Junto A Ti (Jack Frost X Tu)

Capítulo 4: Aaron.

Vee

—¿No estarás hablando en serio o sí?—le espeté.

—Créeme, hablo muy en serio.—sus ojos azules me miraron nerviosos—Jamás he ido a una junta de padres.

—Tú sólo eres un representante, lo único que tienes que hacer es aceptar mis notas, no decirle a mi mamá y hablar con los profesores.—mis explicaciones no hicieron nada más que confundirlo más hasta que la tutora menciona mi apellido y Jack se levanta de golpe, golpeándose por accidente en el pie.

Jack se sentó, con actitud incómoda, frente al escritorio de la profesora y jaló hacia abajo la camisa negra que Orión le prestó en la mañana.

La tutora notó que no era un familiar el que me acompaña, así que se salta el tema de mis «compañeros» y se centra más en lo que a calificaciones respecta. Salimos del salón y Jack acompaña a Orión con su tutor.

Una de las peores cosas de la escuela, es que tengo que pasar la mayoría de las clases sola. Mientras que Orión está a dos salones lejos de mí, seguramente pasando lo mismo que yo. Luego de hora y media hablando, Jack se despide de nosotros y vuelve a casa.

El timbre suena y todos vuelven al pasillo de los casilleros. Ubico el mío y voy hacia él. Reconozco unas pocas letras desde lejos y puedo notar que todos me miran; algunos sonríen, burlándose claramente, otros sólo observan sin expresión alguna. Y luego están los responsables que se carcajean.

«Rata blanca»

Saqué de mi mochila una toalla manchada de negro y con esa limpie mi casillero. A mi lado, tres casilleros a mi izquierda, habían otras letras que no iban dirigidas hacia mi. Un muchacho de ropajes oscuros, cabello largo y negro azabache, ojos azules y piel pálida abrió ese casillero; de él sacó una toalla azul y limpió con agua el marcador. Hice lo mismo pero la marca todavía estaba ahí.

—¿Cómo te fue en las calificaciones?—me preguntó y lo miré.

—Saqué nueve punto cuatro.—de mi casillero saqué los libros que utilizaría a continuación; historia, matemáticas y geografía.

—Mejor que el semestre pasado ¿No?—sonrió de lado, dejó libros adentro y cerró la puertilla—A mí no me fue tan bien.—se encogió de hombros—Será un día muy largo...

—Sí, lo sé.

—¿Irás con Loud al baile de invierno?—preguntó dando un paso hacia mí.

—Sí.—retrocedí y él sonrió—¿Por qué? ¿Me invitarás?—sonreí de lado.

Acercó su rostro hacia mí, su aliento me golpeaba la cara y a la vez me daba un escalofrío por la espalda.

—Ya quisieras.

Rodeé los ojos y mes despedí, con una vuelta de espalda de Aaron. Sin embargo no cedió.

—Hablemos hipotéticamente.—se apoyó de espalda contra el muro—Si te invitara al baile ¿Irías conmigo?

Reí.

—Respondiendo «hipotéticamente»—imité su gesto—Tengo novio, así que eso es un no.

—¿Don Tacos no te da un tiempo libre? O acaso ¿Te da vergüenza decir que sí?—su mal chiste arruina el cómico momento, frunzo el seño y doy marcha hacia la clase de geografía.

-Ya déjame en paz, Aaron

No me sigue, pero sé que tal vez debe estar riéndose de mí. Aaron ha sido un «amigo» de la infancia desde que nos mudamos a este lugar. Nos conoce a mí y a Orión, sin embargo, siempre fue irritante para mí. Era demasiado egocéntrico, presumido, idiota y totalmente creído. Aún así, tenemos ese juego de «me gustas, te gusto». Incluso él sabe que nunca me gustará. No es que no fuera atractivo, pero no es mi tipo.