7.

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Acaricio lentamente el cuero del asiento del auto de Nat, mientras lentamente respiro, tiene olor a auto nuevo es bastante evidente aunque hay distintos indicios que no lo es tanto, como una visible esquina de una bolsa de M&M debajo del asiento del copiloto donde se encuentra mi hermana. Me acomodo los anteojos mientras veo como los edificios se mueven con suma velocidad mientras el auto aumenta la velocidad.

Y mis ojos se dirigen a mi hermana, quien está concentrada contándole algo a Nat sobre su práctica en la escuela, pongo los ojos en blanco mientras me doy cuenta por milésima vez en el día que mi hermana es el típico estereotipo de la chica presumida y estresante, y eso que es mi hermana, así que hipotéticamente debo de guardar un poco de amor por ella como ella debe de tener por mí.

Mis ojos se mueven con un ligero rebote del auto, casi imperceptible de seguro volteo a ver al espejo que está en la parte de enfrente, y me doy cuenta del movimiento rápido de los ojos de Nat, que estaban, supongo yo, mirándome mientras yo no lo notaba. Me sonrojo por lo bajo mientras me doy cuenta que es la décima vez que lo hace en el auto, las primeras siete penaba que era porque venía un auto detrás de nosotros o que quisiera cambiar de carril, ya las últimas dos pensaba que yo había desaparecido ya que suelo no hacer mucho ruido cuando voy en el auto, no como mi hermana, que hasta los que vienen en autos delanteros saben que ella viene en el auto.

Me adelanto un poco para poder recargarme levemente a los costados de los asientos, mirando hacia el frente, viendo cómo llegamos lentamente al estacionamiento del lugar donde me quede de ver con mis amigos, y de mi hermana podrá ver sus cosas y de paso se llevará a Nat.

Cuando el auto se detiene lentamente me acerco a la puerta, y cuando mi hermana y Nat lo hacen, lo hago yo igualmente, mientras meto mis manos en los bolsillos del pantalón mientras con grandes zancadas acercándome al elevador, en donde presiono, veo mi reflejo algo difuminado y bastante estirado mientras veo como en el elevador el número de donde se encuentra este cambia.

Y veo como mi hermana y Nat se acercan, viendo sus figuras estiradas y desvanecidas, y una mano en mi hombro, de reojo veo a Nat, quien me dedica una sonrisa que hace que sus anteojos de montura gruesa e muevan lentamente.

Y suena el pitido que anuncia la llegada del elevador a nuestro piso, y entro directamente mientras saco mi teléfono, sin encenderlo, viendo mi reflejo en este, mientras me acomodo bien el cabello e intento notar el sonrojado de mi mejilla por si acaso se me nota.

– ¿Te estas arreglando? – Me pregunta Nat lo que hace que levante la mirada y lo vea directamente a sus ojos.

– ¿Qué? No – Dijo dándome cuenta de la sonrisa que todavía tiene Estoy a punto de contestar cuando mi hermana se adelanta.

– Se está arreglando para Henry Hedmark – Dice mi hermana con una mueca extraña entre una burla reprimida y un rastro de enojo en su voz.

– ¿Henry Hedmark? – Pregunta Nat dirigiéndome una mirada curiosa enarcando su ceja derecha.

– Es un tipo que le pretende – Vuelve a decir mi hermana con una especie de dejo mientras veo como se le han de formar arcadas al hablar que alguien me pretenda.

– Eso no es cierto Aby – Pongo los ojos en blanco mientras de reojo miro a Nat, quien me dedica una nueva sonrisa – Henry sólo quiere que vaya a ver sus prácticas de americano y dice que tengo compleción de deportista, aunque a mí no me gusta eso.

Nuestras Ventanas. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora