Capítulo 46

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Llevo practicando un par de semanas más, Erik me entrena por orden de Caleb, e tratado y me e esforzado día con día, pero no puedo vencerlo, no puedo contra él.

Me limpio la sangre del labio, Erik me ve desde el otro lado, cubre la herida en su hombro.

- Esto es una perdida de tiempo y lo sabes -

- Son órdenes - se pone de pie y cojea hasta la puerta de la sala de entrenamiento - Hasta hace unos días tenia confianza en que te mataría -

- ¿Qué te hizo cambiar de idea? -

- Siempre terminamos así  - malheridos y exhaustos - no me importas, pero esto es una mierda para ambos, nos rebaja cual animales a pelear para probar nada, nada en absoluto... el siempre vigila tu curación - avienta la puerta para salir por ella.

Si no fuera él, le diría que Caleb solo me cuida porque quiere una incubadora o eso a intentado fervientemente durante estos días, Alexei me ayuda a con métodos anticonceptivos naturales para que no quede registro de ello.

Trato de ponerme de pie, pero el dolor me detiene en seco, muerdo mis labios y cierro mis ojos fuertemente soportando el dolor.

Camino o me arrastro por los pasillos hasta mi habitación, debajo de la bota se que mi pie esta hinchado, me hace cojear, Erik lo doblo mientras intentaba parar su ataque, las cosas blancas huelen la sangre y giran su rostro cuando pasó cerca de ellos, incluso los soldados humanos los miran de reojo temerosos después de este tiempo.

Nadie posee el poder de frenarlos, solo Parish, e tratado de conseguir el collar todas las noches posibles desde la boda para que Alexei lo pueda examinar, pero nunca completamos todo el sistema que maneja a las cosas, temo que si muevo algo o activo algo acabe con todos, mi mente ya no puede con más muertes por causa de esto.

Por fin llego a mi habitación, me siento en la cama con cuidado, mi reflejo me ata a los pocos cables buenos en mi mente, aun soy una persona y no una bestia, mi sangre es roja no negra, mis nudillos con sangre y mis dedos algo torcidos me calman cada vez que veo las garras de aquellas cosas, trato de quitarme la bota, pero es doloroso, tras varios intentos lo logró, mi tobillo esta violeta e hinchado, soy una berenjena.

- carajo - me desvisto y trato de curar mis heridas - debo usar la maldita tableta -

- ¿Te encuentras bien? - Caleb se asoma, pero aparta la vista rápidamente, le molesta verme herida.

- Si, pronto terminaré, espera en la cama - me ducho, me lleno de lociones florales, seco mi cabello y tomo un gran respiro. Es el chico inocente y bobo que conociste primero, es lindo, caballeroso.... Los gritos borran mis pensamientos, salgo del baño.

Esta frente a la ventana, le encanta la nieve, quizás porque el creció en una isla, lo abrazo por la espalda, beso su cuello, no tarda en relajarse y llevarme a la cama. Disfruto sumiendome en una fantasía donde él no ha matado a tanta gente, donde su manera de querer es linda, me engaño para poder tolerar todo.

Acaricia mis labios con su pulgar - Me encantas, te quiero conmigo siempre - y sin más me engulle con la mentalidad de un hijo.

Uno que nunca nacerá. No merece un mundo ni una familia así.

.

Veo el collar sobre su pecho, sus respiraciones son profundas y lentas, una almohada sobre su cabeza y listo, seria el fin, mi pulso se empieza a acelerar haciendo sonar una alarma que lo despierta y tengo que fingir que tuve una pesadilla, mis gritos alertan la guardia de Erik el cual entra empujando la puerta, Caleb me cubre con su cuerpo cuando este me apunta.

FAKE GODSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora