Tóxico.

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A la mañana siguiente, volví de nuevo al Hospital. Caminé hacia la habitación en la que se encontraba él.
Estaba decaída y sentía cierto odio hacia mí misma. Lo único que necesitaba en ese momento era un abrazo, pero no podía tenerlo.

Me senté en el suelo del Hospital, abracé mis piernas con mis brazos, bajé la cabeza apoyándome mi cabeza en mis rodillas.
Anoche casi no pude dormir y me sentía demasiado mal respecto a la discusión que había tenido con Jeffrey.
Nunca hubiese imaginado que él se sentía de esa manera. Nunca imaginé que llegaría a tener esa clase de tipo de sentimientos hacia mí. Siempre había creído que Izzy me veía como una chiquilla con poca experiencia, poco seria e incluso inmadura aunque tuviera veinte años.

Ahora mismo, me encontraba sola... No se veía ni un solo rastro de los compañeros de banda de él y mucho menos de Erin.
Solo estaba yo; esperando noticias de Axl.

—¿Señorita? —me llamó una enfermera. La miré enfocando toda mi atención en ella.
Ella mostró cierta curiosidad al verme—. ¿Es familiar del señor Bailey? —enarcó una ceja.

—Eh, sí —asentí con la cabeza.

Ella me inspeccionó de arriba hacia abajo con cierta desconfianza: —No se parecen, déjeme decirle.

—Nos lo dicen constantemente —forcé una sonrisa. Ella asintió varias veces sin dejar de mirarme.

—Él se ha despertado —sonrió. Me levanté inmediatamente del suelo—. ¿Desea verlo?

—Sí, sí —le dije rápidamente. Ella asintió con su cabeza y me hizo una seña para que entrara.
Le agradecí y ella se retiró del pasillo.
Tomé un suspiro antes de entrar y abrí la puerta muy sigilosamente.

Sus ojos verdes se encontraron con los míos en el momento que notó el movimiento de la puerta. Mi corazón empezó a latir mucho más rápido de lo normal.
Había pasado muchísimo tiempo y aquí estábamos de nuevo. Axl me miraba como si yo fuera una clase de tipo de estrella y yo lo observaba como siempre solía hacerlo.

Él estaba sentado en la camilla de Hospital junto con ropa de ahí. Estaba en ese lugar y seguía mirándose jodidamente atractivo aunque hubiera estado a punto de morir por ingerir tanta droga.

—Hola Maddie —me sonrió con dificultad.

—Hola Axl —le devolví la sonrisa.
Me acerqué a él para abrazarlo, aunque no estaba muy segura si debía hacerlo. Sin embargo Axl no dudó y de inmediato me tomó en sus brazos para abrazarme con fuerza.

—Me sorprende verte... Pensé que serías la última persona en venir —dijo con ironía en su voz—. Bueno, a decir verdad, nunca pensé que vendrías.

—¿Por qué pensaste eso? —cuestioné alejándome de nuestro abrazo para después sentarme a su lado.

—Porque he sido un asco de persona —susurró cabizbajo.

—Sin importar qué, sigues siendo uno de mis mejores amigos —sonrió—. O al menos, el único que me queda —recordé a Izzy y la tristeza invadió mi cuerpo de nuevo.

—¿A qué te refieres? —Axl frunció el entrecejo—. ¿Qué hay de Izzy?

—Izzy... —tome un respiro—. Izzy y yo peleamos, Axl —bajé mi cabeza—. Fui muy idiota con él y no sé si podamos volver a ser los de antes.

Axl me miraba con confusión. Sin entender lo que estaba diciendo. Seguro le parecía poco creíble que Izzy y yo hallamos peleado.
Yo solo deseaba llorar, que me abrazara y me dijera: "todo estará bien, Mad" pero era mucho pedírselo.

𝐘𝐨𝐮 𝐚𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐭 𝐡𝐞𝐫 ━ Axl RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora