Capítulo 28

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Un quejido salió de los labios de la fémina mientras se apoyaba contra las rejas de la azotea tratando de mantenerse en pie, «Subaru-kun esta siendo muy brusco». Los colmillos del albino se habían clavado con fuerza en la piel de ella una vez habían llegado a la azotea.

Él tomó de su sangre hasta sentirse satisfecho para luego separarse y limpiarse los labios.

El cuerpo débil de la rubia se deslizó hasta lograr sentarse en el suelo; tenía la vista un tanto nublada, su cabeza daba vueltas y un fuerte dolor en la muñeca producido por la mordida.

Reposo su cabeza entre sus brazos que estaban sobre sus rodillas, la chica observó su uniforme durante un largo rato para al fin levantarse de donde estaba sacudiendo las motas de polvo de sus prendas, abrocho bien la manga de la camisa y se coloco el saco para darle una sonrisa al chico.

Un rubor apareció en las mejillas del albino quien se arregló su saco.

—No deberías ir ofreciendo tu sangre de esa forma.

—No puedes decirme eso despues de haber bebido de mí —se burló ella arreglando su cabello en una coleta alta—, es momento de irme Subaru-kun, nos vemos en otro momento.

—¿A donde vas?

—A la oficina del director, no se exactamente porque los familiares solo me informaron que debía ir.

—Al parecer te han metido en problemas.

—No lo creo. Ellos no harían eso.

—Como sea.

—Me iré... gra... nada, me voy.

Él no se despidió de ella y simplemente se giró de brazos cruzados desapareciendo en la oscuridad de la noche, «un tsundere debía de ser, con un simple gracias me bastaba.«».

La muchacha rubia se giró sobre sus talones con una enorme sonrisa al notar las voces desconocidas. Iba a abrir la puerta pero esta se abrio de golpe por lo que tuvo que hacerse aun lado rapidamente notando al instante como dos cuerpos eran empujados con fuerza.
«¿Azusa y... Yui?» , una risa se escuchó en el lugar.

Las dos personas en el suelo miraban fijamente a la persona que se reía pero en un momento a otro Azusa notó su presencia y concentró su mirada en Rui pero al verla apoyar su dedo índice en sus labios volvió la mirada a la otra persona que aparentemente era mujer por la risa burlona que la gata escuchaba.

La diabólica hermana de YuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora