Cap.51

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A la mañana siguiente, me despierto con la mente muy poco despejada. De nuevo, me encuentro sola en la cama y pienso que esto de no tener a Harry a mi lado por las mañanas se está convirtiendo en una costumbre que no me gusta nada.

La cabeza comienza a darme vueltas. Me froto los ojos y  comienzo a recordar todo lo que pasó ayer. Ni siquiera me acuerdo del momento en el que dejé de llorar y me quedé dormida. Tampoco recuerdo a Harry subir a la habitación y dormir conmigo. Ni siquiera sé si ha dormido conmigo. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

Una presión muy fuerte inunda mi pecho, como si tuviera miedo a bajar y tener que encontrarme con la cruda realidad de que Harry y yo no estamos para nada bien. Me gusta imaginar en mi mente que estamos viviendo unas vacaciones de ensueño, pero la verdad es que cada día que pasa vamos a peor, y eso es algo que me preocupa mucho.

Bajo las escaleras lentamente, intentando hacer el menor ruido posible, intentando no llamar la atención. La enorme casa se encuentra completamente en silencio y empiezo a sospechar que Harry no está aquí. Efectivamente, no me equivoco. Empiezo a buscar alguna nota de Harry diciendo que se ha ido por alguna razón, pero no encuentro nada. Después, reviso mi móvil para ver si hay alguna llamada o mensaje de Harry, pero tampoco hay señales de él. Solo tengo un mensaje de Elena preguntándome si ya lo hemos arreglado. Dejo el móvil en la encimera de la mesa y decido contestarle más tarde. 

Cuando termino de desayunar, paso una mano por mi frente. Estoy realmente preocupada por la situación. 

Decido salir de casa y dar un paseo. Estar metida ahí dentro hace que me vuelva completamente loca y empiece a hacerme todas las paranoias posibles. ¿Dónde está Harry? ¿Por qué no me ha dicho dónde está? ¿Le habrá pasado algo?

No sé por qué, pero tengo la sensación de que cada día que pasa, estamos más lejos el uno del otro. No solo físicamente. 

Mientras ando por la calle, con todo el sol dándome de cara, una idea comienza a rondarme la cabeza. Una idea que no me gusta a priori, pero que según voy pensando más en ella, la veo más factible y necesaria.

<<No, no puedo hacerlo>>

Decido desechar la idea. Es una tontería.

Mis piernas me dirigen de nuevo hacia el Will Rogers Memorial Park, quizás con la esperanza de volver a encontrarme con Aris. Desde aquel día siento que, por lo menos, le debo una disculpa por el comportamiento de Harry. No me gusta esto de tener que estar respondiendo por él pero, por el contrario, él es alguien conocido y me sabe mal que otras personas se lleven una mala impresión suya, cuando yo se que Harry es una bellísima persona. No me gusta tener que hacerlo, pero siento que debo hacerlo.

Me siento en uno de los bancos que hay justo por la zona en la que me encontré con Aris. Vuelvo a comprobar mi móvil y de nuevo no hay señales de vida de Harry. Y no quiero ser yo la que le esté mandando mensajes porque no me gusta ir detrás de los demás. Nunca lo he hecho y esta no va a ser una excepción.

-         ¿Vanesa?- una voz dice a mis espaldas. Me giro y me encuentro a Aris mirándome mientras yo me pregunto cómo puedo llegar a tener tanta suerte en algunos momentos.

-         Aris, me alegro de verte.

-         Y yo a ti- dice acercándose.

Yo me levanto y me quedo en frente de él.

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