Reencuentro.

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Los Ángeles, 1986.

—Esto es todo —declaré poniendo el dinero sobre la caja para poder pagar las botellas de alcohol que estaba por comprar junto con Duff.

La cajera rápidamente recibió el dinero. Duff tomó las botellas con ambas manos y caminó detrás de mí.
Me detuve por un momento al ver los paquetes de cigarros de Marlboro, no podía creer que habíamos olvidado comprar. Le dediqué una sonrisa traviesa a Duff, él me negó con su cabeza varias veces pero al final con rapidez agarré un paquete de cigarros y salí corriendo de esa tienda. Duff salió corriendo detrás de mí. Escuchábamos gritos de la mujer detrás de nosotros, aún así, Duff y yo no nos detuvimos.
Corrimos muy rápido y no sabría con exactitud cuántos metros nos habíamos alejado, pero teníamos el licor y cigarros, estábamos felices.
Me metí junto con él adentro de un callejón. Abrí el paquete de cigarros, tomé uno y me lo llevé a la boca, él sacó su encendedor y me ayudó con el cigarrillo. Él abrió la botella de vodka y se dispuso a tomar.

—Mierda —dije soltando el aire—. No soy muy atlético y estoy hasta la mierda del cansancio.

—Después del maratón que hicimos por casi dos kilómetros, no me extrañaría —habló extendiéndome la botella de vodka. La tomé para tomar un poco.

—¡Joder, no volveremos a hacerlo! —exclamé todavía agitado.

Después de quedarnos un rato allí. Duff escondió lo que aún quedaba de la botella de vodka. Empezamos a caminar por las frías e iluminadas calles de Los Ángeles.

Mientras caminábamos siempre solían pasar hermosuras cerca de nosotros e incluso nos echaban la mirada. Pero, muy pocas veces les seguíamos el juego. Hasta que, una mujer logró captar mi atención.

—¿Qué te parece esa hermosa chica que viene caminando por este lado? —cuestioné a Duff dándole un codazo para que la viera.

Duff la miró e hizo una cara de confusión: —No es la clase de tipo de mujeres que me gustan, Axl —me respondió.
La miré con detenimiento. Tenía ciertos rasgos parecidos a los de la hermana de Maddie.
Era una chica con cabello alborotado de color café y ojos azules como el cielo. Estaba caminando muy sola esta noche.

»Se parece a Erin« pensé. Y en verdad se parecía. Paré en seco y la analicé por completo, maldita sea. ¡Sí era Erin!
—¿Erin? —la llamé tomándola del brazo.
Ella me miró confundida por unos minutos y después sonrió para abrazarme. Su olor rápidamente invadió mis fosas nasales.

—¡Hola Axl! —exclamó feliz—. ¿Cómo estás?

—Estoy bien —le expresé alejándome de ella, aunque no quería hacerlo—. ¿Qué haces aquí en Los Ángeles?

—Estoy en negocios del modelaje —dijo con una sonrisa.

—Eso está genial —sonreí—. ¿Cómo está Maddie? —pregunté por ella. Tenía muchísimo tiempo sin saber de ella.

—Ella está bien, también está aquí —sonrió.

Me sorprendió el haber escuchado eso.
Jamás imaginaría que Maddie estaría aquí.

—¡Mierda! —exclamé—. ¡¿En serio?!

—En serio, ella... —estaba a punto de hablar pero Duff se aclaró la garganta.

𝐘𝐨𝐮 𝐚𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐭 𝐡𝐞𝐫 ━ Axl RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora