𝐘𝐨𝐮 𝐚𝐫𝐞 𝐧𝐨𝐭 𝐡𝐞𝐫 ━ Axl Rose

Declaraciones.

—¿Izzy? —lo llamó la rubia moviéndolo con suavidad.

El pelinegro soltó un gruñido y siguió durmiendo. Ella sonrió al verlo descansar tan plácidamente. Le parecía que se veía adorable.
Se acercó a él de nuevo y acarició su mejilla al mismo tiempo que apartaba mechones negros de su cabello.

—Despierta —volvió a moverlo y se acercó a él para besar su mejilla—. Despierta, Izzy.

—Mm —se quejó y le dio la espalda a Maddie.

Maddie lo miró divertida y se levantó de la cama para ir hacia el lado en el que él estaba.
Su cabello largo estaba cubriendo bastante su rostro, entonces de nuevo, lo apartó y empezó a besar su rostro incontables besos provocando que el pelinegro soltara una pequeña risa y abriera los ojos poco a poco.

—Buenos días —le sonrió y se sentó en la cama a un lado de él.

—Buenos días, Maddie —dijo estirándose.

—Levántate —se acercó de nuevo a él y besó su mejilla con suavidad para después levantarse—. Haré el desayuno.

Izzy frunció el ceño. ¿Acaso estaría soñando? ¿Maddie estaba siendo cariñosa con él?
No entendía qué pasaba o si se trataba de un sueño. Pero, él prefirió no hacerse ilusiones y se levantó de la cama para ir a la cocina.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó en medio de un bostezo.

—Por ahora, no —le sonrió—. Por cierto, ¿ayer qué sucedió?

—¿Sobre? —enarcó una ceja.

—No recuerdo como llegué aquí.

—Te traje porque te quedaste dormida —dijo llevándose una manzana a la boca para morderla—. Y me dijiste que me quedara.

—Oh —se ruborizó—. Gracias, Iz.

—No es nada —respondió.

Maddie preparó waffles para ambos y estuvieron hablando un rato. Incluso, limpiaron la cocina. Después se sentaron en el sofá y continuaron hablando. Ninguno de los dos se percataba de lo bien que la pasaban juntos.
Algo estaba naciendo y aún no se daban cuenta de ello.

—¿Esto que te parece? —dijo mostrándole un dibujo.

—Me parece genial —miró los colores del lienzo maravillado—. La forma en como pintaste todos esos círculos están geniales.

—¿Tú crees?

—Claro que sí —asintió repetidas veces.

—¿No es mejor este? —cuestionó mostrándole otro dibujo.

—Me gusta más el otro, el de los círculos —hizo una mueca.

—Gracias, Izzy —sonrió.

Izzy le devolvió la sonrisa y se mantuvo en silencio. Maddie lo miró, el pelinegro no dudó en mirarla también.
Y ahí estaban, mirándose fijamente a los ojos.
¿Qué era lo que últimamente estaba saliendo? No sabía cómo explicarlo.

Maddie se acercó a su amigo al mismo tiempo que con sus ojos miraba sus labios, Izzy frunció el ceño y miró los labios de ella también.
¿La volvería a besar después de tantos años?
Recordó la primera vez que la besó, cuando ella tenía solo quince años y él veintiuno. Él mentiría si no quisiera volver a besarla, lo anhelaba, pero no sabía si sería lo correcto.
Al ver como ella se acercaba a él cada vez más y más, tuvo que hacer algo.