1

4.6K 215 11
                                    


-SaeJin-

La sonrisa que tenía en el rostro nadie me la podía borrar, estaba tan feliz que podría haber saltado por todo el lugar, pero, al no ser lo apropiado, me contuve.

Le iba a estar agradecida eternamente a esa mujer que, a pesar de mi currículo, que muchos habían visto como algo inservible y basura, ella se tomó la molestia y vio más allá de lo que un papel decía.

— ¿Cuándo puedo comenzar a trabajar? —mi pie estaba sufriendo un tic nervioso.

— Mañana mismo. —abrió uno de los cajones de su escritorio y sacó un sobre grande color blanco— Aquí está la agenda que contiene algunas cosas que harás y tu pase, con el que podrás acceder a cualquier lugar sin problemas.

— Muchas gracias. —tomé el sobre con entusiasmo.

— Espero haber contratado a la persona indicada para éste trabajo. —podía parecer solo un poco más grande que yo pero su expresión de seriedad era atemorizante.

— Puede estar segura de ello. —me levante de la silla— Sí eso es todo, yo me retiro.

— Bien. —se levantó de la silla— Recuerda llegar a primera hora mañana.

— Lo recordare. —hice una reverencia, caminé hasta la puerta y la abrí— Hasta mañana.

Sin cruzar otra palabra salí de la oficina. Tenía el trabajo, de tantas personas yo había sido la afortunada, y es que ya era hora de conseguir un empleo. Decían que desde el inicio de los 20 años el reloj de la vida avanzaba más rápido, y que en menos de un parpadeo uno llegaba a los 30.

Pero yo solo pensaba en disfrutar de mi juventud al máximo hasta que llegara la hora de formar una familia.

[...]

Antes de entrar por completo a casa me quité los zapatos de manera torpe pero una vez que conseguí tenerlos fuera de mis pies, y dejarlos en el recibidor, caminé hasta la sala para dejarme caer en el sofá.

— ¡Abuela! —no quería sonar alegre pues quería que fuera una sorpresa.

— ¿Ahora qué pasa? —salió de la cocina secándose sus manos en un trapo viejo y algo sucio.

Camine hasta ella y la guié hasta el sofá donde momentos antes estaba yo para hacer que ella se sentara.

— ¿Qué es lo que pasa? —su cara de curiosidad me dio un poco de risa— ¿Por qué te ríes?

— Espera. —me dejé de reír y me senté a su lado— Lo conseguí.

— ¿Qué es lo que conseguiste? —la curiosidad aún era evidente en su rostro.

— El trabajo para la agencia BigHit. —di un pequeño salto en mi lugar debido a la emoción.

— ¿Serás cantante? —no pude más y solté una carcajada.

— No abuela. —me tranquilice— Trabajaré ahí como asistente de un grupo, no seré cantante.

— Estaba a punto de pedirte un autógrafo. —las dos reímos— Me alegra que por fin lo consiguieras, después de tanto esfuerzo te lo mereces.

— Gracias. —me acerque hasta ella y la abrace— Ahora podrás dejar de trabajar en esa fábrica.

— No me digas que todo esto es por mí. —me separó un poco de ella y me agarró por lo hombros para poder verme a la cara— Sabes que yo estoy bien con seguir trabajando ahí.

— Pero yo no, me siento mal cada vez que llegas tarde a casa y te vas por las madrugadas. —se formó un nudo en mi garganta— Ya haz cuidado de mí los últimos 20 años, deja que ahora yo cuide de ti. Por favor renuncia.

Im Good → J. JungKook   #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora