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-JungKook-

Me dejé caer de golpe al sentir mis pies cansados, llevábamos más de tres horas ensayando y todo era un fiasco por la falta de la presencia de Jin, que desde el día anterior no había sabido nada de él.

Miré detenidamente la sala de ensayos, buscando la presencia de esa chica, pero tampoco había rastro de ella desde el día anterior, cosa que era rara. Sacudí mi cabeza al darme cuenta de que estaba pensando demasiado en ella.

La sala de ensayos estaba tan sumergida en el silencio que pude escuchar claramente unas carcajadas en el pasillo, una la pude reconocer al instante, pero la otra no. La puerta se abrió dejando ver primeramente a Jin riendo como si su vida dependiera de ello, y detrás de él estaba SaeJin riendo de igual manera.

- Buenos días. -saludó SaeJin con una reverencia y a los segundos Jin la imito.

Todos correspondieron a su saludo a excepción de mí. Ella buscó algo con su mirada por todo el lugar y al toparse con mi presencia se quedó quieta por unos segundos para después hacer una reverencia en mi dirección y sonreír de manera natural. No supe cómo reaccionar así que solo me quedé sin hacer ni un solo movimiento. Ella pareció un poco confundida y me dio la espalda para comenzar a hablar con los chicos.

Luego de que ellos terminaran de conversar comenzamos con los ensayos, que para satisfacción de todos iban bien. Mientras nosotros seguíamos con las practicas SaeJin salía por bebidas o cosas para comer, y cada tanto que se acercaba para darme algo se limitaba a decir que era hora de un descanso, o que tenía que comer algo para después regresar con los chicos dejándome de lado, y eso por alguna razón me decepciono.

- Eres muy miedosa. -Tae se burló de SaeJin mientras todos estaban sentados en el piso.

- Cállate que tú la primera vez te pusiste a llorar. -la defendió Jin haciendo reír a todos.

- Parece ser que ustedes dos son más cercanos después de ese viajecito nocturno. -la voz de YoonGi parecía divertida, pero a mí no me causó gracia en lo absoluto.

Aún desde la distancia en la que me encontraba pude notar el sonrojo de esa tonta, y al instante los chicos la comenzaron a molestar. Sin querer seguir escuchando estupideces me coloque mis audífonos poniendo a todo volumen la música.

[...]

Eran las once de la noche y los ensayos por fin habían terminado. Los chicos se habían marchado ya desde hace tres horas atrás dejándome nuevamente solo. No es como si los necesitara, pero me molestaba que pasaran de mi presencia.

Guarde el cargador en la mochila y la cerré para después colgarla en mi espalda, camine hasta la puerta y salí del salón de ensayos. Mis músculos dolían y solo quería llegar a casa para tumbarme en la cama.

- Jeon. -llamaron detrás de mí.

Con mala cara me giré de golpe para ver quien me llamaba, y no me sorprendí al ver que se trataba de ella.

- No me llames por mi apellido. -me queje dándole una mala mirada.

- ¿Por qué no debería? Después de todo es parte de tu nombre. -se encogió de hombros restándole importancia.

- ¿Ahora te dignas a hablarme, después de ignorarme todo el día? -me cruce de brazos. Parecía un maldito niño haciendo una pataleta.

- ¿Eso te molesta? -no sabía si se estaba burlando- Además, tú fuiste quien me ignoro desde un inicio, te salude de buena manera y no hiciste nada. Me sentí realmente patética.

Mis brazos cayeron a los costados al saber que ella tenía razón.

- ¿Por qué vas tan tarde a casa? -comenzó a caminar y le seguí el paso.

- Me quedé a ensayar otro poco, hay algunos pasos que se me complican. -desde hace tiempo que no entablaba una conversación tan larga con alguien.

- Vaya. ¿Al gran Jeon se le complica una coreografía? -alzó sus cejas de manera exagerada- No me lo creo, eres muy bueno para eso del baile.

- ¿Me has estado observado? -era mi turno para burlarme.

- No solo a ti. -debo admitir que su respuesta me hizo sentir mal- Tengo que conocerlos para poder trabajar con ustedes, así que en mi tiempo libre he investigado un poco de cada uno.

Después de eso ninguno de los dos volvió a decir nada. Subimos al ascensor, marque el último piso que era el estacionamiento subterráneo, y ella marcó el de la entrada principal.

- ¿Y tú? -me volteo a ver con una mueca de confusión al no saber de qué hablaba- ¿Por qué vas tan tarde a casa?

- Normalmente me voy a esta hora. -estiro sus brazos hacia el techo para después bostezar- Algunas personas no están del todo felices de que esté trabajando aquí, por lo que me cargan de trabajo.

Cerró sus ojos sin querer decir alguna otra palabra. No tenía ni idea de que estuviera siendo tratada de aquel modo, siempre pensé que todo era fácil para ella, pero me equivoque. En ese momento me entraron unas terribles ganas de querer ir a buscar a esos malditos y amenazarlos para que dejaran de comportarse como cabrones con ella.

Ella abrió los ojos y yo regresé a la realidad en cuánto la alarma que anunciaba el piso sonó.

- Bueno, hasta aquí llego yo. -hizo una mueca, pero al instante la borro para hacer una reverencia y salir del ascensor. Se quedó parada en el pasillo viéndome de una manera rara, y antes de que las puertas se cerraran por completo volvió a hablar-. Nos vemos mañana. Ve con cuidado a casa, Kookie.

Mis ojos se abrieron de sobre manera y mis mejillas se sintieron terriblemente calientes, ninguna chica, a excepción de las fans, me había llamado Kookie. Escucharla decirme de otro modo que no fuera Jeon me dio un extraño sentimiento, uno que me hizo sentir con ganas de bailar y gritar en ese maldito cubo metálico, pero no lo hice pues el asombroso aún no abandonaba mi cuerpo.

Rasque mi nuca en modo de nerviosismo y dejé que una sonrisa apareciera en mi cara. Después de todo no era tan malo quedarse algunas horas más en la agencia.

Im Good → J. JungKook   #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora