Cap.31

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Ya ha pasado una semana desde que hablé con Jorge por última vez. El lunes solo fue un resumen de lo que iba a ser el resto de la semana para mí: exámenes, trabajos, entrenamientos duros, etc. Creo que no me daba la semana más de sí. He dormido poco y mal, lo cual hace que cada día me sienta más cansada y que mi humor de por las mañanas no sea exactamente agradable que digamos. En realidad, mi humor en general ha cambiado bastante en los últimos meses. Parece que todo lo que ocurre a mi alrededor me molesta, nada me parece bien. Cualquier cosa que digan ciertas personas hace que me irrite y que salte a la primera de cambio. No me gusta esta actitud, no me gusta esta así. Creo que parte de la culpa la tiene Jorge. Su indiferencia es lo que más me duele. La forma en que hace como si nada hubiera pasado, como si no nos conociéramos de nada. Creo que, en todo este tiempo, no he visto en él una mirada de arrepentimiento, de un "lo siento, sé que lo hice mal". No estoy pidiendo que volvamos, yo jamás volvería con él. Pero yo pensaba que Jorge era un buen chico. 

Estaba equivocada. 

Hablé con Niall sobre lo de las fotos de Internet. Él por su parte no parecía preocupado. Me dijo que era algo normal si salía con alguno de ellos, que era inevitable que nadie sacara una foto aunque fuera a las espaldas. También me dijo que no me preocupara, que nadie sabía quién era yo, ni siquiera que era española, lo cual me tranquilizó bastante. Lo que menos necesitaba ahora es que miles de fans comenzaran a meterse conmigo porque había estado de visita en casa de su ídolo.

Lo único que me consuela es que dentro de un par de días la gente olvidará esas fotos y me olvidarán a mí.

Jorge no me ha vuelto a decir nada. Ni una mirada, ni un gesto. Absolutamente nada. En clase pasa de mí, y en el recreo se va con sus “amigos”. Digo “amigos” porque eso ni son amigos ni son nada. Son los típicos chulos de clase, que beben, fuman y se van siempre de fiesta, que están cada día con una chica y cosas así. La verdad es que son chicos con los que llevo toda la vida en clase, pero en estos últimos años han cambiado muchísimo. Aunque se que son los únicos amigos de Jorge, a mi nunca me ha gustado que se fuera con ellos, ya que me daba miedo que se volviera igual y, en parte, estaba consiguiendo que se alejara un poco de ellos, ya que desde que empezamos a salir juntos, pasaba mucho más tiempo conmigo que con ellos. Pero ahora que lo hemos dejado, son su único apoyo.

-         ¡Eh Vanesa! ¡Vamos adentro!- oigo cómo Claudia me saca de mis pensamientos.

-         ¿Eh? Si, claro. Voy- me levanto del banco y nos dirigimos hacia clase de nuevo. Me alegro de que el recreo haya terminado. El frío de la calle es insoportable. 

Dos días después.

Victoria de mi equipo por 3 a 0 ante uno de nuestros mayores rivales en la liga. Estoy que ni siquiera me creo lo que acabamos de hacer. Las caras y gestos de alegría de mis compañeras lo dicen absolutamente todo.

Cuando llego a casa, me doy una buena ducha. Esta tarde he quedado con las del equipo para celebrar la victoria. Estos si que son buenos sábados. Voley y amigas, no hay nada más que se pueda pedir.

He quedado con las chicas a las seis y son las cinco, asi que comienzo a secarme el pelo, que con lo largo que lo voy teniendo, tarda bastante en secar. A los veinte minutos más o menos ya está listo, con lo que comienzo a vestirme. De repente, mi móvil suena, anunciando que ha llegado un nuevo whatsapp. Lo cojo y lo abro. Jorge. Temo por lo que contenta este mensaje. Mi corazón comienza a latir rápidamente.

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