Año Nuevo.

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31 de Diciembre 1986, Los Ángeles.

Todos se habían reunido en la casa de Adriana Smith para darle la bienvenida al año 1987. Sus padres se encontraban fuera del país, por lo tanto, ella había sugerido que la celebración se hiciera allí.

Faltaban treinta minutos para que el reloj marcara las doce. Maddie subió a la terraza ya que quería ser la primera en estar allí. Todos subirían en cuanto faltaran diez minutos para darle bienvenida al Nuevo Año, aunque todos pensaban que probablemente se trataría de otro año desastroso.

La muchacha caminó hacia la baranda de la terraza y se apoyó en ella. Posó su mirada en las luces de la ciudad. Pudo ver fuegos artificiales de lejos y notó que las estrellas brillaban más de lo normal.

Se quedó mirando el cielo inmóvil tratando de recordar todo lo que había sucedido este año. Su carrera universitaria, su familia ausente que muy poco había estado ahí para ella. Aunque no se trataba de su "familia", se trataba de su madre y pensar en ella, le generaba una gran tristeza en el fondo de su alma.

—Así que, en lugar de ir al baño viniste aquí —dijo una voz a sus espaldas.

—Así es, quería pensar unos cuantos minutos —contestó sin dejar de mirar el cielo.

El pelinegro se acercó a ella y apoyó sus brazos en la baranda. Soltó el humo del cigarro que estaba fumando y miró hacia el cielo.

—¿Crees que fue un buen año? —interrogó posando sus ojos color avellana en ella.

—Tal vez, no lo sé —tomó un suspiro—. Tuvo sus cosas malas, pero creo que también tuvo cosas buenas, ¿qué hay de ti? —posó sus ojos azules en los ojos del pelinegro.

—No me quejo —hizo una mueca—. ¿Recuerdas cuando solías pedir deseos en Año Nuevo aunque no pasara ni una sola estrella fugaz? —preguntó soltando una pequeña risa.

—Era una niña tonta —dijo divertida.

Izzy volteó su cabeza y la miró fijamente—: No, eras divertida —susurró. Maddie lo miró y sonrió ante su respuesta—. ¿Cuál es tu deseo en este momento?

Maddie sonrió ampliamente—: Déjame contarte un secreto, Jeffrey —acercó su boca a la oreja del pelinegro—. Desde el ochenta y dos le he pedido al cielo y a las estrellas tener siempre en mi vida a las únicas personas que me importan de verdad —se alejó de él y sonrió.
Izzy frunció el ceño preguntándose quienes serían esas personas tan afortunadas.

—Y... —se detuvo cuando Maddie abrió su boca para hablar.

—Esas personas son Bill y tú... —soltó una sonrisa nerviosa—; sé que sonará algo estúpido, pero lo son. Cada año pedía tenerlos siempre conmigo, este año mi deseo será el mismo.

Jeffrey sintió ternura. Muy pocas veces llegaba a sentir esa sensación y eso era porque la "ternura" que sentía se la brindaba Maddie y no había nadie más que provocara ese sentimiento en él.

Maddie seguía con su mirada puesta en el cielo y en las estrellas. Jeff no podía dejar de mirarla con fascinación. Él jamás imaginó que el deseo que Maddie pedía la última noche del año fuera mantenerlo a él y a Bill en su vida.
Muchas mujeres pedirían fortuna, dinero, éxito, sin embargo, ella solo los pedía a ellos.

Si tan solo ella supiera el deseo que Jeffrey tanto anhelaba probablemente quedaría anonadada. Desde el primer momento en el que vio a Maddie pedir un solo deseo en el ochenta y dos, él había empezado a hacerlo, con la única diferencia es que él no esperaba a que fuera Año Nuevo, él pedía su deseo cada vez que veía las estrellas.

𝐘𝐨𝐮 𝐚𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐭 𝐡𝐞𝐫 ━ Axl RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora