Capítulo 11

12 1 0
                                        

Salí de la base, camine durante bastante tiempo atravesando el bosque, no te perdías si sabias distinguir marcas en los árboles.

Una gran reja separaba el bosque con la carretera. Tome impulso para escalarla podrían ser una base llena de matones y gran seguridad, pero esta parte no estaba tan bien vigilada como otras.

En frente se extendía más parte del bosque, pero no era parte de la base, ahí estaba escondida una moto.

Mi pequeño bebé, regalo de cumpleaños número quince, no lo tenia en la base porque al enterarse, le pasarían un tanque de guerra por encima, y todo sería plan de mi amado tío.

(...)

Frente a mi un arco con relieve a los lados y un pequeño techo de tejas.

Había llegado al barrio chino de la ciudad, medianas bolas de papel rojizo se extendían en toda la calle. Acelere la moto hasta llegar a la parte de atrás de varios restaurantes y más locales.

A lado de un cubo de basura dejo la moto, no creo a nadie capaz de llevársela, saben que morirían si tocan a mi bebé.

Nunca me quitaba el casco, así que no había problema sobre que y no hacer fuera de la base.

Había una pequeña puerta de metal ya oxidada, le di un golpe con el puño y un par de ojos me vieron, no tardaron en abrirme.

Personas bailando era lo que se veía a simple vista, pero si mirabas bien una que otra vendía drogas, unos los consumían y otras tenían relaciones en las esquinas del lugar.

Cruce todo el local como si fuera invisible, subí unas escaleras, había cinco puertas, una era un baño, otra oficina y un cuarto vacío, las otras dos eran simuladores "sueños", te inyectaban una sustancia amarilla fosforescente, al entrar en tu organismo, los ojos eran los únicos que te evidenciaban con un margen en tu pupila del mismo amarillo, encendían una enorme maquina y en automático te sumergía en el lugar que quisieras, a la vista de los demás podían ver muy poco lo que soñabas.  no dejaban rastro de la sustancia, no solía durar más de cuarenta minutos. por lo que eran muy solicitadas por personas de un muy buen rango económico.

A pesar de todo, no había nadie ahí.

Fui al cuarto vacío, me coloque frente a la ventana. Se podía ver la mayor parte de la ciudad, edificios de distintos tamaños con algunas luces encendidas y otras apagadas.

Sentí unos pasos detrás de mi. No tardo mucho en tenderme una bolsa de tela por sobre mi hombro, con mi brazo izquierdo le tendí el dinero, todo sin emitir alguna palabra.

Antes de que cerrara la puerta un fuerte estruendo movió el edifico. Los gritos de aquellas personas en el primer piso llego a mis oídos.

Saque mi cabeza de la ventana buscando una manera de salir, no había escaleras de incendio, por lo cual tendría que escalar.
Saque mi cuerpo con agilidad recorrí lo más rapido posible los bordes para llegar al techo de un local alado, sentía el aire colarse debajo de mi chaqueta. Antes de poder saltar escuche gritos.

- No hay nadie - una luz rozo mi brazo, me pegue mucho más a la pared.

- Nadie podría salir de esto, caerían de inmediato al suelo - era una voz distinta.

- el primer piso ya esta despejado - ¿los habían matado...? ¿A todos?

No escuche más conversación, así que salte rápidamente al techo, caí rodando.

Apresure mis pasos, debía salir de ahí.

Corrí y brinque en varios tejados, rodeando al edificio, cuando llegue a donde estaba mi moto, cinco tipos vestidos con trajes tipo militar de color azul, estaban acorralando a un chico, parecía de mi edad o un poco más grande.

FAKE GODSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora