Cap.37

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El ambiente era muy tenso dentro del coche de Harry. Lo que parecía que era un cuento de hadas, se había convertido en un momento en la peor de las pesadillas. La expresión de enfado de Harry era muy clara en su rostro. Yo tenía miedo a decirle algo y que saltara de nuevo. La verdad es que cuando Harry se enfadaba imponía muchísimo. Y eso hizo un gran efecto en Jorge, que al principio se había mostrado despreocupado y chulo ante él, pero más tarde su actitud se había tornado en miedo y temor. Harry era más alto y grande que él y, por lo tanto, estaba en ventaja física. Doy gracias porque no hayan llegado a más. Si llegan a iniciar una pelea yo no se qué es lo que hubiera sucedido. Tengo la necesidad de hablar con Harry, pero no se cómo comenzar la conversación con él. Se mantiene con el ceño fruncido, la mirada fija en la carretera, casi sin pestañear si quiera, y los labios apretados, formando una fina línea. 

-         Me tienes que decir cómo te llevo a casa- Harry se adelanta a mis pensamientos y comienzo a darle indicaciones.

En el fondo, me alegro de que haya comenzado él a hablar, así tengo una excusa para sacar tema de conversación. No sé por qué Harry y yo podemos pasar de un estado cariñoso y complicidad máximo a no hablar en tan poco tiempo. Es extraño.

-         Harry, siento esto que ha pasado.

-         ¿Por qué no me habías dicho que tu ex novio estaba en la graduación?- aunque su tono de voz es bajo, el enfadoque se muestra en él es claro. No quiero que se enfade conmigo, quiero que estemos bien.

-         Yo, no… no había pensado en eso, Harry. Ni siquiera sabía que ibas a venir.- las manos de Harry agarran el volante con tal fuerza que se muestran muy tensas por la fuerza con que lo está sujetando. Pero poco a poco se van destensando. Harry suelta un largo suspiro.

-         Tienes razón. No es culpa tuya- me dice mirándome. Esta vez su mirada no contiene dureza, sino ternura- Pero te juro que cuando lo he visto… mejor no hablo.

-         No, no. Habla. Desahógate- le animo.

-         No puedo creer que ese tipo te haya hecho tanto daño. Definitivamente no te merece Vanesa.

-         Bueno, no lo pienses más. Ignóralo, igual que hago yo. Además, lo importante es que estás aquí- le digo intentando suavizar el momento mientras paso mi mano por su nuca acariciándole. Harry me mira con una pequeña sonrisa en su cara.

-         Te juro que si no estuviera conduciendo te comería a besos.

No puedo evitar sonrojarme ante el comentario de Harry. No estoy acostumbrada a esas manifestaciones de cariño. Jorge era cariñoso, pero solo en algunos momentos. En realidad era un chico bastante tímido. Creo que todo lo contrario a Harry.

Después de unas cuantas indicaciones más, llegamos a mi casa. Apenas hemos tardado una media hora en llegar. Son las cuatro de la mañana, asi que no creo que me estén esperando mis padres despiertos. Harry para el coche justo en frente de mi portal. Me quedo quieta, sin saber muy bien qué hacer. De nuevo hay tensión en el coche, pero esta vez, se trata de una especie de tensión sexual. Me quedo mirando a Harry, que me observa como si estuviera esperando un movimiento mío. Una cosa tengo clara, y es que tengo unas ganas de besarlo que no puedo con ellas. En una milésima de segundo, nos abalanzamos uno sobre otro. Nuestros labios se juntan de una forma brusca, como si hubiera necesitado el uno del otro durante todo este tiempo. Rápidamente, Harry introduce su lengua en mi boca y yo repito su acción, haciendo que el beso sea mucho más profundo y pasional. Harry muerde mi labio inferior y yo suelto un pequeño gemido, apenas perceptible, pero que Harry escucha muy bien.

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