Capítulo 7: La doble A

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Jack

Mi hijo miraba a la ventana como si esperara que alguien apareciera a través de ella. O tal vez era el simple hecho que ninguno de los dos era capaz de digerir todo esto en tan poco tiempo, no los juzgo. Pasaron de tener una vida casi normal en los suburbios a estar enredados en una historia entre el bien y el mal donde nuestras vidas estaban en juego con cualquier movimiento que realizaríamos. No hubo ningún indicio durante más de dieciséis años de que ellos no pertenecían a aquella vida llena de magia de la que pronto serían parte, tarde o temprano tendrían que saberlo. Aunque no fuera por parte de su propia madre que, como ella dijo, buscaba protegerlos.

¿La odiarían por ocultarle la verdad durante tanto tiempo? ¿Serían capaces? No sabría responder porque apenas hace casi una semana que los conocía a ambos; pero según ____, ellos eran idénticos a mí. Tanto tiempo así y yo nunca estuve para ellos, ni siquiera dándoles una pista de su verdadera vida.

Sé que estos pensamientos no son propios de mí, pero era padre. Tal vez por eso al principio tenía miedo de serlo. Porque dejaría mis travesuras, me tocaría ser responsable no sólo de mi vida o la de ___ sino de otros niños de los cuales no estaba seguro si quería tener. No estaba, pero ya era capaz de definir con franqueza que daría mis cientos de años por proteger a aquellos mocosos con cara de limón chupado. Me había enamorado a primera vista de ellos. De mis hijos...

Eran mi sangre...

-¿Jack?-me llamó ___.

-Ah, dime-respondí amablemente, estaba en la baba.

-Norte ya ha llamado a los demás, dice que tiene algo importante que decirte-dijo mirando detrás de mí-. Ve, yo cuidaré de los niños.-me sonríe para tranquilizarme.

-¿Te dijo para qué era?

Ella negó con la cabeza.

Le besé la mejilla, un gesto que noté que la hizo tensarse, y salí hacia el gran Salón donde estaba Norte recargado en un sillón de terciopelo rojo con dorado dándole una ojeada a una enorme lista de posiblemente diez metros. Eran nombres de niños; algunos tenían puntos verdes al lado, otros tenían puntos negros y otros de color rojo.

-Ah, Jack, qué bueno que estás aquí-dijo el fortachón dejando de lado la lista y levantándose de su sofá.

-¿De qué querías hablar?-pregunté.

-Hay buenas noticias-sonrío-Una de las hadas estaba haciendo una revisión de dientes y encontró unos estuches muy curiosos que posiblemente te gustaría ver.

Le silbó a uno de los yetis y en seguida llegó con una bandeja plateada que sostenía tres cajas con rostros de niños diferentes. Tomé una de las cajas e inmediatamente reconocí el rostro de la niña. Era Vee.

El otro era Orión pero el segundo no podía reconocerlo. Era un niño con el cabello demasiado oscuro que cubría parte de su rostro.

-¿Eso qué tiene que ver conmigo, Norte?

-Bueno, lo de tus hijos es otra historia-dijo riendo-. Del que me interesa hablarte es de este...-Norte toma la caja del niño de cabello oscuro y me la entrega-¿Te parece conocido?

Negué.

-Mira sus ojos-señaló la cara del niño.

Era verdad. El ojo que tenía al descubierto era sumamente brillante y azul, casi parecía ser un diamante azul en la pequeña caja. Se me vino a la mente una idea. Una idea tonta y remota que era demasiado alocada para ser verdad. No podía ser verdad.

-¿Acaso es...?

-Creo que lo hemos encontrado, luego de más de quince años-sonreía tan brillantemente.

Junto A Ti (Jack Frost X Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora