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-SaeJin-

No podía creer que nuevamente estaba frente a esa puerta, justo al otro lado estaba la escena de ese vergonzoso crimen.

Estaba por dar media vuelta e irme por donde había llegado, ya después pondría alguna buena excusa. Pero antes de poder dar un paso la puerta se abrió dejando ver a un JungKook cansado, parecía que los efectos de la fiebre se estaban dejando ver. Algo me decía que había estado espiando por la mirilla.

— Pensé que no vendrías. —por un momento me sentí mal al imaginarme dejándolo solo en ese estado.

— Pero aquí estoy. —alcé mis manos en un inocente ademán.

Sin decir nada se hizo a un lado y con un movimiento de cabeza me indicó que pasara, a lo que yo le hice caso con un poco de nervios.

— Linda casa. —mire con interés alrededor.

— No es la primera vez que estás aquí. —por el tono de su voz supe que estaba aguantando una carcajada.

No sabía si caminar hasta el sofá y tomar asiento o quedarme parada para salir corriendo en caso de cualquier cosa.

— Cierto. —reí de manera nerviosa— ¿Y qué estabas haciendo antes de que llegara?

— Nada.

— Hmm... —no sabía que decir en ese tipo de situaciones.

— SaeJin...

— ¿Sí?

— La verdadera razón por la que te llamé... —ya sabía que había otra razón tras su repentina llamada— ¿Qué sentiste cuando te besé?

Trague saliva con algo de dificultad, me esperaba cualquier cosa menos esa pregunta. ¿Para qué quería saber que había sentido?

— Yo... —un terrible calor se apoderó de mi cara.

— Me gustas.

Soltó sin más haciendo que el trabajo de mis pulmones se volviera difícil.

— Comencé a tener dudas sobre mis sentimientos hacia ti desde hace tiempo, —dio un paso hacia mí— y gracias al beso los pude confirmar. Estoy enamorado de ti.

Quería que el maldito tiempo se detuviera en ese momento, ya no podía sentir el aire transitar por mi cuerpo. Estaba emocionada, pero era más grande el sentimiento de temor.

— No... —retrocedí dos pasos, casi chocando con la pared— No puedes sentir eso por mí. —por un momento pude ver como sus hombros se hundían, pero al momento volvieron a erguirse— No está bien, tú y yo no somos de los mismos mundos. ¿Sabes lo que la gente pensará? Muchas personas estarán en contra de lo nuestro.

Entré todas esas palabras le había dado la respuesta a su pregunta. Sí, yo había sentido exactamente lo mismo, y no me había dado cuenta de que me gustaba hasta que me besó, más bien, no lo quería aceptar.

— ¡¿Y qué carajos importa la gente?! —su grito hizo que saltara del miedo— ¡Ambos provenimos del mismo lugar! Antes de estar en éste lugar era un chico común, al que nadie hacia caso, el ignorado por las chicas. Al inicio te traté mal, en parte por mis estúpidos problemas, pero también porque creí que serías como todas esas chicas que tratan de aprovechar cualquier cosa para subir de lugar, y no fue así. Eres la persona más real que he conocido, siempre te preocupaste por mí a pesar de la manera en que te trataba. —dio otro paso en mi dirección— Me enamoraste sin quererlo, y no quiero dejarte ir.

— No quiero arruinar tu carrera.

— No lo harás.

Dio un último paso quedando frente a mí. Me dio un ligero empujón y sentí como mi espalda chocaba contra la pared. Podría haber escapado por alguno de los costados, total, la puerta estaba a nuestro lado, pero sus grandes y fuertes brazos apoyados en la pared me lo impidieron.

— Si tú sientes lo mismo no hay nada que nos impida estar juntos. —con una mano acomodo un mechón de cabello tras mi oreja— Por favor, acepta mis sentimientos. Prometo hacerte feliz y cuidarte de cualquier cosa.

Sin esperar mi respuesta estampó sus labios contra los míos.

¿Cuándo todo había cambiado? ¿Qué pasó en el camino para que estuviéramos en esa situación? No recordaba haber querido llegar a eso.

De manera lenta despegó sus labios de los míos, y sentí como esa sensación suave de sus labios se iba perdiendo.

— ¿Entonces?

¿Qué podía pasar si comenzaba a salir con uno de los hombres más famosos de todo el mundo? Nada, sólo tendría a millones de chicas queriendo acabar con mi existencia, reporteros las 24 horas tratando de buscar algo malo en mí, vivir bajo presión para no dejarlo en ridículo, y ni olvidar el hecho de que era una chica pobre y me iban a criticar diciendo que sólo estaba con él por su dinero. Sí, nada malo.

Pero...

¿Y si nada de eso pasaba? No podía vivir en el "y si hubiera" ... La única forma de saberlo era viviéndolo.

— Vamos a intentarlo. —las palabras salieron solas antes de poder pensarlo mejor.

Solté un grito al sentir como con sus fuertes brazos me levantaba del piso. Aún necesitaba un pellizco para saber que eso no era un sueño.

[...]

— ¿A dónde fuiste? —me congelé al ver a HoSeok parado en la puerta de la cocina.

Se me había olvidado por completo avisarles a los chicos de mi repentina salida, y no les iba a decir que había ido al departamento de JungKook y que nos habíamos vuelto pareja. Habíamos quedado de acuerdo en que lo nuestro iba a ser a escondidas de todos, incluso de los chicos, el único lugar donde podríamos estar juntos sería su departamento.

— Salí a caminar un poco, me sentía presionada por tanto papeleo. —apunté la pequeña mesa que estaba llena de hojas.

— Ya veo... —su mirada me ponía nerviosa.

De manera torpe caminé hasta el sofá para sentarme y comenzar a leer los papeles, aunque verdaderamente no lo estaba haciendo.

— ¿Y los chicos? —traté de sacar un tema de conversación.

— Se quedaron dormidos, —dio un largo bostezo que casi se me pega— y creo que yo también iré a descansar un poco.

— Bien.

— No trabajes mucho, es malo para el cuerpo. —y desapareció por el pasillo.

Solté un suspiro de alivio y dejé caer mi espalda en el sofá, había sido mucha presión, tomando en cuenta que a veces era mala para mentir.

Fingir sería más difícil de lo que había pensado.

Im Good → J. JungKook   #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora