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-JungKook-

Me dio una mirada de pies a cabeza para después darme la espalda de manera rápida, casi tropezaba por su rápida maniobra, me quise reír por eso, pero sabía que no era el momento.

— ¿Quién rayos eres tú? —con mi mano quite algunos de los mechones que caían por mi frente.

— Y-Yo... —carraspeo y tomó aire para volver a hablar— Solo he traído ese vestuario hasta aquí, —sin voltear apuntó al sofá donde había porta vestuario negro— no era mi intención quedarme más de la cuenta, pero cuando lo estaba acomodando por accidente tire una gorra y solo trataba de recuperarla.

— Sal. —parecía no haber entendido pues no se movió ni un poco— ¡Te he dicho que salgas!

— ¡¿Pero qué te crees tú?! —olvidando la situación volteo a verme de manera molesta.

— Solo me quiero cambiar, —me tranquilicé al no querer ser el tema de los medios por chismes que difundiera esa loca— ¿O es que me quieres ver desnudo?

Sin decir nada dio media vuelta y salió del departamento. Desde ese momento supe que esa chica me sacaría de mis casillas.

[...]

Genial.

Era lo único que podía pensar. Me dirigía hacia una importante sesión fotográfica y para mi mala suerte la chica que había irrumpido en mi departamento iba conmigo, solo ella, el viaje en auto tardaría dos horas y eso era lo peor. Luego del incidente ella aclaró todo diciendo que trabajaba para la misma agencia que yo, y que según sus servicios tendría que estar acompañando a todos los integrantes del grupo en sus agendas. Pero aún no sabía ni su nombre.

Cerré mis ojos con la intención de ignorar por completo a mi compañera de viaje, pero los abrí cuándo comencé a escuchar el sonido de la ventana que subía y bajaba constantemente. Ella estaba ahí, tan entretenida con algo tan simple y tonto. Era alguien realmente patética.

— ¿Podrías parar? — estaba haciendo el mayor esfuerzo para no gritar.

— Amargado. —la escuché susurrar.

— Te escuché. —la miré de reojo.

— Que bien. —sonrió con arrogancia para después cruzarse de brazos y quedarse quieta el resto del camino. Lo cual agradecí interiormente.

No sabía absolutamente nada de ella, y ya estábamos viajando juntos, vaya vida la mía.

Los siguientes minutos transcurrieron de manera tranquila, tanto que me pareció raro así que de manera disimulada me gire a verla solo para ver que estaba admirando el paisaje de manera tranquila. Ella era bonita, no lo negaba, pero no era mi tipo.

— ¿Puedes dejar de verme? —su voz me tomó por sorpresa.

— Yo no te estaba viendo. —mentí de manera descarada.

— Sí, como no. —dejó de ver por la ventana para girarse hacia mí— Tienes un carácter muy feo, ¿No te preocupa quedarte sin amigos?

— Tú tampoco tienes un carácter bonito que digamos, —me miró de mala manera— no te quejes, tú empezaste.

A ese paso en poco tiempo nos íbamos a acostumbrar a pelear.

— Deberías de tener más respeto por tus mayores. —la miré con incredulidad— Por lo que sé tú aún tienes 20 años, niño, —lo dijo con burla— y yo tengo 21 por lo que me merezco más respeto.

— Hemos llegado. —interrumpió el chofer.

Sin decir alguna otra palabra bajó del auto dejándome algo sorprendido. Ella no parecía ser más grande que yo, ni siquiera aparentaba tener mi edad.

La sesión de fotos comenzó a la hora acordada según el contrato, todo marchaba bien. De vez en cuando veía a esa chica correr de un lado a otro ayudando al personal.

— Descansemos por un momento. —ordenó el fotógrafo y todos se dispersaron.

Estire mi cuerpo y camine hasta la silla que estaba debajo de un paraguas. Tenía sed y estaba por pararme para conseguir algo de beber pero me detuve al ver una botella de agua frente a mi rostro.

Alce la mirada y me encontré con esa chica que miraba hacia otro lado mientras sostenía la botella frente a mí.

— Debes de tener sed, —se negaba a mirarme— bebe esto.

— Ya hemos hablado bastante, —agarre la botella— pero aún no sé nada de ti, ni siquiera tu nombre.

— Yoon SaeJin, —la miré sin entender a que se refería— ése es mi nombre.

Estaba por decir algo más pero un hombre algo joven me interrumpió.

— ¿SaeJin? —tal vez ya la conocía, eso pensé.

— Sí. —contestó un tanto confundida.

— Necesito de tu ayuda por un momento. —con su dedo indicó hacia un lugar que desconocía por completo.

— Bien. —se giró a verme después de tanto tiempo— Ahora vuelvo.

Me quedé viendo como se alejaban poco a poco hasta que los perdí de vista cuándo cruzaron al otro lado de la carretera.

La sesión continuó de manera tranquila, ya solo faltaban unas cuántas fotos cuándo me di cuenta de que ya había pasado una hora y SaeJin no regresaba. Ni siquiera sabía porque estaba pensando en ella.

Luego de un rato la sesión por fin había terminado y me despedí de todos para después caminar hacia el auto que me llevaría de nuevo al departamento.

Espere por algunos minutos al chofer, era algo estresante tener que esperar tanto tiempo. Cuando pensé que tendría que salir a buscarlo él entró al auto.

— Siento la tardanza. —prendió el motor del auto.

— Espere, ¿Qué hay de la chica que venía conmigo? —no es que me importara realmente pero tenía curiosidad.

— Ella regresará con otras personas. —le dio poca importancia y comenzó a manejar por la carretera.

Sí. Por fin podría descansar sin nadie a mi alrededor. Esa chica me ponía los pelos de punta con su sola presencia, ya la detestaba y solo llevábamos unas cuantas horas de conocernos. Tal vez podía hacer que renunciara si la fastidiaba lo suficiente.

[...]

La noche ya había llegado y con ella mis ganas de salir a algún buen lugar para divertirme un poco. No tenía nada más que hacer así que me arregle y salí rumbo a algún club cercano.

El lugar estaba llenó de muchas personas que eran adineradas o bien, famosas. El aire que se respiraba ahí era puro sudor mezclado con alcohol y otras cosas que no he probado nunca antes.

— !Ey! JungKook. —alguien me llamó por detrás así que voltee para encontrarme con un hombre de mi edad a quien no conocía.

— ¿Sí? —conteste con algo de duda.

— Que bueno es verte por aquí. —no tenía ni una maldita idea de quien era ese tipo, tal vez estaba demasiado tomado pero eso no explicaba por completo como es que conocía mi nombre.

— Sí... Lo mismo digo. —fingí una sonrisa que él creyó sincera.

— ¿Sabes? No, no sabes. —comenzó a partirse de la risa mientras pasaba uno de sus brazos por mis hombros— Eres un chico genial, me agradas bastante.

Al tenerlo más de cerca pude percibir el fuerte olor de alcohol que provenía de su boca confirmando mis sospechas. Ya me estaba arrepintiendo de haber ido a ese lugar.

— Bien, —se separó de mí— voy por otra bebida que ésta se ha terminado. —me mostró un vaso totalmente vacío.

Dio media vuelta y se perdió entre toda la multitud. Las ganas de permanecer por más tiempo ahí se habían esfumado por completo. Le di una última mirada al lugar y salí de ahí para regresar al departamento sin divertirme ni un poco.

Im Good → J. JungKook   #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora