Cap.41

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Vale Vanesa, dime por favor que no te has perdido.

Es increíble que aunque ya haya estado aquí antes, sea tan despistada que me pierda y ahora no sepa por dónde tengo que salir. Mira que me dije a mí misma que solo debía seguir las indicaciones y llegaría al lugar correspondiente, ¡pero no! Yo siempre tengo que ir sumergida en mi mundo maravilloso y así me pasa. En fin, creo que si sigo vagando sin rumbo por la Terminal del aeropuerto, nunca llegaré a la salida.

Me dirijo hacia un puesto de información, donde hay un hombre… moreno, bueno más bien negro (no es que tenga nada en contra de los negros, pero no encontraba una forma más fina de describirlo) con un grueso bigote (también negro) y totalmente calvo, vestido con el uniforme que llevaban todos los empleados de aquel aeropuerto: camisa blanca y pantalón negro. Nada del otro mundo. Como veo que no me hace ni caso, carraspeo un poco con la garganta para que se de cuenta de que existo. Me impone un poco cuando deja de prestar atención en lo que quiera que estuviera haciendo y fija su mirada en mí, esperando impaciente a saber por qué una niñita ha interrumpido su gran laboriosa tarea.

-         Disculpe- intento decir con la mejor pronunciación que puedo- acabo de llegar de un vuelo y… me he perdido, no encuentro la salida- digo un poco avergonzada. El hombre mantiene su mirada impasible, como si de una estatua se tratara. Mira hacia ambos lados y después vuelve a mirarme a mí.

-         Lo siento, pero no puedo ayudarla.

-         ¿Por qué?

-         No es mi labor aquí. Lo siento, tendrá que buscar a alguno de mis compañeros que se encontrarán por aquí cerca para que le muestren la salida.

-         De verdad, solo necesito que me diga por dónde tengo que ir, no hace falta que me acompañe ni nada…

-         No es mi labor- repite de nuevo. ¡Esto es indignante! ¿Tanto le costará?

-         Vale. Gracias por nada- digo secamente antes de darme la vuelta y dirigirme a… bueno, en realidad no sé muy bien hacia dónde me dirijo, pero lo que tengo claro es que lejos de ese cascarrabias.

Comienzo a deambular de nuevo sin rumbo por la Terminal. Parece que todo el mundo sabe exactamente lo que está haciendo menos yo. Hay muchos carteles que cuelgan del techo señalando muchos pasillos, puertas de embarque, salidas… pero el problema es que no sé cuál es la mía porque me he metido en esta especie de laberinto. Me dirijo a un ascensor para ver si puedo subir hasta la planta más alta y ver si allí me puede ayudar alguien. Un hombre bastante mayor, con pelo blanco y la espalda algo encorvada se sitúa a mi lado mientras espero que se abran las puertas del ascensor. A su lado, observo que se encuentra un carrito de la limpieza, por lo que deduzco que el hombrecillo debe trabajar aquí. Parece agradable y… no pierdo nada por preguntar.

-         Disculpe ¿conoce usted el aeropuerto?

-         Como la palma de mi mano, llevo trabajando aquí los últimos treinta y tres años.- me contesta agradable y con un acento muy inglés.

-         ¿Sería tan amable de decirme dónde se encuentra la salida para la puerta lateral?

-         Por su puesto, aunque debo decirla que iba en dirección completamente contraria a lo que está buscando.

-         Es que estoy muy perdida…

-         No se preocupe. Sígame.

Gracias al cielo. 

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