Epilogo.

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Un ligero olor a cerveza inundaba la mesa de la comida donde me encontraba, sirviéndome un poco de ponche, temiendo que algún loco por querer hacer más divertida el baile le haya puesto alguna sustancia. Pero ya he visto a varios chicos beber el ponche y seguir como si nada, por lo cual le doy un trago. El gimnasio se encuentra bañado por una luz plateada, que por unos instantes cambia a un tono más azul turquesa.

Ya han pasado varias semanas desde la partida de Nat, de vez en cuando hablamos, me cuenta como la esta pasando en su nueva ciudad y en su nueva escuela, y que hay muchas cosas que a mí me encantaría dibujar, desde flores, edificios e incluso el esta tentado a entrar a un curso o taller para aprender a dibujar.

Hace unos pocos minutos estaban hablando mi amiga Luisa y el por teléfono, comentándole que todo el tema del baile esta saliendo de maravilla, y eso es decir poco. Cuando yo entre pensaba que seria como en otros años, solo las mesas con manteles simples, y una decoración burda y sin nada de estilo, pero esto es todo lo contrario.

La entrada del gimnasio esta rodeada por arboles con luces navideñas que iluminan de un color amarillo, formando un pasillo, con una alfombra roja, un fotógrafo profesional que trabaja en una importante editorial, que acepto el trabajo sólo porque Luisa es amiga de Nat. La gente alegremente se forma para tomarse una foto. Las mesas circulares tienen manteles blancos con la misma forma y encima un mantel dorado que va con el resto, y encima un pequeño árbol bonsái con unos focos pequeños, dando similitud con el de la entrada, la música esta a cargo de un DJ, ese fue cortesía de Mountain, siendo su primo, le debía un favor.

A lo lejos veo a Luisa, quien esta luciendo un hermoso vestido de color rojo que se entrelaza en la parte delantera, y deja expuesta parte de la espalda, resaltando su tono moreno de piel, tiene el cabello negro suelto y rizado, peinado a un lado, estaba bastante alterada esperando que todo estuviera saliendo bien, pero ahora esta calmada, todo gracias a Mountain, la invito a bailar, y ahora están bailando una canción lenta, me parece algo cómico como mi amigo se tiene que inclinar un poco para poder estar a la altura de la chica, y también verlo con un traje, por completo negro, con una camisa blanca y corbata de un rojo brillante, incluso sus manos son muy largas. Luisa rodea su cuello con sus brazos en una muy romántica escena, incluso ella se tiene que poner de puntas a pesar de que tiene tacones que le agregan varios centímetros de altura.

– Para mi que los ovnis están detrás de todo esto. – Dice Sandy en un tono de broma, ella luce un vestido que de la parte superior muestra un detalle de piedras del tono de la arenisca, y la falda de un turquesa muy vivo, se cortó hasta los hombros, y se hizo un peinado que la hace ver un poco más alta, y en su cabello se ven varios pasadores, uno en particular tiene el rostro típico de un alíen, cabeza ovalada verde, y ojos negros grandes. – El ponche está muy bueno, tiene que tener algo de control mental.

– Sólo es ponche. – Dice JJ mientras suelta un bufido algo cansado, tiene un traje blanco, con las solapas del cuello de un negro platinado, y un pañuelo rojo en el bolsillo izquierdo, esta algo enojado, había invitado a una chica, pero esta lo cancelo a último minuto.

Pienso que decir mientras me sirvo otro ponche, yo llevo un traje negro completamente, pero con un moño de un tono oscuro, dicen que resalta mi tono de piel pálido, una persona se coloca al frente de mi, al otro lado de la mesa.

– Te hará daño tanto ponche Taylor Navy. – Levanto la vista encontrándome con Henry Hedmark, esbozando una sonrisa, luciendo bastante atractivo en su traje, muy parecido al mío.

Ya llevamos mucho tiempo de reconciliación, desde que llegue a su casa y le pedí que hablaramos, lo hicimos y me perdono, y me invito a quedarme en su casa por lo tarde que era, yo insisti en quedarme en el sofa, como cualquier otra visita, pero el no se detuvo hasta que dormimos en la misma cama, y no se si decir dormir, porque nos pasamos casi toda la noche frente a frente mirándonos nerviosos.

– Pues como dice Sandy, esto tiene control mental. – Le doy otro sorbo al ponche, mientras Henry da la vuelta a la mesa, acercándose a mi.

– ¿Tu también vas a empezar? – Pregunta algo frustrado JJ cuando Henry esta casi a mi lado.

– Ven. – Le dice Sandy tomándolo por la muñeca. – Vamos a ver si hay aliens por la pista de baile.

Y como siempre, desaparecen con la misma velocidad que tiene para iniciar una discusión, Henry esboza una sonrisa cuando desaparecen, incluso les tomo cariño a ese par, y de vez en cuando apoya a Sandy con el tema de los aliens, ocasionando que JJ se enoje aun más.

Los veo llegar al centro de la pista, y acomodarse para bailar la canción lenta que aun continua, en mi visión periférica aparece Aby, mi hermana, se acomodo el cabello, quedándole como el de Daenerys Targarian de Juego de Tronos, con un vestido de color durazno, que por la parte de enfrente es corto, y se extiende una cola por la parte de atrás, encima de su cabeza destella la corona de la reina del baile, y esta bailando con su rey, un chico de otro salón, supongo que mi hermana finalmente encontró a alguien.

– ¿Te parecería bueno decirles ahora? – Pregunta Henry acercándose a mí, susurrándolo a pesar de que la música ahoga nuestras voces para los demás.

– ¿Qué cosa?

– Lo nuestro. – Dice Henry con una sonrisa. – Llevamos dos semanas de novios y no se lo has dicho a tus amigos. Se enojarán contigo.

– Pensé que con todas las veces que nos ven juntos y de la mano ya lo sabían. – Estiro mi mano y me encuentro con la de él, mirando sus ojos castaños que reflejan la luz plateada.

– Tal vez están esperando a que se los digas.

– También deberíamos decirles que en un año entraremos a la misma universidad. Y que nos tendremos que mudar al mismo departamento.

– Dirán que estaremos copiando alguna trama de algún libro o película de romance.

– Pues es la verdad. – Esbozo una sonrisa mientras lo miro de reojo.

– Eso si debería esperar.

– ¿Sabes que no puede esperar? – Pregunto enarcando una ceja mientras veo sobre el armazón grueso de mis anteojos.

– ¿Qué? – Pregunta levantando un poco la cabeza.

– La pista de baile. – Tomo su mano con más fuerza y lo atraigo a ese lugar.

Las luces plateadas nos inundan mientras coloco mis manos en su cintura, y sus brazos alrededor de mi cuello, suele ser al revés, pero Henry dice que es bueno experimentar nuevas cosas, de reojo veo a nuestros amigos mirándonos, supongo que lo nuestro se esta normalizando. Los ojos de Henry me reclaman mirarlo directamente, sin importar que.

Juntamos nuestras frentes sintiendo la punta de su nariz con la mía. Estirándome un poco para darle un beso en los labios, justo cuando llega la mejor parte de la canción.

– Te amo Taylor Navy. – Dice por lo bajo cuando nos separamos para tomar un poco de aire, sonrío sintiéndome sonrojado.

– Y yo a ti, Henry Hedmark.



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Gabriel Andrade

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