Cap.52

19 3 1
                                    

Las seis y media de la tarde. Las putas seis y media de la tarde y Harry todavía no se había dignado a aparecer por casa. Había pasado todo lo que llevaba de día yo sola, a excepción del rato que estuve hablando con Aris.

Cuando llegué a casa, lo primero que hice fue derrumbarme. Había estado intentando no llorar durante todo el camino para evitar no montar un numerito por la calle, pero cuando la puerta se cerró detrás de mí, las lágrimas no tardaron en caer por mis mejillas.

Pasé la comida sola. Bueno, en realidad no comí. No tenía ganas de comer, asi que me dediqué a sentarme en el sillón con las piernas encogidas y los brazos abrazados a estas, mientras esperaba que llegara Harry. Tenía planeado montar un numerito cuando llegara, enseñarle las fotos y mandarle a la mierda. Simple. Pero eso no sucedió porque Harry no apareció.

Lo estaba pasando mal. Realmente mal.

En vez de eso, he tenido tiempo de sobra para realizar las llamadas correspondientes. La decisión estaba tomada e iba a seguir adelante con ella.

“Has tomado la decisión correcta” Me había dicho mi madre cuando había hablado con ella por teléfono. En el fondo, creo que ella esperaba que esto sucediera, no la he notado muy sorprendida o a lo mejor no ha querido darle más dramatismo del que ya le he dado yo.

“ …así podré convivir con él, ver cómo es día a día. Ver si me conviene. Es una oportunidad para saber si es realmente lo que quiero.” Le había dicho a mi madre para poder venir aquí con Harry.

Esto era lo que me esperaba, y no me gustaba nada. Lo único que me pesa es que quiero a Harry con todo mi corazón. A pesar de todo esto, él me sigue haciendo sentir bien, me sigue haciendo sonreír cuando me habla o temblar cuando me mira. Sigue haciendo que un puñado de mariposas se instale en mi estómago cada vez que noto su presencia y sigue haciendo que se me erice la piel con el más ligero de los tactos.

Me daba demasiada rabia que todo esto acabara de esta forma.

La rabia de hace un rato se ha desvanecido y también las ganas de montar el numerito. Ahora siento que mi cuerpo me pesa el doble de lo normal y noto cómo la cabeza me da vueltas. Pero no puedo echarme a atrás. La puerta se abre.

PV HARRY.

Mi corazón latía a mil por hora mientras mi mano derecha empujaba la puerta principal de la casa. Sabía lo que me esperaba ahí dentro y lo temía con todas mis fuerzas.

La había cagado de nuevo con Vanesa, pero es que todo sucedió tan rápido…

Estaba cabreado con ella y, por mi jodido orgullo, tuve que quedar con Martha. Esa puta manía que tenemos las personas de darle celos a nuestra pareja para fastidiarla… Iba a necesitar unas buenas disculpas.

El plan era quedar con Martha y que Vanesa se enterara.

Lo que juro que no estaba en el plan, era que Martha se me lanzara a los labios en medio de una conversación y, de alguna manera, ese afán que tenía de darle celos a Vanesa no desaparecía, asi que continué un poco el beso.

En el momento en el que nos separamos me arrepentí completamente de lo que acababa de hacer, me levanté y me fui de allí, pero ya era demasiado tarde. Las fotos aparecieron en Internet a los pocos minutos.

Me sentía fatal. Me daba asco a mí mismo. Lo que había hecho había sido sucio. Rastrero. ¿Cómo podía haber hecho una cosa así? Yo no era de esa forma. Yo no trataba de esa manera a las mujeres. Pero es que Vanesa me había puesto tan tremendamente celoso, que perdí completamente el control de mí mismo. Sé que no es una excusa ni por asomo, pero es la verdad.

DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora