16.

3.7K 296 32
                                    








El crepúsculo se hizo presente casi de un momento a otro, mientras el auto avanza en dirección a nuestras casas y el reflejo nos da directamente a la cara, pero por suerte una nube blanca y esponjosa, pero al mismo tiempo solitaria logra tapar la luz del sol lo suficiente como para que las casas de nuestra colonia nos hagan la suficiente sombra para llegar sin inconveniente ni molestias.

El auto se detiene con una leve sacudida mientras escucho como mueve la llave y la saca de la ranura, me desabrocho el cinturón de seguridad mientras veo como Nat abre su puerta y al mismo tiempo yo. Cierro la puerta y avanzo lentamente unos pasos hasta acercarme a la frontera inexistente de la casa de Nat y de la mía, y hasta estar cerca de los árboles que tiene mi mama en la esquina de la casa. Y me acuesto en el césped, de reojo veo a Nat, quien se acerca y me ve directamente a los ojos.

– ¿Enserio te estas acotando en el césped?

– Y ¿Por qué no? Nadie me puede privar de las más simples acciones – Pongo mis manos en mi cabeza sintiendo la tierra debajo de mí.

La verdad quería acostarme porque desde que Nat me columpio hace unas horas siento temblorosas las piernas, y con suerte pude llegar a su auto después de pasear un rato por los jardines del parque, y pensaba que irme de la nada a mi casa después de que me invitara a salir sería algo tonto.

– ¿Puedo? – Pregunta señalando el lugar a mi lado y sin que yo le conteste se acuesta a mi lado, manteniendo una distancia sumamente corta entre nosotros dos, rozando casi nuestros hombros.

Siento las ligeras brisas que circulan en el ambiente, el aroma a tormenta ha desaparecido por completo del ambiente dejándome sólo una sorpresa y un ligero susto de que la lluvia nos arruinara lo que fuéramos a hacer.

– Es impresionante – Dice y volteo a verlo, su mirada parece haber estado puesta en el suelo, pero ahora se encuentra en mí.

– ¿A qué te refieres? – Pregunto mientras siento la tierra en mi mejilla y el olor a césped muy cerca de mi nariz.

– El cielo, a pesar de que el crepúsculo va a la mitad, unas cuantas estrellas se perciben en el cielo – Miro hacia el cielo y es cierto, hay una cantidad de puntos de blancos en el enorme lienzo de mezcla de un violeta oscuro, rojo, anaranjado y los restos del tono azul.

– Siempre me pregunté cómo la gente detecta las distintitas constelaciones en el cielo – Digo en voz alta mientras intento encontrar alguna de las que he aprendido, como la osa mayor o algunos otros.

– La gente se especializa en esas cosas – Me dice con una sonrisa mientras veo como sus piernas se mueven hasta encontrarse en una posición más cómoda.

Suelto una pequeña carcajada mientras me acuesto boca abajo, con las manos cruzadas y los pies algo levantados.

– La verdad tienes razón en eso – Digo de una forma algo al azar a pesar de que lo que ha dicho tiene razón, pero simplemente lo digo para poder mirarlo de reojo.

Mis anteojos se mueven dejándome con una de las varillas de los lentes casi hasta la parte superior de la cabeza.

El voltea ligeramente su cabeza hasta que nuestras miradas se encuentran, y la luz del sol lentamente va pasando hasta que roza nuestras pieles y también alarga las sombras de las cosas de una forma enormemente amplias. Veo la luz denotando sus mejillas mientras sonrío al verlo de esa forma.

Pero de repente un teléfono suena, me levanto levemente y se me acomodan los lentes, pero veo como Nat lleva su mano a su bolsillo y saca su teléfono.

– Mi hermana, pregunta donde estoy – Dice con una sonrisa mientras lo guarda – Ella está en la casa, por lo tanto seguro lo hace para que entre de una vez en la casa – Agrega con una sonrisa – Entonces debo de irme – Lo veo levantarse mientras lo hago al mismo tiempo.

Nuestras Ventanas. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora