Suena mi alarma a las nueve y media de la mañana como había programado el día anterior. Abro los ojos perezosamente y apago la alarma. De repente me invade un sentimiento de angustia en el pecho. Este es mi último día aquí. Me levanto despacio pensando en el día que me espera. Estoy impaciente por saber si los invitados de Niall son los chicos del grupo. Creo que moriré de vergüenza si son ellos.
Voy hacia la cocina para tomarme un zumo y unas tostadas de desayuno. Mi abuela se sorprende al verme a esas horas despierta por la casa. No es típico en mí madrugar cuando estoy de vacaciones.
Cuando termino de desayunar comienzo a sacar todas las cosas que necesito para preparar un bizcocho y me doy cuenta de que me falta lo más importante: la levadura. Me visto con unos pantalones cortos de chándal y una camiseta básica gris y me bajo al supermercado que está a cinco minutos de mi casa a comprarlo.
Cuando estoy en la cola pagando, noto que alguien toca varias veces mi hombro. Cuando me doy la vuelta veo a Rebeca detrás mía con una sonrisa.
- Vanesita ¿cómo estás? Me alegro mucho de verte- me dice sonriente. No sé cómo sentirme con Rebeca después de lo que pasó, pero supongo que a Carlos no le reproché nada ni le guardo ningún rencor, asi que supongo que no es justo que lo haga con Rebeca.
- Hola Rebeca, bastante bien ¿y tú?- la sonrío de vuelta.
- Bien, haciendo unas compritas mañaneras.¿Cómo te va todo?
- Bien, hoy voy a comer a casa de un amigo, es mi último día aquí- la digo, volviendo a apoderarse la tristeza de mí tras decir ese comentario.
- ¡No me digas! Que pena tía- se queda un silencio un poco incómodo entre ambas- Oye Vanesa, quiero que sepas que siento mucho lo que pasó esa noche. El otro día Carlos me dijo que te vio por la noche y que no parecías enfadad con nosotros, pero quiero que sepas que lo siento, deberíamos haber estado más pendientes de ti, sabiendo además que eres menor.
- No tienes por qué…
- Sí, si que tengo. Y Vanesa, si estuvieras enfadada conmigo, lo comprendería de verdad- me quedo un momento en silencio mirándola a los ojos.
- No estoy enfadad contigo Rebe. Tengo que admitir que en el momento en el que me quedé sola si y bastante además, pero no creo que valga la pena estar enfadad toda la vida- la digo riéndome para que se de cuenta de que no estoy enfadad con ella.
- Bueno, pues eso me alegra entonces, no sabes cuánto. Bueno, quiero que sepas, que al final Carlos y yo estamos juntos- me dice acercándose más a mí y en un tono más bajo, pero a la vez más emocionado. Yo la sonrío.
- ¿De verdad? Pues me alegro mucho por vosotros Rebeca, de verdad que hacéis una muy buena pareja.
- Gracias- me dice Rebeca- bueno, me toca pagar en la otra caja, me alegro mucho de haberte conocido Vanesa, espero que podamos coincidir alguna otra vez- y me da un abrazo.
- Yo también lo espero de verdad Rebeca, ha sido un placer conocerte- nos damos dos besos y cada una se va a su respectiva caja para pagar. A ella la cobran más rápido que a mí, por lo que ella sale primero del supermercado y observo cómo me dice adiós con la mano mientras sale por la puerta.
Cuando ya he terminado de coger la levadura y un par de cosas más que me había mandado mi abuela, comienzo a prepararlo todo tranquilamente mientras escucho la radio. Esta receta ya me la se de memoria porque he cocinado muchas veces este bollo con mi madre en casa.
Tras unos 20 minutos de preparación, meto el bizcocho en el horno y espero media hora a que se haga. Mientras tanto, me doy una ducha fresquita.
Salgo de la ducha y me visto con lo que me voy a poner para ir a casa de Niall. Me visto con unos vaqueros cortos, una blusa blanca de media manga de gasa y mis sandalias marrones claras. No quería vestirme demasiado formal para la ocasión, de todas formas, voy a ir a casa de Niall.
Suena el horno indicándome que mi postre ya estaba listo. Lo saco y el olor inunda mis fosas nasales haciendo que desee darle un bocado en ese mismo momento, pero debo ser paciente. Decido darle una capa de sirope de chocolate con azúcar glasé por encima, de tal forma que ahora parece más apetitoso aún. Lo dejo fuera para dejar que se enfríe un poco. Cuando pasan diez minutos, compruebo que el bizcocho ya está más frío y me quedo en la cocina de pie pensando.
Ya no sé qué más hacer. He hecho un bollo, me he duchado y me he vestido. Ni siquiera son las 11 de la mañana. Quizás me haya levantado demasiado temprano, porque ahora me aburro como una ostra. Podría ir yendo a casa de Niall, porque hasta allí tengo una media hora andando, pero aún así a lo mejor es demasiado temprano. Me dijo que fuera para comer, no por la mañana y no quiero interrumpir nada ni molestarle.
En medio de mi indecisión decido quedarme por lo menos una hora más, teniendo en cuenta que no se si vamos a comer a la hora española o a la hora que a Niall le de la gana. Me río ante mi pensamiento.
Me paso un rato mirando la tele y mi móvil. Miro twitter, facebook, juego a algo… en general, hago tiempo, que parece que pasa muy despacio para mí. No puedo estar más aburrida en estos momentos. Estoy deseando que llegue el momento de salir de aquí y dirigirme hacia su casa.
Son las once y media y me estoy empezando a impacientar. En esto que recibo una llamada. Es de Niall.
- ¿Diga?
- ¡Vanesa! ¿Vas a venir hoy?- me dice riéndose. No sé muy bien qué contestarle. Ahora me siento un poco tonta.
- Sí, claro, es que estaba… ocupada haciendo unas cosas- le digo poco convencida. Nunca se me ha dado bien mentir. Solo espero que como estamos hablando por teléfono no se me note mucho.
- Pues venga vente ya que te estamos esperando.
- Vale, pero recuerda que tengo un camino hasta llegar.
- Tranquila, pero no tardes. Un beso.
- Adiós Niall.
Cojo mi bolso, mis gafas de sol negras, mi bizcocho, y salgo tras despedirme de mi abuela.
Cuando llego a la puerta de la urbanización de Niall, tengo un calor impresionante. Hoy hace un sol que abrasa. Llamo a su telefonillo y espero impaciente. A los pocos segundos, Niall me abre paso por la zona común de vecinos. Hay algunos niños bañándose en la piscina y sus padres están en unas tumbonas. Creo que la mayor parte de las personas que viven en este bloque no son españoles.
Subo las escaleras hasta el segundo piso y llego a la puerta.
- Bueno, ya no hay marcha atrás… por lo menos espero que les guste el bizcocho- digo en voz alta para mí misma, observando que todo está en su sitio.
Toco al timbre y en ese mismo momento me entran unos nervios terribles. ¿Y si son ellos de verdad? ¿Y si no les entiendo cuando hablan? ¿Y si no me entienden ellos cuando hable yo porque mi inglés es pésimo? ¿Y si hago el ridículo?
De repente, recuerdo las palabras de mi amiga Elena “Si te comportas con ellos como tú eres, simplemente les encantarás de la misma forma que le has encantado a Niall.”
Una puerta abriéndose interrumpe mis pensamientos de golpe.
BUENAS!!!
BUENO, SOLO QUERÍA DAROS LAS GRACIAS PORQUE HE VISTO QUE EN APENAS DOS DÍAS SE HAN DIPLICADO EL NÚMERO DE LECTURAS, ASIQUE GRACIAS! SEGUIR VOTANDO Y COMENTANDO Y YO SEGUIRÉ SUBIENDO CAPÍTULOS MUY A MENUDO. BESOS A TOD@S!!!

ESTÁS LEYENDO
Destiny
Fanfic¿Existe realmente el destino? ¿Nos da la vida "señales" sobre lo que debemos hacer? ¿Está el amor verdadero destinado a cumplirse o, por lo contrario, las cosas pueden complicarse y hacer que todo se salga por la borda?