Capítulo 11: En el desierto

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Pov Jack

-¿Encontraron algo?-preguntó Norte jadeando, dejando de lado el trineo.

-Nada-negué con la cabeza-. No hay rastro, ni huellas. Debió huir hace horas, quién sabe hasta dónde haya llegado ya.

-No hay nada en el Palacio ni en la Madriguera-contestó Conejo, saliendo de uno de sus túneles-. Ni siquiera parece haber estado en su guarida desde que lo encerramos.

Hada aterrizó en medio de todos robando nuestra atención.

En sus manos llevaba un trozo de tela color verde, desgarrado y cubierto de escarcha por todos lados.

-Encontré esto al sur del Taller-dijo-. Jack, ¿esto no le pertenecía a Venus?-preguntó, todos me miraron confundidos.

Tomé el trozo de tela entre mis manos. Recordé la noche de ayer, y tenía razón.

Ese era el abrigo que Vee había utilizado al dormir, incluso había dicho que ese verde era como el vómito. En ese momento, algo en mí se sintió tan molesto e incluso traicionado. ¿Acaso Vee lo ayudó a escapar? Si es que fue así, entonces ¿cómo es que rompió el hielo? 

-Tengo que hablar con ella-les dije, con un tono más agresivo de lo que pretendía.

Luego de enterarnos que el cuerpo mortal de Alex había escapado, todos los Guardianes-incluyendo a Mim- dejaron de lado el festejo. Mientras los muchachos se quedaban encerrados junto con Meme bajo su cuidado, los demás Guardianes se encargaban de encontrar algún rastro de Alex. El cual había aparecido más rápido de lo que pensaba pero no como esperaba...

Me enfurecía, me defecaba. Imaginar a Venus ayudando a Alex era la cosa más inmunda que se me pasaba por la cabeza en ese momento.

Cuando pensaba en ese sujeto,  rondando tan tranquilamente por el Polo pensando en lo estúpidos que fuimos,  había una sola palabra que describía lo que estaba a punto de pasar.  Lo que su presencia atraía cada vez que su sombra habitaba cualquiera de los dos mundos.

Muerte

Lo que sea que tuviera planeado hacer esa vez siempre tenía algo que ver con la muerte de alguien,  lo aprendí de mala manera pero esperaba que ésta vez, o cuando el volviera a regresar, no hubiera nadie importante a quien yo tuviera que resguardar. 

Las personas que amo don mi debilidad y él sabe cómo dañarlas.

Era padre, o eso trataba, y no sabía de que era capaz Alex de hacer. Matar  sacrificar su propia vida en el proceso con tal de lograr sus maliciosos deseos. Lo peor era que una parte de mí lo había ayudado en parte de su plan.

Me deslizo como el viento por la ventana hacia el Gran Salón todavía con la cólera hasta las puntas de mis cabellos.

Orión se dio la vuelta al oír la ventana abrirse y su expresión sería es indescifrable en cuanto me ve.

–¿Dónde está tu hermana? –pregunté con ligera molestia en la voz,  más de lo que pretendía.

–Haz lo que debiste hacer en un principio si quieres saber dónde está –graznó molesto–. Búscala.

–No es momento para pelear sobre eso, Orión–dije–. Necesito que me digas dónde está Venus y tu madre.

Sin embargo,  él no dijo nada y se dio la vuelta alejándose a grandes zancadas sin responder a mi pregunta.

¿De verdad son así de bipolares los adolescentes?

Prefería cuando no tenía nada que decirme,  pudimos haber hecho una relación de amigos y luego decirle la verdad.  Pero creo que lo mejor era soltar la bomba antes de que alguien más lo haga. De todas formas, si el más calmado de los gemelos casi me quiere cortar la cabeza,  no me imagino cómo me irá con el demonio de la familia.

Junto A Ti (Jack Frost X Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora