Primera pelea.

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Hoy había sido el día en el que firmamos el contrato con Geffen Records. Después de hacerlo, decidimos ir a celebrar aunque la mayoría de veces eso es lo que solíamos hacer. Celebrar por cualquier estupidez, solo por el simple hecho de que queríamos tomar, emborracharnos y drogarnos. Después de todo, así es la vida del rock n' roll.

Estaba sentado en una mesa bebiendo y hablando entretenidamente con mis amigos, hasta que de lejos noté a mi novia hablando con un tipo del bar.

Erin parecía devolverle la sonrisa y acomodar su cabello. El tipo alto con un peinado extraño la miraba seductoramente. Sentí como la sangre empezó a hervirme.

El hombre le susurró algo a Erin en el oído, ella sonrío ampliamente. Al notar que la estaba mirando se puso tensa y empezó a ignorar al tipo hasta que él se fue.

Me levanté furioso y caminé con pasos rápidos hacia donde ella estaba.

—¿Quién era él? —cuestioné molesto en el momento que estuvimos solos.

—No lo sé, solo me ofreció una bebida —Erin sostuvo diciéndome que no se trataba de nadie. Caminó hacia la mesa en la que estábamos pero la tomé del brazo.

—¿Quién era él? —pregunté de nuevo soltando humos por las orejas.

—Suéltame Axl, me estás tomando del brazo muy fuerte —se quejó.

—Te hice una maldita pregunta, ¿quién era él? —le cuestioné de nuevo esperando esta vez una respuesta de parte de ella.

—Ya te lo dije, ni lo conozco. Simplemente me dijo que me daría una bebida y no se la acepté.

—¿Piensas que soy idiota, Erin? Vi como le estabas coqueteando, ¿te gusta o qué diablos con ese tipo? —le pregunté empezando a molestarme más.

—Axl, no digas fanfarronerías. Él no me gusta, me gustas tú. Yo te amo a ti, ¿entiendes? —acarició mi rostro con suavidad.

—Te miraba con ganas de querer follarte, Erin.

—Axl basta, te has pasado de copas —gimoteó por mi agarre en su brazo—. ¡Ya suéltame, no quiero pelear! —vociferó tratando de soltarse.
La miré molesto y levanté mi mirada hacia la mesa en la que estábamos. Los demás veían la escena como si se tratase de una película.

—¿Por qué no vas y le abres las piernas? Así podrás follártelo y dejarme si lo que quieres es no estar conmigo —articulé con enojo mientras la acercaba más a mí.

—¡Me estás lastimando! —exclamó molesta mirando hacia todos lados.

—¡No te estoy agarrando fuerte! —grité molesto.

—¡Me lastimas, Axl! —sollozó. Pude notar como sus ojos azules se llenaron de lágrimas y la solté.
Ella empezó a llorar y se miró el brazo. No me había percatado de lo que había hecho, hasta que la miré llorar con tanto sufrimiento.
Después me miró furiosa y caminó a pasos rápidos hacia la puerta, yo no tardé en seguirla.

—¡Erin! —grité su nombre.

—¡No te atrevas a tocarme, te lo advierto! —gritó con lágrimas en sus ojos—. ¡Aléjate, eres un animal! —vociferó furiosa sin dejar de llorar y salió del bar.
Me llevé las manos a mi cabeza y suspiré frustrado. ¿Qué diablos había hecho?

Los demás habían visto la escena y se mantenían en silencio sin saber qué decir.
Miré a Maddie, quién optaba por tratar de no mirarme. Pero en un momento, vi como levantó su rostro hacia mí y me miró con cierta pena y compasión.

—Ve a hablar con ella —le exigí. Maddie abrió sus ojos como platos.

—¿Qué cosa? —preguntó desentendida.

—Dile que cometí un error, que yo no quería hacerlo —la miré amenazante. Estaba que perdía la cabeza. Necesitaba de Erin.

—Bill, creo que ella sabe que cometiste un error. No tengo por qué aclarárselo —contestó.

—¡Maldita sea, Maddeline! —le grité golpeando la mesa provocando que todos se exaltaran—. ¡¿Acaso no puedes hacerme un maldito favor?!

—Baja la maldita voz y no le hables así —me dijo Izzy con tono amenazante.

—No tienes por qué hablarle así —se metió Duff mirándome con molestia en su rostro. Yo rodé los ojos.

—¡Entiende, Bill! —exclamó Maddie—. No puedo hacer nada porque ella no va a querer hablar conmigo. Dale espacio y después le hablas, estoy segura que te perdonará —sonrió débilmente. Bufé molesto.

—¡Olvídalo! —exclamé arrastrando mis palabras—. ¡Gracias por nada, Mads, eres la mejor amiga del mundo! —dije con ironía mientras me dirigía hacia la puerta tambaleándome.

Escuché como me llamaban desde atrás, pero no hice caso. Salí del bar y empecé a caminar a paso lento por las calles para dirigirme hacia el departamento, lo más seguro es que Erin estaría allí. Maldita sea, ¿qué había hecho? ¿Por qué había tratado a mi dulce niña de esa manera? Estaba pensativo en cuanto sentí unos brazos que me tomaron de la camisa para agarrarme con fuerza y pegarme en la pared.

—¡Eres un imbécil, Axl! —espetó Izzy.

—¡Suéltame, hijo de puta! —le dije tratando de soltarme de su agarre.

—Estando así de ebrio no podrás solucionar nada con Erin, métetelo en la cabeza —me tomó de la camisa con fuerza—. Además, Maddie no tiene nada que ver con tus malditos problemas con Erin, ya bájale, ¡¿quieres?! —me soltó con fuerza haciendo que casi me cayera.

—¡En este momento me importa una mierda arreglar las cosas con Maddeline, ella no me quiso ayudar! —escupí—. ¡Así que, yo iré a arreglar mi relación con Erin! —exclamé molesto mientras caminaba.

—¡Eres un completo imbécil, Axl! —gritó Izzy.

Me volteé y le mostré el dedo del medio para después proseguir con mi camino.

Lo único que me importa es Erin.
No puedo estar sin ella y me importa una mierda el mundo entero.

 No puedo estar sin ella y me importa una mierda el mundo entero

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𝐘𝐨𝐮 𝐚𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐭 𝐡𝐞𝐫 ━ Axl RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora