Capítulo 31: Un idiota engreído y una orgullosa

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Venus

Mis dientes ya habían comenzado a doler después de estar mordiéndome las uñas desde hace horas, incluso mi ropa había quedado manchada por gotas de sangre a causa de estar lastimándome constantemente. 

Tenía tantas preguntas y tan pocas respuestas, sin embargo, esta vez estaba segura que nadie más podría responderlas a menos que despertara el involucrado. Lo cual aún estaba en duda, pues su cuerpo había estado inmóvil desde que colapsó.

Algo en mí ya estaba esperando lo peor, igual que siempre. La parte de mí que sobrepensaba todo y buscaba cualquier final posible para no sorprenderme estaba en batalla conmigo misma por no saber lo que estaba sucediendo y ver que nadie más tenía idea además de lo que mi madre nos dijo después de terminar de hablar con él.

¿Miles de años existiendo?

¿Su alma desvaneciéndose?

¿Eso le puede pasar a cualquiera que sea un espíritu?

Si es así, entonces ¿cuál es el punto de darles una nueva oportunidad si su existencia se condiciona a una fé ciega? Si sabían que él tenía que morir en su nueva vida, ¿por qué dársela? ¿cuál es el punto de todo esto?

Pensaba y pensaba y sólo podía echarle la culpa a quiénes los trajeron aquí, pues desde que llegué sólo he visto sufrimiento al rededor, no el asombro y la esperanza de la que tanto oigo hablar mas no he sido testigo por más que intente abrir mi corazón.

—Cariño —dijo mi madre, sentándose a mi lado y apartando mi mano de mis labios —, sé que estás preocupada, pero no es justo que te lastimes así.

—Yo no estoy preocupada, estoy estresada, no tengo idea de lo que está pasando y nadie más tampoco.

—Puedes mentirle a tu padre y a tu hermano, pero no a mí —dijo, acariciando suavemente mi sien —. Creo que lo amas mucho, pero las cosas no resultaron como queríamos y ahora ustedes están pagando el precio. Lamento que no hayas podido disfrutar tu primer amor como debías.

—¿Tú lo hiciste?

Se rió levemente.

—Sé que Jack no fue mi primer amor, de hecho, hay mil y un razones para que no lo sea, pero es el amor de mi vida, en cada una de ellas —me abrazó por los hombros —. Es como un niño que hay que cuidar todo el tiempo para que no se meta en problemas, es terco como una mula y no es de las personas que comunican sus sentimientos cuando deberían, en eso se parecen tú y él —sonrió cálidamente —. Pero también sabe leer muy bien a las personas, siempre sabe qué decir y es la persona más valiente que he conocido. Estoy muy agradecida de haberlo conocido porque me dio a otras dos personitas que son la razón de mi existencia.

—Pero Orión...

—Orión es mi hijo, creció y nació junto a ti, es lo único que necesito saber para darme cuenta lo mucho que lo amo al igual que a ti —besó mi frente —. Nunca podré odiar a Alex por dármelo, pero lo que yo sienta no importa, cariño, esta es tu vida, y no sabes si podrás estar en la siguiente, así que tienes que dar todo de ti, decir lo que quieras decir, comer lo que quieras comer y amar a quien se gane tu corazón.

Aunque en mi interior aún guardaba rencor, mi mente no dejaba de recordarme cada instante que pasamos juntos como una penitencia por haberlo alejado de mí sin darme explicaciones primero y sentía que estaba en la misma posición que mi madre, de no poder odiarlo aunque quisiera y lo deseara con todas mis fuerzas.

Aquel maldito pelirrojo engreído, presumido y terco se había metido adentro de mi piel y se había llevado algo que hace tiempo era mío y que, si la última vez que hablamos fuese de verdad la última, quedaría hecho cenizas. Sin recomposiciones. Sin repuestos. Sin él.

Junto A Ti (Jack Frost X Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora