Siento un curioso cosquilleo en las manos, es algo como un hormigueo, como si me hubiera quedado dormido sobre estas y no las pudiera mover sin que me dolieran, el dolor o a sensación no es todo el tiempo, es unos cuantos minutos, pero no le presto mucha importancia, puede que sea una extraña sensación del día que no tiene casi nada que ver.
Mis manos son acariciadas por otras, causándome un calosfrío que me recorre por todo el cuerpo desde el lomo de mi mano. Volteo a ver a quien le pertenece esta mano, no es sorpresa, yo sé de quién es, veo a Nat sonriendo, veo como se e forman unos hoyuelos y la sobra de una barba, esta recargado en la pared donde se encuentra el alfeizar interno de mi ventana, después de que capta mi mirada cierra los ojos y recarga la cabeza hacia atrás.
Estiro mi mano para acariciar su mejilla levemente con las yemas de mis dedos y acomodo sus lentes. Algo parece ensancharse dentro de mí, como si tuviera dos pares de pulmones que se llenan al mismo tiempo.
Nat me voltea a ver nuevamente, se acerca y me da un beso en los labios, como ocurrió hace unos minutos, se acerca a mí, sintiendo su calor, su cuerpo, estamos en el piso de mi cuarto, por suerte esta alfombrado, sino ahora sentiría plano y frio mi trasero.
Siento como el cuerpo de Nat se mueve rápidamente sentándose sobre mis pierna y como sus manos se cerraban en mis hombros, yo pongo las manos en el piso, no sé dónde colocar las mías, pienso que ponerlas en sus hombros me parecería enredoso, y colocarlas en su cintura no sé, algo inapropiado. Cuando nos separamos veo una especie de brillo en sus ojos, no es causa del reflejo en sus anteojos, ni en los míos, una palabra en mi cabeza se genera de la nada, me lo encontré una en las redes "Limerencia", no sé si así es la palabra, y por el momento no me acuerdo del significado, pero esa palabra al pensamiento me llegó.
Las manos de Nat se cierran en mi rostro mientras nuestras miradas se centran la una a la otra.
– ¿Te sucede algo? – Dice con un tono de preocupación.
– En realidad no pensaba en nada – Digo con una sonrisa mientras siento la suavidad de sus manos, y como sus pulgares acarician mi mejilla con cuidado.
Me sonríe tiernamente mientras se acerca para darme un beso en los labios yo le correspondo intentando controlarme un poco.
Me siento en las gradas del aula de gimnasio bajo techo mientras sostengo mi blog de dibujo, no me he apartado de él desde hace mucho, la última clase del día de hoy es la de dibujo, y el profesor nos dejó trasladarnos a otros lugares para poder inspirarnos, y en la siguiente clase revisaba lo que hicimos. Mi mente está intentando formular algo, un rostro, un lugar o algo, pero no, nada, lo único que aparece en mi cabeza es el rostro de Nat, sus ojos brillantes y demás.
Podría dibujarlo, pero quiero intentar algo nuevo. Unos fuertes pasos se hicieron presentes y me hicieron sobresaltar, por alguna razón intento esconderme, pero luego recuerdo que no hay necesidad de hacerlo, tengo tanto derecho de estar aquí como todos. Escucho un especie de bullicio disminuido, y cuando veo a la puerta que conecta con el resto de la escuela se abre de par en par.
Un grupo de gente aparece, todos deportistas, y los murmullos se escuchan bastante potentes a pesar de no ser un grupo tan grande. De entre todos puedo reconocer el cabello castaño de Henry Hedmark, mientras intento disimular que no lo he visto, de reojo lo veo, su cabellera bien estilizada moviéndose, levanto la vista y veo cómo va subiendo los escalones de las gradas dirigiéndose a mí. Se planta delante de mí y yo levanto la vista y le dedico una sonrisa.
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Nuestras Ventanas. [Completa]
RomanceUn vecino es un nuevo mundo que descubrir, se puede volver tu amigo, tu enemigo, o sólo un simple desconocido que lo vez al llegar a tu casa. Taylor vive algo similar, un día un chico llega a ocupar la casa de al lado, resulta ser un amigo de la inf...