Capítulo 41

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Mis manos se aferraron a la tela de su camisa y mi frente quedó pegada a su pecho donde me estremecí.

Una extraña sensación de calidez compensaba el frío que sentía en mi interior al estar entre los brazos de un chico que de alguna forma había aprendido a hacerme sacar mis emociones en lugar de reprimirlas. El mismo chico que hizo añicos el muro que por 5 años había construído como una fortaleza a mi alrededor alejando a todo el mundo.

-¿Fue una buena idea traerte? - Me dijo antes de dar un tierno beso en mi cabeza. Casi parecía inseguro.

-Fué lo mejor que pudiste haber hecho por mí - Le contesté separándome lentamente de él.

Lo miré a los ojos. Sus hermosos ojos donde me gustaba perderme.

-Y aún no acaba - Contestó formando una media sonrisa que me hizo sonreír a mí también.

-¿En serio? - No pude evitar sentirme como una pequeña niña esperando por más sorpresas.

Zacky asintió y limpió el resto de mis lágrimas con sus pulgares antes de ponerse de pie. Me ofreció su mano para ayudarme a levantarme también.

-Vamos - Dijo en respuesta moviendo su cabeza en dirección de las puertas corredizas. Mi estómago volvió a tensarse con nerviosismo.

-Debe estar cerrado... No quiero romper los cristales para entrar - Susurré.

-Supongo que con un poco de buena suerte encontraremos la puerta abierta - Sus ojos brillaron al momento de hablar y deseé de todo corazón que así fuera.

Asentí esperanzada y caminamos a través del jardín hasta llegar a los escalones de madera que separaban el césped de las puertas corredizas.

Mi corazón comenzó a latir fuertemente al ser consciente de que sólo tenía que subir dos escalones para abrir aquellas puertas.

Zacky tomó mi mano y subimos juntos. Podía ver la cocina a través del cristal al llegar arriba y estiré lentamente mi mano.

La puerta se deslizó sin ningún problema dejándome inhalar el aroma a madera y canela que por siempre había permanecido en cada rincón de mi hogar.

Dí un paso dentro dejando que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad.

Caminé a tientas hacia las encimeras de la cocina para ver que si había vivido otra familia ahí, no habían hecho cambios y eso fue un gran alivio.

Vagamente escuchaba los pasos de Zacky destrás de mí.

-A mamá le encantaba cocinar - Le dije - Aquí es donde pasaba la mayor parte del tiempo.

-Ahora sé de quien sacaste ese don - Me contestó haciendo que mis mejillas se ruborizaran y agradecí por la oscuridad en la que estábamos sumergidos para que él no pudiera verme.

-Te hubiera encantado su comida - Contesté tímidamente y me dirigí a través de la puerta en forma de arco que conducía a un pasillo.

Un poco más adelante se encontraba la enorme sala de estar.

Al llegar ahí me detuve casi en seco al notar que había muebles tapados con sábanas blancas.
Esos no podían ser nuestros muebles ¿Verdad?
Tenían que haberlos vendido en cuanto dejamos nuestra casa. Era lo más lógico.

-¿Qué pasa? - Zacky me preguntó al llegar a mi lado.

-Los muebles... - Dije despacio.
Me acerqué lentamente hacia uno.
Estiré una mano temblorosa y jalé la sábana que lo cubría para ver que debajo estaba el sofá para tres personas en el mismo lugar donde había estado la última vez que lo ví hacía 2 años.

Afterlife  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora