El auto sigue avanzando con un movimiento imperceptible, mientras escucho por lo bajo las pequeñas piedras de grava golpeando con las llantas y luego con la parte inferior del auto, me recargo en el dorso de mi mano mientras Henry Hedmark conduce en silencio, miro mi reflejo a través del vidrio de la ventana cerrada, mientras un curioso sentimiento surge en mi pecho, como una punzada, como si me estuviera encajando las espinas de un pequeño cactus.
Por el rabillo del ojo veo el movimiento de manos de Henry en el volante, y miro hacia el frente, el camino se está acercando a la calle de mi casa. Volteo a ver al conductor directamente, Henry tiene una nariz recta, tiene un tono de piel ligeramente bronceado, su cabello castaño oscuro peinado hacia atrás y sus labios en un tono entre el rojo y el rosa que combina con su tono de piel, me quedo admirando su perfil mientras con mi dedo pinto en una hoja invisible su perfil, pero con cada respiración no puedo evitar sentir todavía las punzadas en el pecho.
De mi ensimismamiento no me he dado cuenta que él ha volteado, me mira mientras el brillo del exterior se refleja en sus ojos, me quedo así un tiempo, el auto se ha detenido y como si me estuviera despertando de un placentero sueño me muevo, tomando mi mochila y la bolsa de compras. Abro la puerta y saco los pies al exterior, volteo a ver a Henry.
– ¿Te sientes bien? – Me pregunta con una ceja enarcada mientras se acomoda para verme directamente.
– Si, lo estoy – Me detengo y me quedo sentado en el asiento, pero con un pie afuera ahora – Sólo un poco cansado, a ver si puedo dormir un poco, y hacer la tarea.
– Eso suena muy bien, ¿Nos vemos mañana?
– Obviamente – Digo con una sonrisa mientras decido salir – Hasta luego Henry Hedmark – Cierro la puerta, pero el bajo el vidrio para poder verme bien
– Adiós Taylor Navy – Levanta una mano en señal de despedida, y cuando empiezo a caminar arranca. Doy la vuelta y veo cómo avanza con rapidez el auto, meto la llave en la puerta y la cierro tras de mí, dirigiéndome directamente a mi habitación.
Me extiendo por la cama como una mancha en las sabanas, como un charco de agua en el piso que se extiende poco a poco con algún contacto, pero sin ninguno se mantiene así, tengo la cabeza colgando por una parte de la cama, mientras en mi paladar mantengo el sabor a la cena, la cual ya ha pasado unas horas.
La familia de Nat en esta ocasión vino a cenar a nuestra casa, mi mamá se lució preparando un pastel de carne, hace mucho que no cocina uno de esos y tuve que aprovechar, pero el único integrante de la familia que no estuvo fue Nat, una parte de mi quisiera que viniera, que intercambiáramos miradas cómplices, pero otra parte de mi agradecía que no estuviera presente, sino me hubieran entrado unas ganas de llorar, y de acercarme a reclamarle, gritarle en la cara lo que hizo y que lo vi, aunque no esté yo en ese derecho al no ser su pareja, y me metería en más embrollos porque mi familia se daría cuenta de lo que empecé sentir, y sin duda me mandarían a un psicólogo tras otro para ver qué es lo que sucede conmigo, aunque yo les argumente y los psicólogos también los especialistas les dirían que es algo normal en la juventud de hoy, o habría otros que les asegurarían que es una etapa, y que hasta en las mejores familias pasan, y mi hermana tendría otra cosa de que burlarse, aunque yo no me encontraría ofendido, Luisa me lo explico todo y yo razone con el tiempo. Doy un fuerte suspiro mientras siento como en mi cabeza se forma un enorme remolino de pensamientos e ideas descabelladas y como no solo mi mente piensa en Nat, sino en lo que me planteo sentir por él, o al menos es lo que siento en estos momentos, al ver por mi ventana y ver la suya cerrada, doy un suspiro mientras cierro los ojos, y dejo que mi sangre empiece a llegar a mi cabeza sintiendo el retumbar en la parte superior de esta, y mis anteojos resbalen por mi rostro hasta de alguna forma encontrarse atorados por mi frente.
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Nuestras Ventanas. [Completa]
RomanceUn vecino es un nuevo mundo que descubrir, se puede volver tu amigo, tu enemigo, o sólo un simple desconocido que lo vez al llegar a tu casa. Taylor vive algo similar, un día un chico llega a ocupar la casa de al lado, resulta ser un amigo de la inf...