Cap.2

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Ya había llegado a la plaza del paseo marítimo. Le había dicho a mi abuela que me iba a dar una vuelta por aquí y que luego me quedaría en casa de una de las chicas a dormir. No creo que mi madre aprobara que me fuera a una discoteca con un carnet falso con gente que he conocido apenas hace unas horas. Eran las 12 menos 5 y allí no había llegado nadie. ¿Me habría tomado el pelo Carlos? No puedes ser. Me pareció demasiado agradable como para que me haya engañado. Mientras estoy sumida en mis pensamientos veo a un grupo de unas 8 personas que se acerca a donde estoy yo. Entre ellos veo a Rebeca, Carlos y Victor. Menos mal, al menos conozco a alguien.

-         ¡Guao Vanesa estas muy guapa!- exclama Victor.

-         La verdad que si, muy pero que muy guapa- afirma Rebeca.

-         Bueno bueno no la atosiguéis a la muchacha- ríe Carlos para evitar que me ponga más colorada de lo que ya estoy. La verdad es que tampoco llevaba puesto nada del otro mundo, un vestido veraniego un poco ajustado a la cintura y unos tacones no demasiado altos. Sencilla, como a mí me gusta. Nada que ver con las demás chicas la verdad. Ellas iban mucho más provocativas que yo, enseñando más escote y más piernas sobretodo. Me imagino que a la discoteca a la que iremos habrá muchas más chicas vestidas de esa forma que de la mía. Bueno, no debo preocuparme ahora por eso.

-         ¿Dónde vamos a ir?- le pregunto a Rebeca.

-         No vamos a salir por aquí, vamos a ir a una discoteca un poco más alejada, algo más exclusiva, iremos en distintos coches, tu te puedes venir en el mío- me responde Rebeca con una sonrisa.

O sea que no vamos a salir por esta zona, genial, encima voy a tener que depender del coche de Rebeca si quiero volver. Me espera una larga noche.

La discoteca a la que vamos esta a unos 20 minutos en coche. Cuando llegamos el lugar está lleno de gente por fuera haciendo botellón. Esperamos unos 20 minutos de cola que no se hacen tan largos gracias a una conversación que tengo con Victor sobre qué tal me va en el equipo de voley. Cuando llega el momento de entregar el carnet de identidad, le entrego el “mío” al segurata de la discoteca. La verdad es que me parezco bastante poco a la chica del DNI, en lo único que coincidimos es en que tenemos el pelo marrón. Espero nerviosa mientras el guarda observa el carnet y a los poco segundos me mira con desconfianza.

-         Pasa- me dice haciéndome un gesto con la mano. Yo respiro tranquila y veo como Rebeca me sonríe victoriosa.

El interior de la discoteca está lleno de gente bailando, bueno más bien de gente restregándose unos con otros, bailar nunca ha sido lo mío, y menos de esa forma. Veo cómo algunos hombres aprovechan este tipo de bailes para tocarles el culo a las chicas, que tampoco parecen tener ningún problema en que las toquen, o simplemente mirarlas como si fueran a comérselas allí mismo. Eso parecía más bien la feria del ganado. No me gustaba mucho el ambiente que había en esa zona. Había perdido de vista al grupo con el que había venido cuando Carlos me coge del brazo y me dirige hacia donde estaban los demás. Me lleva a una sala con unos sillones. En realidad solo estábamos Carlos, yo y otros dos chicos que por lo que veo no tenían mucha intención de ponerse a bailar. No tenía ni idea de qué hacer cuando de repente llega Rebeca y me coge del brazo.

-         ¡Vente a bailar con nosotras!- me dice.

Cuando quiero inventarme una excusa para no ir, me doy cuenta de que ya estoy con ellas en la pista de baile. Me siento bastante torpe con mis movimientos en comparación a ellas, que se las ve que tienen muchísima más práctica que yo. Yo solo trato de imitar sus movimientos e intentar fingir que me lo estoy pasando bien. Ahora mismo veo ridículo el haber venido. Estar en un sitio en el que no debes, con gente que apenas conoces no ha sido una de mis mejores ideas. Cuando pasan un par de canciones le hago una señal a Rebeca de que me subo donde están los demás a mirar el móvil. Cuando llego, está Carlos solo.

-         ¿Qué haces aquí tu solo?- le pregunto con una sonrisa.

-         Nada.- responde de mala gana.

-         Bueno, esta bien, no hace falta que seas asi de borde…- contesto con la cabeza agachada.

-         Eh… lo siento, no he querido ser desagradable es solo que…

-         Dime- le insisto.

Después de una pequeña pausa Carlos me mira.

-         Es por Rebeca…- admite Carlos.

-         Te gusta ¿verdad?

-         Sí, de siempre, pero ella no está interesada en mí.- dice con un tono apenado.

-         Bueno a lo mejor eso es lo que tu piensas, pero puede que tu le gustes a ella también.- le sonrío.

-         No creo.- responde.

-         ¿Sabes qué? Deberías ir ahí abajo y bailar con ella. ¡Usa tus mejores armas y verás cómo cae en tus redes!- le respondo entre risas de los dos.

-         Puede que tengas razón.- me dice.- ¡Ahora mismo voy!- y con esto se levanta y me deja sola sentada en los sillones de la parte de arriba. Decido darme una vuelta por toda la discoteca para ver cómo es. Quién sabe cuándo voy a volver a pisar una si alguien, incluida mi madre, se entera de que he estado aquí con 16 años. la discoteca tenia varias plantas, asi que me llevó un rato verla entera. Cuando regreso a los sillones están todos excepto Rebeca y Carlos. Dónde se habrán metido esos dos… Me siento al lado de victor y empiezo a hablar con el y con una chica que estaba a su lado. Son las 3 y media, llevamos un buen rato hablando. La verdad es que se me está pasando rápida la noche hasta ahora. De repente me doy cuenta de que tengo muchísima sed, asi que me dirijo a la barra donde hay un montón de gente esperando a que les sirvan alguna bebida con alcohol. Me atiende un chico rubio bastante musculado, pero a la vez artificial.

-         ¿Qué te pongo guapa?- me dice con arrogancia.

-         Mmmm una coca-cola Light por favor.- le respondo sin que se me note mucho que me estoy muriendo de vergüenza por estar pidiendo una coca-cola en una discoteca. El camarero se queda mirándome raro por un momento y se dirige a por ella. Cuando me la sirve me vuelve a mirar raro y yo opto por ignorarle. No entiendo por qué la gente tiene que beber siempre que sale de fiesta. Para mí no es algo que esté mal, pero tampoco lo veo necesario como para hacerlo siempre. Nunca he probado el alcohol y de momento no pienso hacerlo. Estoy bien orgullosa de estar con mi coca-cola por aquí. Cuando regreso a los sillones no hay nadie, así que decido bajarme a la pista de baile donde encuentro a los demás. Comienzo a bailar sin preocuparme si mis movimientos son avergonzantes o no. Victor se acerca para bailar conmigo. La verdad es que lo hace bastante bien, es un chico genial, y pasamos un buen rato entre risas y bailes. Llega un momento en que me vuelvo a quedar sola bailando y un chico se me acerca pegándose demasiado a mí. No me gusta y me alejo de el. Me intenta seguir pero al final se pierde entre la multitud. Estoy agotada, no estoy acostumbrada a salir de fiesta. ¿Qué hora será? Cuando miro mi móvil veo que son las 4 y media. Me encuentro en medio de toda la multitud de gente que está bailando en la pista, pero de repente veo a una persona haciéndose paso entre la gente y no se por qué tengo la extraña sensación de que viene hacia mi…

DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora