Creo que me he quedado en estado de shock. No pestañeo y un dolor muy grande se ha apoderado de mi pecho. No puede ser cierto. No puedo creerlo. No quiero. Esto debe ser una especie de sueño, o más bien una pesadilla. Una terrible pesadilla.
Claudia me ha enviado exactamente tres fotos. En ellas se puede observar a dos personas sentadas en un banco, un chico y una chica. El chico es Jorge, la chica no lo sé, pero tampoco me importa. En las fotos se están besando y no parece que sea un simple beso de nada, no.
Jorge… no entiendo cómo ha podido hacerme esto a mí. Cómo ha podido engañarme de esa manera. Hace apenas un día que hemos hablado y todo parecía que estaba como siempre. No puedo creer que me haya ido yo y se haya liado con otra.
Eso si no estaba con ella mientras estaba conmigo. Mi subconsciente juega conmigo y con mi cabeza, que da demasiadas vueltas en estos momentos.
El teléfono se apaga, confirmando así que no me queda ni una pizca de batería. “Mierda” pienso para mí misma.
Tengo que irme de aquí. Me está empezando a faltar el aire y tengo que llegar a casa. Necesito llegar a casa.
Me acerco al mostrador donde se encuentra la mujer de la cafetería. Saco el monedero de mi bolso nerviosamente. Me tiembla el pulso y mi corazón va a mil por hora.
Efectivamente, según había pensado, mi merienda me ha salido muy cara. Con lo que tengo que pagar no me va a dar para pagar un taxi para volver a casa de Niall. Perfecto. Ahora si que no tengo cómo volver. Me siento muy agobiada y angustiada. Unas lágrimas amenazan con salir de mis ojos de un momento a otro. El dolor del pecho aumenta aún más si puede. Duele. Duele muchísimo.
No puedo irme de aquí sin pagar, asi que no me queda más remedio que darle el dinero a la señora y marcharme de allí.
Salgo fuera y nada más poner un pie en la calle, una tromba de agua me empapa entera. Debido a que toda mi atención la había puesto en las fotos mientras estaba dentro de la cafetería, no me había dado cuenta de que había empezado a llover. A diluviar mejor dicho. Comienzo a llorar desconsoladamente, aunque no se distingue nada entre mis lágrimas y las gotas de lluvia. Me pongo la capucha de mi sudadera, pero de poco sirve. Pongo mis manos sobre mi cara y lloro desconsoladamente. No sé qué hacer, no sé dónde ir.
Comienzo a andar sin ningún rumbo por las calles de Londres, pensando en Jorge. ¿Por qué me ha hecho esto? ¿Por qué me ha hecho daño de esa forma? ¿He hecho yo algo malo? Me gustaría saber las respuestas a todas mis preguntas, pero solo se escucha el ruido de los coches y de la lluvia chocar contra el suelo.
No sé cuánto tiempo llevo andando ya. Estoy muy cansada. Me pesan las piernas y me duele la cabeza. Estoy segura de que voy a coger una pulmonía de narices si sigo así. Tengo que buscar un sitio en el que resguardarme y poder cambiarme de ropa.
El Big Ben, que estaba prácticamente a lado de la cafetería en la que he estado por la tarde, ya se ve muy lejos desde donde estoy yo. Al paso que voy, llego a la costa. Ya es prácticamente de noche. De verdad que necesito encontrar algún sitio para descansar.
De repente, mi cabeza se gira hacia la izquierda, mirando una calle, que no es una calle cualquiera. De nuevo, sus ladrillos azules oscuros y sus puertas marrones me vuelven a llamar la atención. No sé si estoy donde creo que estoy, pero debo intentarlo. No ha parado de llover ni un momento, ni siquiera ha amainado un poco. Sigue lloviendo tan fuerte como el momento en el que salí de la cafetería. Maldito tiempo de Londres joder.
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Destiny
Fanfiction¿Existe realmente el destino? ¿Nos da la vida "señales" sobre lo que debemos hacer? ¿Está el amor verdadero destinado a cumplirse o, por lo contrario, las cosas pueden complicarse y hacer que todo se salga por la borda?