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Okay... Tengo nuevos seguidores, y he de admitir que tengo miedo, ¿Por qué? La mayoría de ellos no han votado ni comentado, y aun no entiendo el motivo por el que me siguen, no es que me moleste, sólo es algo confuso...

Y volviendo a otra cosa, perdón por estar desaparecida por dos días, pero el MV de BTS me dejo atontada, y lo he estado reproduciendo constantemente para que las vistas suban, espero y estén haciendo lo mismo.


-JungKook-

Después de tan largas semanas por fin regresábamos a nuestra rutina, y eso era algo genial. Había soportado demasiado sin ver a SaeJin, pues desde que le había pedido ser mi novia no la había vuelto a ver, y no tuve el suficiente coraje para llamarle o mandarle un mensaje, siendo que antes lo hacía casi a diario para que me hiciera algún favor.

En cuanto entre al salón de ensayos pude ver que ya todos estaba ahí, excepto ella.

Tenía unas tremendas ganas de ir y hablarle a los chicos, por lo menos de preguntarles como estaban, pero tenía miedo de que me miraran mal, y era gracioso pues yo tiempo atrás los había tratado mal y ahora tenía miedo de recibir ese tipo de trato por parte de ellos.

Dejé el asunto de lado al escuchar como alguien entraba al lugar, y no era nadie más que SaeJin. Se veía hermosa, nunca la había visto con ese tipo de ropa ni con maquillaje sobre su pálido rostro, y mi corazón no pudo hacer otra cosa más que acelerarse. Antes de poder caminar hasta ella pasó a mi lado haciendo una reverencia con la cabeza, siguiendo de largo hasta donde estaban los chicos.

¿Pero qué...?

La miré de forma incrédula, pero ella ni siquiera me estaba mirando. ¿Había hecho algo malo? Lo dudaba.

— Te vez muy bonita SaeJin. —la voz de TaeHyung me hizo rodar los ojos con fastidio.

— Gracias.

¿Prefería estar con ellos que con su novio? ¡Bien! No le iba a dar importancia, la ignoraría de la misma forma que ella lo hacía.

— Hora de ensayar chicos, —hablo con seriedad NamJoon— alguien tiene que cambiar de lugar con Jin en esa pirueta.

Al final yo había cambiado mi lugar con Jin, cosa que me daba igual. Había empezado mi día con total felicidad, pero todo se había venido abajo gracias a cierta persona.

[...]

Nuevamente me había quedado hasta tarde ensayando pues durante los ensayos con los chicos no pude estar del todo concentrado pues SaeJin siguió sin hablarme como si le diera igual que estuviéramos saliendo. Aún estaba cabreado, pero no podía fallarle al grupo.

Me dejé caer en el frío piso y cerré mis ojos, estaba totalmente agotado. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero abrí mis ojos al sentir una presencia a mi lado.

Era SaeJin.

— Hola. —saludó alegre.

Me incorpore, quedando sentado con los pies cruzados, de igual manera cruce mis brazos a la altura de mi pecho y no le contesté. Sabía que estaba actuando como un niño, pero no sabía cómo expresar mi molestia.

— ¿Qué tienes?

— ¿Ahora sí te dignas a hablarme? —la miré de reojo y se notaba confundida— En todo el día actuaste como si no tuviéramos nada que ver.

Soltó una risita que solo me hizo enfadar más. Me levanté del piso y traté de alejarme de ella, tal vez sólo se había estado burlando de mí. Un jalón en mi mano me hizo regresar al piso.

Estaba por decirle que me dejara en paz cuando sus labios se estamparon contra mi mejilla, sabía que no era la gran cosa, pero de algún modo hizo que mi corazón se acelerara.

— Estás bien tonto. —habló una vez se separó de mí— No te hablé porque sería raro que después de cómo nos llevábamos en el pasado ahora fuéramos grandes amigos. Los chicos se darían cuenta.

No me había dado cuenta del momento en que ella se había acomodado entre mis piernas quedando frente a mí. Estaba de rodillas haciendo que nuestra cercanía fuera mejor.

— Pero ellos han visto que nos llevamos mejor. —me quejé.

— Sólo han sido como dos veces. —hizo un ademán raro— Tenemos que ser discretos si queremos que esto funcione.

Tenía razón, no podíamos andar tan libremente debido a los mánager.

— No puedo creer que termináramos en esto. —susurró.

— ¿Por qué?

— El primer día de trabajo estaba segura de que algún día le pondría laxantes a tu comida como parte de una venganza. —rió de manera suave— Y ahora estamos aquí, en el piso de la sala de ensayos, a escondidas de todos.

— De cualquier manera, me gustan los resultados. —tomé su mano y la besé— Y ya no comeré la comida que me des.

Me dio un golpe en el hombro, y sí dolió, esa mujer tenía la mano pesada, y no me quejé pues quedaría como un marica.

— ¿Cuándo fue que te comencé a gustar? —preguntó con interés.

— No lo sé. —era la verdad— Pero tengo una ligera sospecha de que todo comenzó cuando te encontré con Jin en la sala de ensayos, él tenía tu pie entre sus manos.

De sólo recordar ese momento la sangre me había comenzado a hervir.

— Él se portó muy lindo ese día, no soportaba el dolor en mi pie y consiguió un curita para mí. —la fulmine con la mirada al escuchar como hablaba de él— No me veas así, sólo estoy diciendo que fue amable.

— "Él se portó muy lindo". —traté de imitar su voz, pero me salió pésimo.

— Yah. —se quejó— No me imaginé que fueras celoso.

— Es la primera vez que soy así. —miré en otra dirección al sentir como mis mejillas se calentaban.

— Eres muy lindo. —apretó mis mejillas con rudeza— Vámonos, ya es tarde.

Ambos nos paramos del piso y salimos de ahí, charlando de cualquier cosa. Odiaría no poder tomarla de la mano en público.

[...]

«Ya llegué a casa ;)»

Reí al ver su mensaje. No me había dejado acompañarla a su casa, por lo que la obligue a prometer que en cuanto estuviera dentro de esta me mandaría un mensaje; y lo había cumplido.

«Entonces ya puedo estar tranquilo. Descansa, nos vemos mañana. <3»

Me sentí un poco raro al mandar ese corazón por texto, jamás lo había hecho.

«Sí. Dulces sueños conejo <3. No me culpes, descubrí que tus fans te llaman de ese modo. Ya, descansa.»

Esa chica me aceleraba a mi corazón como loco con unas simples palabras. No sabía que había hecho ella para gustarme, pero de algo sí estaba seguro; me tenía completamente a sus pies.    

Im Good → J. JungKook   #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora