido pasear por la entrada.

— Voy a ver que quiere. — Dijo y salio acercándose a la reja.

La abrió, cuando la paso la cerro. Miro hacia los lado y vio como el hombre se alejaba, entraba en un auto y arrancaba dandole por entendido que no iba a volver. Por lo menos no en ese dia, entro a la casa para hablar con su jefa.

— Se fue.

— Igual hay que estar alertas. Puede volver, no nos confiemos.

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