40 The End

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11 meses después...

-SaeJin-

Deje que el café recorriera mi garganta de manera lenta, dejando toda su esencia a su paso. Sabía demasiado bien.

— Creí que no te volvería a ver. —menciono MyungSoo mientras dejaba su taza de café en la pequeña mesa que teníamos en medio de los dos.

La cafetería en la que nos encontrábamos estaba casi vacía, por lo que hablar resultaba cómodo.

— No seas exagerado, sólo fueron unos meses.

— Meses en los que no supe nada de ti.

Y era cierto.

Luego de haber sido despedida de Big Hit pasaron tantas cosas, y una de ellas fue mi empleo en la agencia Woollim, puesto que conseguí gracias a la recomendación de MyungSoo y el tiempo que estuve trabajando para Big Hit. En fin, me asignaron con SungKyu, que no tenía mucho tiempo de haber debutado pero que aun así ya tenía cierto reconocimiento, y así es como termine siendo la representante de SungKyu. Luego de un mes de estar trabajando en esa agencia, tuve que salir del país para atender asuntos relacionados con el álbum de él. Y estando en el extranjero decidí que lo mejor para mí era olvidar todo lo sucedido y alejarme de todo lo relacionado con corea, por lo menos por un tiempo.

— Estoy planeando vivir en el extranjero. —solté de repente.

— ¿En el extranjero? —curveo una de sus cejas y yo asentí— ¿Por qué?

— Quiero vivir nuevas experiencias. —sonreí de lado— Además, recibí una propuesta del CEO para manejar la carrera de SungKyu en Los Ángeles.

— Vaya... —susurro.

— Serás uno de los primeros en saber cuándo me vaya.

Después de eso ambos continuamos hablando sobre las cosas que habíamos hecho en el tiempo que no nos habíamos visto.

[...]

Suspire con nostalgia al estar frente a la puerta. Ya había sido un tiempo desde la última vez que había estado ahí.

Mis ojos se empañaron al tener de golpe tantos recuerdos. No aguante más y deje que unas lágrimas abandonaran mis ojos, me sentía triste, y a pesar del tiempo ese hueco seguía en mi corazón. Aun no podía superar la muerte de mi abuela, ni la separación tan repentina con JungKook, todo ese dolor aún seguía fresco, no podía creer que aun después de casi un año siguiera llorando como el primer día.

Limpie el rastro que las lágrimas habían dejado en mis mejillas y suspire profundamente para controlar mis sentimientos. Sonreí en dirección a la casa en la cual había vivido por mucho tiempo, y di media vuelta dispuesta a irme para no regresar jamás.

Pero pare mis pasos de golpe.

— ¿S-SaeJin?

Mi corazón comenzó a bombear de manera frenética, y sentí como toda la sangre se me bajaba a los pies.

Con una rápida mirada me di cuenta de que estaba mucho más delgado de lo que lo recordaba, y eso se notaba a pesar de toda la ropa que llevaba encima. Y esa gorra y cubre-bocas no disimulaban para nada sus oscuras ojeras.

Agarre con fuerza la correa de mi bolso y comencé a caminar con la cara en alto. Una parte de mi quería correr a sus brazos y explicarle todo lo que no pude tiempo atrás, pero otra quería demostrarle que había podido seguir adelante sin él.

Cuando pase a su lado su fuerte mano me detuvo, y con débil voz hablo.

— Hablemos, por favor.

— Tengo cosas que hacer. —trate de deshacerme de su agarre, pero el sólo lo afirmo más.

Creí que me iba dejar ir o por lo menos que volvería a decir algo más, pero nunca me imaginé que me llevara a rastras al interior de la que antes había sido mi casa mientras yo forcejeaba para que me soltara.

Mentía si decía que no tenía miedo.

— ¿Por qué vendiste la casa en la que viviste con tu abuela durante tanto tiempo? —prácticamente me reclamo una vez que llegamos al interior de la vieja casa.

Juro que me iba a poner altanera e iba evitar todas sus preguntas, pero de nada hubiera servido, así que estaba dispuesta a contarle todo lo que quisiera saber y después me marcharía de ahí.

— Tenía deudas por pagar, era vender la casa o ir a la cárcel. —me deshice de su agarre.

Mis manos temblaban debido a los nervios.

— No tienes idea de cuánto sufrí luego de que mi abuela muriera. —un nudo se instaló en mi garganta.

— Lo siento. —su voz se escuchaba rota, y sin querer eso me hacía daño a mí— Debí escucharte cuando me lo pediste.

— Tranquilo, ambos tuvimos culpa en cierta medida.

Tenía que decirle adiós en ese momento, teníamos que terminar las cosas de manera clara, no quería más malentendidos entre nosotros.

— Sabes que las cosas entre nosotros terminaron hace mucho tiempo, ¿No? —se deshizo del cubre-bocas y la gorra, dejando a la vista su cansado rostro— No quiero que nos sigamos atormentando por cosas que ya pasaron. Espero y puedas olvidar todo tal y como yo lo hare.

— SaeJin...

— Me tengo ir.

Di unos cuantos pasos hacia la salida, tratando de ser fuerte para no romper en llanto en ese momento. Pero tal y como un drama él me volvió a detener enrollando su mano en mi brazo colocándome frente a él mientras se arrodillaba en el piso y me abrazaba por las piernas, impidiendo que diera algún paso más.

Podía sentir su respiración agitada y sus lágrimas mojando la tela de la blusa que quedaba justamente en mi vientre. Trate de separarme de él, pero nuevamente afirmo su agarre como si su vida dependiera de ello.

— Perdóname. —su voz se escuchó rara al chocar contra mi cuerpo— Sé que fui un idiota. Me prometí a mí mismo jamás hacerte llorar, pero termine rompiendo mi propia promesa, y me odio por eso. —y como si fuera algo normal en mí comencé a llorar de manera silenciosa, sin importarme que el poco maquillaje que llevaba puesto se corriera— Dame sólo una oportunidad más y te juro que jamás volveré a desconfiar de ti, no importan las cosas que se pongan en nuestro camino, yo siempre confiare en ti. Si no te tengo a mi lado no creo que algo pueda ir bien en mi vida, eres la única que me puede hacer realmente feliz. Por favor, quédate a mi lado. 

Todos se merecen una segunda oportunidad para enmendar sus errores.

Recordé las palabras que una vez me había dicho mi abuela. Tal vez tenía razón, o tal vez no, pero eso era algo que no podía saber si no lo intentaba. Quería luchar nuevamente por lo nuestro una vez más. Un último intento.

Dejé que mis rodillas se doblaran y caí frente a él.

Sus grandes manos acunaron mi rostro, y con sus pulgares comenzó a limpiar mis lágrimas con demasiada delicadeza que casi no podía sentir su tacto. Comencé a mover la cabeza de arriba hacia abajo constantemente mientras las lágrimas bajaban más rápido de mis ojos.

JungKook me pego a su cuerpo envolviéndome en sus brazos hasta casi dejarme sin respiración, pero eso poco me importo y le regrese el abrazo con la misma intensidad.

Esa tarde habíamos llorado como nunca mientras nos abrazábamos con la misma intensidad que nos habíamos extrañado, esa tarde se habían ido todas esas oscuras nubes de mi vida dándole paso a los días soleados donde podía volver a tener a mi lado a la persona que más amaba.

Había vuelto a tener a JungKook en mi vida.

Im Good → J. JungKook   #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora