Se sentía mareada y caminaba tambaleante por el bosque, su vista estaba comenzado a estar borrosa y a duras penas la rubia estaba llegando a la mansión Sakamaki. «Estuvo... cerca».
Había estado a nada de morir.
Escapó por pura suerte cuando la base de aquellos vampiros fue atacada como en su misión anterior, lamentablemente le habían inyectado y no tenía ni la menor idea de lo que era, si era peligroso y en todo caso si había una cura o cuanto duraria el efecto que daría.
—¿Qué haces aquí?
Detuvo su caminar al oír la voz de Subaru, se colocó derecha para sonreirle dando una pequeña reverencia recordando a la perfección el comentario que le había dado el albino la primera vez que se habían visto.
Subaru gruño ante esa clara referencia para simplemente ignorarla como debería de haber hecho en un principio.
La rubia al notar que había funcionado su truco para no recibir preguntas de parte del albino se alejó del chico para acercarse al balcón de su habitación y entrar por ahí con mucho cuidado de no caerse al tener su cuerpo débil y la vista borrosa, se cambió lentamente para colocarse su camisón y dormir un rato esperando que los efectos de aquella cosa no fueran de gravedad.
Se removió incómoda en aquella cama sintiendo un calor sofocador recorrerle todo el cuerpo.
Rodó por la cama varias veces sin lograr dormir, su respiración estaba acelerada y en un momento cerró los ojos rechinando los dientes para girarse otra vez y se cayó sin poder evitarlo.
La cabeza le dio vueltas y se quedó en esa posición un buen rato, Yui quien iba entrando vio la sábana caída y enseguida se acercó al bulto que se removia en el suelo, al oservar debajo retrocedió confundida para soltar un gritó de sorpresa sin poder creer lo que había visto.
Los Sakamaki llegaron rápidamente viendo a la rubia que señalaba la sábana.
—D-debajo...
Ayato fue el que se acercó encontrándose a una pequeña rubia.
La niña al momento de que sintió la luz de la habitación y murmullos a su alrededor se levantó frotando su ojo para levantarse sintiendo el cuerpo pesado.
Un gran camisón la cubría por completo y al ver en la habitación ladeo la cabeza.
Claramente la ropa que tenía puesta no era suya y se le caía por uno de los hombros asi que la acomodó lo mejor que pudo para que la cubriera bien y no le cayera.
—¿Quiénes son ellos hermano?
La pequeña se acercó al rubio pero al verlo fijamente se alejó sin comprender mucho la situación.
—Tú no eres mi hermano, ¿ustedes son?
—¿Te estás haciendo la tonta? ¿Por qué diablos tienes ese tamaño? —cuestionó Ayato que no lograba salir de su asombro.
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La diabólica hermana de Yui
RandomRui Komori no es solo la hermana menor de Yui, después de que fue entregada a Karlheinz el rey vampiro se volvió su "mascota" una mujer sin emociones que cumple cada misión que se le imponga. Luego de años de estar en el Makai es momento de que cump...