Capítulo 6

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—¿A buscarme?

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—¿A buscarme?

Recibió solo un asentimiento por parte de Yuri. Ellos estaban en lo azotea y mientras Rui estaba comiendo un sándwich, él estaba tomando agua.

Habían terminado quedando ahí.

La rubia quería respuestas sobre el paradero de Kino y su amigo era el único que podía ofrecerle dicha información pero terminó llevándose una respuesta sorprendente tras preguntarle.

—No dijiste nada —contestó con obviedad el chico para darle un nuevo trago a la botella—, era natural que Kino-sama fuera a buscarte. Karlheinz-sama tampoco dio mucho detalle de donde estabas solo dijo que no regresarías en un buen tiempo.

—Era de esperarse que dijera eso—murmuró la chica.

—¿Por qué te fuiste?

—Tengo mis razones —contestó jugando con la envoltura de su sándwich—, era algo que no podía evitar al parecer pero no deberían preocuparse estaré bien.

Le sonrió la muchacha para tranquilizarlo un poco y hacerle creer que estaría bien.

—Rui-chan —ella hizo un ademán con su cabeza indicándole que continuará—, ¿tú... estas conviviendo con otros vampiros? En realidad me refiero a los príncipes.

—¿Y esa pregunta?

—Escuche de causalidad uno de los informes de los familiares de su majestad.

—¿Qué tanto oíste?

—Sobre que la misión estaba hiendo lenta y no había muchos progresos de parte de los príncipes.

—Ohh.

El desinterés en la voz de Rui se podía notar, si el informante no había mencionado nada acerca de Lilith o el plan de Adán y Eva, ella podía estar tranquila.

Yuri ni Kino sabían de su maldición y la muchacha prefería que siga asi.

No iba a decírselos aún.

Es más la rubia jamás había contemplado la idea de algún día decírle a sus amigos que ella estaba maldita, no sabría como serían sus reacciones, no quería decirles que todo era fingido porque había la posibilidad de que ellos la dejarán atrás y si ella aún poseía la maldición no dudaría en alejarse de ellos.

—¡Rui-chan! —exclamó el joven aún lado suyo que comenzó a zarandearla—, no me has respondido aún a mi pregunta.

—Mo~ dejame en paz —se quejó la rubia para parar al chico—, y sobre mi misión no puedo comentarte nada.

—¡¿Ehh?!

—Karlheinz así lo quiso.

—Vaya... entonces no hay nada que se pueda hacer.

Yuri se recostó en su hombro murmurando cosas sin sentido para Rui y ella divertida por esa aptitud comenzó a desordenarle el cabello, su buen amigo jamás se quejaba después de todo y era bastante tierno verlo haciéndolo.

La diabólica hermana de YuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora