14.

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Henry Hedmark se acerca a mi cuando termina su práctica, la cual, a mi parecer ha sido muy pesada, por eso puedo confirmar que no soy bueno para jugar al futbol americano, lo veo dando la vuelta y esta vez no estamos divididos por una reja y medio metro, tiene una enorme sonrisa que nunca antes había visto, o nunca me había reparado tanto en esta, y me parece curiosa, le entrego su camisa la cual se pone, pero antes de hacerlo no pierdo rastro de su cuerpo, tiene las marcas del equipo de futbol americano.

– Muchas gracias Taylor Navy.

– No hay de que Henry Hedmark.

– ¿Qué harás después de esto? – Me pregunta luego de que se cuelga su mochila y se aferra con ella con fuerza mientras empezamos a avanzar a la salida.

– Pues llegando a casa, tomar un baño – Me rasco un poco la barbilla mientras de reojo veo como todo su equipo se nos queda viendo. Regreso la vista pasando de largo de ellos – En la noche saldré con un amigo.

– ¿Con tu grupo de amigos? – Me pregunta mientras de reojo lo veo, enarcando una ceja bastante curioso, como si eso enserio le importara. Le sonrío mientras asiento, no debo de darle tantas explicaciones.

Avanzamos dando largas zancadas mientras hablamos de cosas que nunca pensé que hablaría con este chico, no sólo me da una muy buena opinión del libro de Rene Marie Danvers, me dice cosas de las cuales yo no me percaté cuando lo leí, también me sorprende diciéndome que se quedó impresionado con la película de los vengadores cuando se estrenó, ese tema si pude explayarme de la mejor forma cuando me lo menciona–

Llegamos hasta el estacionamiento, en donde él se sube a un auto tipo convertible de color rojo oscuro, yo estoy a punto de cruzar la calle para dirigirme a mi casa, pero escucho un pitido que me hace dar un respingo. Volteo y veo a Henry Hedmark en su auto, levantando la mano moviéndola fuertemente.

Me acerco mientras veo a los lados.

– ¿Qué sucede?

– Te llevo – Me dice con una sonrisa – Es lo menos que puedo hacer por hacer que me esperes.

– Yo puedo ir a mi casa, no te preocupes, ya me he ido muchas veces a pie – Digo con una sonrisa mientras veo su brillo en sus ojos.

– Anda, sube, no quiero que camines.

– Esta bien – Abro la puerta de su auto mientras me subo cerrando con fuerza la puerta – Sólo porque no quiero caminar mucho.

Eso hace que el suelte una leve carcajada y enciende el auto.

– Sólo te digo que se defensa personal, y puedo hacerte algo si se te ocurre secuestrarme y violarme.

– Demonios, bájate del auto entonces, tengo que abortar misión – Dice con una sonrisa mientras mantiene su vista al frente a pesar de que va constante y no hay nadie cerca por si ocurre un accidente.

Eso me saca una sonrisa mientras me acomodo los anteojos de armazón grueso mientras me recargo en la puerta y lo veo, tiene un perfil anguloso con su nariz recta y su piel ligeramente bronceada, su cabello castaño oscuro, subo un poco el pie al asiento mientras veo hacia al frente para no marearme.

– ¿Qué tanto piensas Taylor Navi?

– En casi nada Henry Hedmark, sólo pienso en la nada.

– Esos pensamientos sí que son filantrópicos, creo que puedes hacer un libro sobre hablar de la nada – Escucho sus palabras algo forzadas, como si lo hubiera pensado, pero hubiera dudado en decirlo y termino soltándolo.

Nuestras Ventanas. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora