Capítulo 10

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Caminaban con las manos unidas como dos pequeños niños por el bosque, la rubia aún sentía sus sentimientos a flote y la maldición estaba tardando en estabilizarse, aunque poco parecía importarle

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Caminaban con las manos unidas como dos pequeños niños por el bosque, la rubia aún sentía sus sentimientos a flote y la maldición estaba tardando en estabilizarse, aunque poco parecía importarle.

Ella caminaba alegre tarareando una canción que Azusa desconocía pero aún así le parecía adorable.

—¿A dónde me llevas Rui-chan?

—P-pues... —sus pasos se detuvieron obligando al chico a imitarla, la mente de ella se detuvo y pensó detenidamente la situación para soltar la mano del chico con una sonrisa nerviosa—, l-lo siento. Creo que me sumergi demasiado en mí. Te lo advertí Azusa-kun, ahora en adelante deberás soportarme.

—¿Soportarte?

—Algunos familiares dicen que soy una mujer molesta e imprudente, bueno no los culpó soy demasiado irritante si así lo quiero. «Los gatos podemos volvernos arrogantes con el amor de nuestros dueños”.

—¿Tienes un dueño?

—Se podría decir que por el momento es así, ya después veré como va la situación.

—¿Yo podría ser el siguiente dueño?

—¿Qué?

—No quisiera ser en realidad un dueño en si, solo me gustaría que permanecieras a mi lado.

—¿Huh? —ella pellizco las mejillas del chico con una sonrisa burlona—. En realidad con esa frase hacía referencia a una “mascota” que hace los trabajos “difíciles” por ti. Tú ya sabes a que me refiero —le guiño un ojo con confianza—. Un tierno vampirito como su alteza no requeriría de mis servicios para nada.

—Yo no deseó una mascota, yo quiero una amiga.

Ella alzó una ceja pero terminó asintiendo. No iba a ganar nada discutiendo con él, a Rui no le costaba mucho ser su amiga por un tiempo ya que luego desaparecería y la probabilidad de que lo volviera a ver era muy poca.

Se alejaría de él y...

«¿En algún momento me volveré tan cercana hasta el punto en el cual no pueda dejarlo atrás?». Había ocurrido con Yuri y Kino así que ella no dudaba que volviera a ocurrir.

Las personas no podían ser olvidadas con tanta facilidad y menos cuando se hacían especiales para uno.

—Seamos amigos en ese caso.

—¿En ese caso?

—Se decía en el clan gato que... —las palabras estaban un tanto borrosas en su mente pero aún podía recordarlo—, “es preferible crear lazos que atarnos a las personas”. Así que aceptaré tu petición pero si no funciona me alejare.

La diabólica hermana de YuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora