Cap.18

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-         Pues no lo entiendo- me dice Jorge cruzándose de brazos. Esta conversación me está desesperando ya.

-         No hay nada que entender Jorge, ya te lo he explicado muy claro- le digo seria- deberías alegrarte por mí, no enfadarte conmigo.

-         Es que no me parece normal que una chica con novio se vaya a pasar unos días con un “amigo” - me dice haciendo el gesto de las comillas con los dedos- a otro país y lo mejor es que se lo diga un día antes de irse. Además no le conoces de nada- termina.

-         ¿Que no lo conozco de nada? Mira, me puedes decir muchas cosas, pero no que no conozco a Niall- le digo muy indignada- él es uno de mis mejores amigos, por no decir el mejor- añado. 

-      Ah, osea que ahora tienes un mejor amigo inglés y yo no tenía ni idea- se queda serio asintiendo con la cabeza. 

-      Pues sí Jorge, es así. Y es irlandés- añado. No se si merece mucho la pena seguir diciéndole cosas sobre Niall, pero es que él no es inglés. 

-         Pues nada, que te lo pases muy bien con tu amigo Niall el irlandés- me dice e inmediatamente se aleja de donde estábamos hablando hacia su casa.

No me puedo quitar de la cabeza la imagen de Jorge alejándose de mí sin decirme ni siquiera adiós. De verdad que me dolió que me tratara de esa forma, sin dejar que me explicara. Él no es quién para hablar de Niall así y menos hablarme a mí de esa forma.  

Cuando vuelva hablaré de nuevo con él. Lo que menos quiero es que estemos mal, le quiero muchísimo.

Al día siguiente. 

Sí. Estoy casi tres meses después en la Terminal de un aeropuerto, pero esta vez con un destino totalmente diferente. La pequeña discusión de ayer con Jorge es la única mancha en la gran felicidad que siento hoy. Por fin voy a ver a Niall, en Londres. Parece que esto sea un verdadero sueño. Hasta que no esté allí con él no me lo terminaré de creer.

Convencer a mi madre fue un paseo después de lo de Jorge. A ella no se lo dije un día antes, por supuesto. Al principio mis padres no entendieron nada, pensaban que les estaba gastando algún tipo de broma. Incluso tuve que llamar a mi abuela para que les hablara de Niall. La verdad es que mi abuela se portó bastante bien en ese momento y dijo cosas muy buenas de él, cosas que se suelen decir para que las madres se queden tranquilas como “estuvo con la niña durante las vacaciones y de verdad que yo no he conocido un chico más educado y responsable que él” o “se lo pasaban muy bien juntos, hicieron una muy bonita amistad”.

Además de todo eso, les conté a mis padres la situación especial de Niall, todo lo que tiene que ver con su carrera. He de decir que mis padres alucinaron cuando les enseñé sus videos y sus canciones y les dije que yo era amiga de uno de ellos.

Por último ataqué con la que esperaba fuera la mejor de mis armas: el inglés. Alegué que si me iba con Niall unos cuantos días a Londres, estaría absolutamente todo el día hablando inglés, porque él no sabe nada de español y que eso mejoraría mucho mi dominio del idioma.

Inexplicablemente cada una de estas cosas fue formando en mis padres una montaña de confianza en mí y en Niall que culminó con un “de acuerdo” de mi madre, que me hizo saltar de alegría.

Cuando aparece en una de las pantallas que ya se puede embarcar en el avión, me levanto y hago cola junto al resto de la gente esperando a que revisen mi billete. Mientras espero en la cola, me llega un whatsapp de Jorge, que abro con un poco de miedo por lo que me vaya a decir. No hemos hablado desde que se fue ayer de esa forma sin despedirse. La pantalla de whatsapp se abre:

Siento lo que te dije ayer y siento haberme ido de esa manera. Si estás enfadada conmigo lo entenderé, me he comportado como un completo imbécil. Solo quiero que sepas que espero que te lo pases muy bien y que aproveches tu estancia allí. No olvides que te quiero con locura”

El mensaje de Jorge hace que se me encoja el corazón durante unos segundos y me hace sonreír como una tonta. Este chico realmente me gusta. Le quiero un montón a pesar de lo que pasó ayer, pero supongo que todas las parejas discuten a veces, es inevitable. Rápidamente, antes de que me miren el billete, le contesto:

No te preocupes por nada cielo, cuando vuelva hablamos más tranquilamente. No te voy a mentir, estoy un poco enfadada contigo, pero aún así te sigo queriendo muchísimo”

Envío el mensaje. 

En el avión me dedico a ver una película que no termina de gustarme demasiado, porque es demasiado difícil de entender, pero la veo entera. Me gusta terminar las cosas que empiezo.

El viaje se me hace bastante corto la verdad. Solamente nos queda media hora de vuelo. Eso hace que me impaciente aún más por llegar a tierra.

El aterrizaje fue un poco complicado. Al parecer en Londres está haciendo un tiempo de perros, con mucha lluvia y viento, lo que ha hecho que el aterrizaje me pusiera un poco nerviosa. Pero bueno, ya estoy aquí, esperando a que mi maleta salga. No sé qué tipo de conspiración hay en el universo contra mí para que,  siempre que viajo en avión, mis maletas sean de las últimas en salir, lo cual hace que me ponga un poco más nerviosa de lo que ya estoy.

Aún sigo sin creer que detrás de esas puertas esté Niall esperándome. A mí. Es que no lo puedo creer.

Por fin sale mi maleta de la cinta transportadora y respiro de alivio. Lo peor de todo esto hubiera sido que me hubieran perdido mis cosas.

Me coloco mi bolsa de mano a la espalda y agarro la maleta de ruedas por el asa y me dirijo a la salida despacio. No se si Niall me estará esperando allí o estará en otra parte para no armar mucho jaleo.

¿Habrá paparazzis? ¿Irá Niall con seguridad de algún tipo? Aquí en Reino Unido son muy muy famosos, asi que no me extrañaría en absoluto. Quizás debería haber venido un poco más arreglada por si acaso, llevo unas deportivas, vaqueros y una sudadera azul marino. ¿Y si nos pillan los fotógrafos? No soy consciente de la fama que tiene Niall y lo que eso puede suponer para mí. Prefiero no pensar en ello. A lo mejor tengo suerte y tenemos unos días tranquilos.

Todas mis dudas son despejadas de un plomazo cuando cruzo las puertas automáticas que dan a las “llegadas” donde la gente espera a sus familiares y amigos. Observo a un montón de gente que sale corriendo hacia donde están sus seres queridos y comienzan a abrazarlos emocionados, alguna pareja que vuelve a reencontrarse, algún chico o chica que viene de intercambio y se dirige hacia la que va a ser su familia de acogida, incluso algunos hombres con traje, para los que viajar en avión supondrá una parte más de su trabajo,  por lo que nadie los espera emocionados a la salida, solamente un taxi en la puerta del aeropuerto que los llevará hasta su oficina más cercana.

 Mis ojos recorren el lugar esperando alguna señal de la persona que llevo deseando ver desde que me fui de Ibiza y automáticamente se cruzan con dos azules que brillan con la misma intensidad que recordaba. 

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