47. ¡Porque él me gusta!

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—¡Shikamaru! ¿A dónde vas?

Estaba rondando por la aldea cuando me encontré con el Nara. Se veía cansado y molesto.

—Intento encontrar una "llave" para descifrar el código que dejó Jiraiya-sama.

Me tendió una foto del lomo del sapo con la encriptación.

—106... —dije para mis adentros.

Recordé cuando estaba con Kakashi y Jiraiya. Él dijo esa cifra, Kakashi y yo lo miramos raro, pero después de que pasase Tsunade, Hatake y yo lo entendimos.

—¿106...? —dijo Shikamaru.

—No... No es nada —le devolví la foto.

—Eso mismo dijo Kakashi-sensei —comentó—. ¿Qué significa 106? —insistió.

Negué con la cabeza, dándole a entender que no diría nada. Él suspiró, y me revolvió el pelo, dejándomelo como un nido de pájaros. Le eché una mala mirada, que ignoró completamente. Sin que se lo esperara, me incliné hacia él, lo agarré del chaleco Jōnin y le di un beso en la mejilla.

El Nara se quedó parado mirándome perplejo. Cogí la foto de su mano, y me encaminé hacia la siguiente parada.

—¿A casa de Naruto, no? —su silencio lo tomé como un sí.

Al poco rato Shikamaru ya estaba al lado mío. Cuando llegamos a la casa de Naruto, el chico llamó a la puerta. Esperamos un poco, y volvimos a llamar, pero nada.

—Estará fuera —dijo Shikamaru.

Nos íbamos a ir cuando la puerta se abrió lentamente. Por ella se asomó Naruto, pegándome un susto y haciendo que me escondiera detrás de Shikamaru.

—¿Qué queréis...? —preguntó molesto.

—Para empezar... ¿Podemos pasar?

—¿Se te ocurre algo? —le preguntó Shikamaru tras darle la foto.

Naruto miraba la foto, pero no parecía pensar en eso. Tenía la mirada perdida, la misma que la de la noche anterior. Eso me disgustaba.

—Naruto, te pregunté si se te ocurre algo.

El rubio no contestó. Se limitó a seguir mirando la foto.

—¡Naruto! —exclamó Shikamaru, sobresaltando al rubio y a mí.

Pareció que volviera en sí. Se acomodó en la cama y sonriente preguntó:

—Oh, lo siento. ¿Dime, qué pasa?

—Ven conmigo —contestó Shikamaru irritado.

Él y yo nos levantamos mirando a Naruto.

—¿A dónde?

—Sólo ven —le dije yo.

—¿Por qué me traéis aquí? —nos preguntó el rubio.

Esperamos un poco, hasta que una mujer morena salió del hospital. Llevaba un vestido naranja con una camiseta azul, y una bolsa en la mano.

—¡¿Kurenai-sensei?! —exclamó sorprendido Naruto—. ¡¿La han hospitalizado por comer muchas costillas de BBQ?! ¡Tiene el estómago más grande que el de Choji!

—¡Naruto! No está gorda, está embarazada, zopenco —le regañé.

Kurenai se alejó.

—Ese niño será mi estudiante. Así lo quiso Asuma-sensei —nos dijo él—. Sé lo de Jiraiya. Nosotros también perdimos a nuestros maestros —dijo mirándome.

¿Nara o Hyuga? »Neji y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora