36. La enfermedad de Neji

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Algo estoy haciendo mal seguro. Pero es que segurísimo.

—¿Por qué todo el mundo quiere charlar conmigo? Tsunade, Hiashi-sama...

Llamé al timbre de la casa Hyuga, y al poco rato me abrió una de las sirvientas. Me dijo dónde se encontraba el líder del clan, y fui hacia allí. Lo encontré sentado frente a una mesa baja y con una taza de té en las manos.

—Siéntate, por favor —me dijo indicando el lugar libre frente a él.

Me senté, y al momento otra sirvienta me sirvió té.

—¿Por qué quería hablar sobre mi clan? —pregunté directa.

—Ya sabes que los Kawasaki son mestizos —asentí—, y por lo tanto, portan sangre tanto Hyuga, como Uchiha y Kaguya —volví a asentir.

—Sí, pero, ¿a dónde quiere llegar con ésto?

—Quiero que me hables sobre el poder de los Kawasaki.

Dudé un poco en contarle lo que sabía.

—Los Kawasaki, como usted ha dicho, somos mestizos. Podemos nacer con el Sharingan, Byakugan o el Kkekei genkai de los Kaguya. Cómo habrá oído, el clan Kawasaki fue "exterminado" por el gran poder militar que tenían, pues unos querían dar un golpe de estado.

—Sí, algo parecido como el de los Uchiha —añadió Hiashi-sama.

—Sí, pero con dos diferencias: yo tenía trece años cuando participé, y no se ha extinguido. Aún quedan Kawasaki's en el mundo. También hay una "anomalía", y es que cada cierto tiempo nace un niño con dos Kkekei genkai.

—¿Eso es posible? —se preguntó Hiashi-sama.

—Claro —afirmé—. Si un portador del Sharingan y otro del Byakugan contraen nupcias, el niño saldría con el Byakugan en un ojo, y el Sharingan en el otro.

—¿Y tú..., tú eres de esos niños?

Miré la hora. No tenía intención de revelar tanta información, y menos a alguien que ni siquiera conocía. Podría jugar en mi contra en un futuro.

—Hay una última cosa muy importante que debes saber sobre ese poder —me dijo Tsunade antes de irme.

—¿Cuál?

—Usar mucho ese chakra, acorta la vida del portador.

Habíamos estado hablando por más de una hora, y ayer Tsunade me dijo que tenía que reunirme a las once y media con mi escuadrón ANBU.

—Perdóneme, pero tengo un asunto que antender —dije, levantándome del cojín—. Ha sido un placer hablar con usted, pero me tengo que ir. Dele saludos a Hinata.

Me fui despidiéndome de Hiashi-sama.

La Hokage que me había asignado una misión con mi escuadrón de espionaje ANBU. Nos reuniríamos a las once y media en la entrada de Konoha. La Hokage nos mandó buscar una de las guaridas de Orochimaru.

Y como no, cogiendo costumbres de Kakashi, llegaba tarde, porque me había parado a comprar algo de comer en un puesto, y me había ido a casa a cambiarme.

—¡Llegas tarde! —me reclamó uno de mis camaradas.

—Los mejores nos hacemos esperar —dije.

—Lo que tú digas... me imaginé que me lanzó una mirada reprobatoria.

Reí, como mis otros compañeros.

¿Nara o Hyuga? »Neji y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora