Capítulo 4

10.4K 729 99
                                    

Sus ojos rosados estaban fijos en aquel papel, se había caído del libro y extrañada lo tomó y guardó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus ojos rosados estaban fijos en aquel papel, se había caído del libro y extrañada lo tomó y guardó. Podía darle aunque sea una pequeña pista de como avanzar con el plan.

Con Eva sin un sentimiento a ninguno no lograría nada.

Eva era una mujer amable y con un gran corazón lleno de esperanza así que era normal el que no los odié pero además de ello su hermana no sentía nada por nadie.

—“Eva y Adán están conectados —leyó  en voz baja no quería llamar la atención de ningún vampiro—, se dice que si el amor florece entre ellos y hay sentimientos que lo respalden ellos estarán unidos pero si solo están juntos por la conexión que sienten simplemente estarán atados”. Esto debe de ser una pista importante.

Ella sonrió.

Al fin había encontrado algo valioso que la ayudaría.

Si el papel se refería a una conexión debía de comenzar a observar a los hermanos para ver como interactuaban con Yui, así descubriría algo que Eva no estaba notando.

Guardó el papel en uno de los cajones y se encaminó al armario en donde buscó  entre su ropa. Removió la poca ropa que había y demás mantas de cambio para su cómoda cama, y de entre todo el desorden que formó sacó una larga capa negra que al darle un tirón salió también una pequeña caja, era de madera y color negro con uno que otro detalle blanco. Frunció el ceño y la abrió fue en ese momento que sus facciones se relajaron.

Un brillante collar se escondía en aquella pequeña caja, su dije era la mitad del yin yang, la parte oscura.

Rui sonrió.

Había olvidado aquel pequeño detalle, había sido un regalo de parte de Kino que recibió sorpresivamente.

«La suave brisa movía sus cabellos rubios, ignoraba el frío que le recorría el cuerpo por toda la información que llevaba en la cabeza, había vuelto hace nada de una misión y enseguida tuvo que retomar sus clases de etiqueta.

Estaba tomando un descanso antes de llevar el informe a Karlheinz.

—Que coraje —suspiró molesta—, le mande una nota pidiéndole un descanso. Llevó más de dos semanas en esta misión.

Una infiltración, investigación y un asesinato.

Todo había sido complicado.

Era la primera misión en la cual debía de infiltrarse para matar a alguien, normalmente lo vigilaba unos días para saber su rutina y pequeños detalles para luego acabarlo.

Karlheinz no era exigente pero esta vez lo había sido.

—Que asco de vida —murmuró enojada al recordar aquella estúpida misión—, y voy a tener que verle la cara a ese hombre.

La diabólica hermana de YuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora