Capítulo 34

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Me levanté de inmediato de la cama para correr a buscar mi maleta.
Estaba tan emocionada por empezar a empacar de una vez, que no noté la mirada que Zacky me disparó desde ahí donde se había quedado sobre sus rodillas.

-En serio Jamie, vas a matarme - Dijo con voz atormentada y giré para verlo.

Tenía su boca ligeramente abierta. Sus ojos se habían desviado para mirar perdidamente hacia la curva de mi trasero. El bulto en sus pantalones seguía visible. Tuve que reconocer que me sentía orgullosa de mí misma al verlo así sabiendo que yo había provocado ese estado en él.

-¿Ah, sí? - Le dije con la inocencia en mi voz. Él volteó a mirarme a la cara medio divertido y medio perdido en la lujuria.

-Maldición cariño. Sí.

-No veo por qué - Le contesté. Quería sonar exactamente igual de engreída como él había sonado cada vez que hacía algo como quitarse su camisa para dejarme totalmente idiotizada al verlo. Quería que él se perdiera en mí.

-Pues yo estoy viendo dos grandes razones para levantarme de aquí y enseñarte de lo que hablo - Su mirada se clavó en el escote de mi vestido. El verde de sus ojos parecía que acariciaba mis pechos que seguían presionandose juntos y apunto de saltar afuera con tan sólo una mirada.
Tuve que respirar tratando de tranquilizarme al hablar para que él no supiera cuanto deseaba que fueran sus manos las que los tomaran entre sus dedos en vez de tenerlos atrapados en la tela del vestido.

-Tal vez debería matarte, ya sabes, como una pequeña venganza por todas las veces que me has tomado el pelo - Le dije divertida. Él arqueó una ceja y pude ver un atisbo de sonrisa en sus labios.

-¿Ahora los papeles se invierten? Eso no es justo, cariño. Aprendiste del maestro de la venganza.

-Bueno, algo hiciste bien enseñándome después de todo - Respondí con una media sonrisa y me dí la vuelta para contonear ligeramente mis caderas al caminar hacia mi closet donde guardaba mi maleta.

Era consciente de que el vestido seguía ceñido a mi cintura y que sólo llevaba puesta ropa interior negra de encaje que remarcaba mi trasero. Quizás debía taparme. Pero recordé todas las veces que Zacky me había visto usando solamente el bikini rosa cuando ibamos a nadar y le resté importancia.

-Puedo enseñarte algo mucho más divertido y que te va a gustar aún más que eso - Me dijo en voz baja. Podía sentir su mirada sobre mí como si estuviera acariciando mi piel aunque sólo estuviera ahí incado sin apartar los ojos como un león acechando a su presa.

-No lo sé. Eres un pésimo maestro. Aún no me has enseñado a nadar del todo bien - Le dije y seguí dándole la espalda para rebuscar entre mi closet.

-No me refiero a enseñarte a hacer algo... -Dijo y de pronto lo sentí detrás de mí. Reprimí un sobresalto cuando sus manos buscaron mi vientre donde se posaron enviando una onda de electricidad y calor a través de todo mi cuerpo - Me refiero a mostrarte una parte de mí que sé que te encantará - Dijo con voz ronca en mi oído.

Sentí que mis piernas se volvían de gelatina en ese momento y comencé a respirar con dificultad.

Yo había querido jugar con Zacky y tentarlo como tantas veces él lo había hecho conmigo pero parecía que todo se estaba volviendo en mi contra debido a los instintos que inevitablemente provocaba en mí de arrancarle la ropa y montarme encima de él.

Recordé lo que me había dicho momentos antes sobre no querer joder las cosas conmigo y tuve que admitirme a mí misma que yo fuí quien estuvo a punto de decirle en ese momento que no importaba. Que lo necesitaba.

Aaahg maldito Zacky. ¿Por qué tenía que hacerme sentir así?

Reuní cada pizca de fuerza de voluntad que aún tenía y le dije:

-Eso te encantaría ¿No? - Tragué saliva. Mi voz no había sonado tan convincente como había querido y me odié por eso.
Zacky me giró para mirarlo y pasó una mano por mi pelo apartando un mechón de mi rostro.

-Sí. Como el infierno que sí. No lo voy a negar. Y creo que viviré los próximos meses con las bolas azules pero está bien.

-¿De verdad lo está? - Le pregunté con la incredulidad en mi voz y una ceja arqueada.

Yo sabía cual era exactamente el tipo de vida que llevaba Zacky antes de conocerme y dudaba que él hubiera dejado atrás las orgías y sus aventuras sexuales por completo. No era como si él fuera a hacer un voto de castidad por mí.
Además no sabía hasta que punto él iba conmigo en serio y me volvería a romper el corazón si un día lo encontraba besando a otra grupie o haciendo otra cosa peor. No lo soportaría. Yo lo quería sólo para mí.

-Sé lo que estás pensando - Me dijo como si de verdad pudiera leer mi mente y fruncí el ceño.
Él no podía hacer eso... ¿Verdad?

-No, no sabes - Le contesté a la defensiva.

-Te sorprendería lo bien que te conozco Jamie - El maldito tenía esa sonrisa en su rostro que me provocaba darle un puñetazo. Todo engreído y arrogante... Y malditamente sexy.

-Tal vez conoces mi forma de pensar y actuar. Pero te va a costar poder conocer ciertas partes de mí - Le dije desafiándolo. Él pareció divertido ante mis palabras con la promesa de un reto brillando en sus ojos y tuve que contenerme con todas mis fuerzas de no golpearlo para borrar su sonrisa... O de arrojarme a besar sus labios.

-Estoy seguro de que disfrutaré cada idea que tenga para poder lograrlo - Dijo acercándose a mi oído con esa voz baja que hacía reaccionar a la parte sur de mi cuerpo.

-Ya veremos Baker... Ya veremos - Le respondí con un suspiro que pareció un jadeo reprimido.

-Y no, Jamie. No tienes que preocuparte de que seguiré con mi viejo estilo de vida - Dijo respondiendo la pregunta que me atormentaba en silencio.
Tomó mi rostro en sus manos mirándome intensamente. El tipo de mirada que te dice que todo estará bien aunque a tu alrededor el mundo entero colisione.

-No pienso hacerte daño, cariño. Eso no está en mis planes - Su voz sonó tan sincera y odié que él me conociera lo suficiente como para saber exactamente lo que pasaba por mi mente. ¿De verdad él me conocía tan bien?

Asentí ante lo que me había dicho y Zacky no esperó más. Me hizo retroceder hasta que sentí la pared contra mi espalda donde me acorraló.
Puso ambas manos a cada lado de mi cabeza recargadas en el concreto y sentí a mi corazón acelerarse bruscamente cuando bajó su rostro para buscar mis labios dulcemente.
Cerré mis ojos y mis manos volaron para sugetarlo del cuello con mis manos enredandose en su cabello. Su boca parecía experta sobre la mía como si la conociera a la perfección, a pesar de podía contar con los dedos de una sola mano las veces que él me había besado.

Fue entonces cuando pensé, que si Zacky me había respetado tanto desde que nos conocimos y nunca se había aprovechado de la situación como para tocarme o besarme, tal vez estaba hablando en serio sobre no tener sexo conmigo. Quizás él no quería una relación seria. Quizás sólo sería su "amante" para hacerlo cuando él quisiera. Quizás ni siquiera yo le gustaba para eso... O quizás él quería esperar hasta que dejaramos las cosas en claro sobre lo que pasaría sobre nosotros y no sabía como me sentía con eso.

Por una parte me negaba a ceder al deseo de tenerlo entre mis piernas como si yo fuera una groupie cualquiera sin esperanzas de una relación con él, sólo aceptando las migajas de un amor no correspondido que había caído en la lujuria. Eso me convertiría en una exacta réplica de Nelly... Y por el otro lado quería quitarle la ropa y besarlo como si mi vida dependiera de ello hasta que no pudiera resistir más y dejar que él entrara en mí sin importar nada. Sólo sentirlo. Sólo tenerlo aunque el día de mañana ya no le interesara más.

Yo era un mar de confusión con sentimientos en contra que se arremolinaban dentro de mi pecho. Mis pensamientos corrían por mi mente a toda velocidad pero bastó que Zacky tomara mis piernas por debajo de mis rodillas para alzarme y rodear su cadera con ellas mientras seguía presionandome contra la pared besando mis labios y rozando su dulce lengua por mi boca para hacer que todo pensamiento coherente se esfumara enviándome a un frenesí donde sólo podía perderme en él.

Afterlife  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora