Capítulo 9

5.7K 438 54
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¿Qué es ese extraño aroma encima tuyo?

—Es perfume Kino-sama —respondió al instante Yuri, que recibió una mirada fulminadora de parte del mencionado—, aunque es extraño Rui-cuán tú no sueles utilizarlo —comentó dirigiéndose a la rubia que lo ignoró.

La chica caminaba con su libro en mano tratando de estudiar las últimas líneas, iba a dar un examen y por lo menos quería esa vez tener un buen resultado en dicha materia.

Se detuvo al sentir una presencia frente a ella, logrando localizar aún joven un poco más alto que ella de cabello castaño y ojos azules que con un tenue rubor en sus mejillas, sacó una carta de su maletín para pasarsela y luego seguir su caminó mientras el sonrojo crecía en él.

La muchacha lo abrió y leyó mientras seguía su caminó para después guardarlo.

Kino y Yuri la miraban fijamente esperando alguna respuesta aunque sabían claramente que de seguro era una carta de amor pero ella no dijo la más mínima palabra y solo siguió  estudiando.

El camino siguió así y Kino molestó le arrebató el libro para mirarla mal.

—¿Por qué hiciste eso? —cuestionó la rubia para tratar de recuperar el libro—. Tienes que devolvermelo, necesito estudiar no estoy tan al corriente con las clases como Yuri y debo de aprobar este examen.

Era su último examen en ese instituto, una vez lo aprobará la dejarían ir sin molestarla tanto.

Los profesores podían ser bastante intensos y más con ellos ya que usualmente Karlheinz los hacía faltar seguido debido a misiones y Kino... él faltaba por simple gusto.

No era agradable tener a un hombre adulto detrás de ti rogando porque sus “alumnos favoritos” no estaban al día.

Al menos Yuri era un excelente estudiante entre los tres y siempre se podía contar con él para enterarse de exámenes, trabajos, y tener los apuntes necesarios para no estar pérdidos en clases.

—Yuri informa a los profesores que Rui dará el examen después —ordenó al sirviente que obediente asintió—, inventa cualquier excusa que lo respalde.

—Claro, nos vemos.

El muchacho se despidió sin muchas ganas de obedecer aquella orden, la última vez no había podido ver a Rui y había sido engañado por Kino que lo más probable es que le haya dado un castigo.

Los nuevos olores en Rui solo significaban que había terceros involucrados en la misión.

Y la inseguridad de Kino no se podían arreglar con simples palabras como veces pasadas, la quería, Yuri podía afirmarlo pero no sabía cuan complicada era la relación de aquellos dos.

El muchacho se alejó dando una última mirada a Rui y Kino para desaparecer por la esquina del pasillo. En ellos se había formado un ambiente pesado, ninguno quería dar el brazo a torcer y Rui se estaba mostrando molesta para hacer que Kino se rindiera pero no logró el resultado esperado.

La diabólica hermana de YuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora