𝐘𝐨𝐮 𝐚𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐭 𝐡𝐞𝐫 ━ Axl Rose

Coqueteos y problemas.

Me encontraba en mi habitación haciendo trazos con un pincel en mi mano mientras dibujaba en el lienzo que Duff me había obsequiado.
Unos toques en mi ventana atrajeron mi atención, ¿qué diablos había sido eso?

Me levanté de mi cama para asomarme por la ventana, vi el rostro de Bill en el otro lado. Lo miré con confusión y moví mis labios diciéndole: "¿qué rayos?". Seguidamente abrí mi ventana.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté.

—Erin no me deja entrar y tampoco quiere verme —me miró con cierta frustración en su rostro.

—¡Qué raro! —le dije con ironía. Bill me miró serio por mi comentario.

—¿Ella está aquí?

—No, salió con una amiga que conoció en Santa Mónica hace unos días, dijo que se llamaba Mandy, creo —enarqué una ceja.

—Bien —el pelirrojo me hizo una seña con sus manos para que retrocediera. Eso hice y él con un ágil movimiento entró por la ventana—. Ayúdame a recuperarla.

—¿Qué? —lo miré seria. Él hizo un puchero con sus labios—. ¿Por qué siempre tengo que arreglar tus platos rotos? —rodé los ojos.
Desde que Bill había empezado a salir con Erin siempre que él metía la pata yo tenía que meterme en su relación y arreglar la "cagada" que él provocaba. Eso lo detestaba.

—Porque eres mi mejor amiga, Maddie —me miró fijamente—. Y tú quieres verme feliz y sabes que Erin es mi felicidad.

—Pues, eso debiste pensarlo antes de follarte a Adriana —contesté y caminé hacia mi cama para volver a tomar el pincel y seguir pintando en el lienzo.

—¡Vamos, Maddie! —vociferó—. No lo entiendes, pero en veinte años Rocket Queen será unas de las mejores malditas canciones de todos los tiempos —lo fulminé con la mirada.

—Ahora ves el futuro y sabes lo que sucederá en veinte años —dije sarcástica. Bill rodó los ojos.

—Sí, ¿acaso no es genial? —dijo con ironía.
Parecía estar muy orgulloso de lo que había hecho.

—Yo también veo el futuro, ¿sabes? Y creo que si sigues haciendo estupideces como esas, dentro de veinte años seguirás siendo el mismo idiota de siempre.

—En cuestión a la banda, verás que no lo seré —me guiñó un ojo. Lo fulminé con la mirada.

—¿Qué es lo que quieres hacer?

—Quiero que me ayudes con Erin, ayúdame a que quiera hablar conmigo. Dile que esto es muy importante para mí —

—Me va a sacar a patadas de aquí si le digo eso, no seas idiota —lo interrumpí con ironía.

—Bien, bien —bufó—. Ayúdame a hacer algo por ella. ¿Dónde está en este momento? —volvió a preguntar.

—No lo sé, Bill —puse los ojos en blanco—. Solo sé que está con una tal Mandy.

—Podría esperarla aquí mismo.

—¿En mi habitación? ¿Estás loco? —exclamé.

—No tonta, la esperaría en su habitación. ¿Me ayudas a poner esto en la suya? —dijo mostrando unos papeles que decían: "lo siento mi dulce niña, te amo más que a nadie, regresa conmigo".
Solté una sonora carcajada al ver que lo que había escrito.
—¿De qué mierdas te ríes? —me miró molesto.

—Eres demasiado cursi, Bill —reí más fuerte.

—Cállate —me miró molesto.

—Bien, vamos Romeo —dije dejando de reír mientras me levantaba de la cama.