- ¿Cuál es tu nombre? - el niño de ojos azules, tenia cabellos castaños, y cada que brincaba sus rulos igualmente lo hacían, era más alto que yo... Pero si brinco muy alto si lo alcanzo.- Gundelina -
- Que feo nombre... raro y feo, pero tu no eres fea - empujo suavemente mi hombro - te dire Gun, ¿te gusta? -
Negué con la cabeza - No -
En verdad nunca me había gustado ninguno de mis nombres.
- ¿Entonces como te llaman? -
- Gundelina -
- Rayos, y... ¿tu apellido? -
- Báez -
- Bien, por ahora te dire Báez -
- ¿Cuál es tu nombre? -
- Cerbero - lo dijo con orgullo.
- Y decías que mi nombre era feo... el tuyo esta peor -
- Claro que no -
- Lo es -
- ¡Gundelia, Cerbero! Tienen tres para ponerse en posición de lagartijas... ¡uno!.. -
Ambos no necesitamos escuchar más, corrimos rápido y aterrizamos con manos en el suelo caliente por el sol, uno que otro raspón fue ganado por aquella acción.
-¡dos!...¡tres! -
Los seis niños reunidos ahí, bajamos nuestros cuerpos hasta que el pecho tocara el suelo en perfecta sincronía.
(...)
Cuando teníamos doce años, sabíamos perfectamente como ser un equipo, sabíamos cada ventaja y desventaja del otro.
Olek era nuestro más grande reto en cualquier actividad, y mi gran amor...
- Se te cae la baba pistolita -
Cerbero siempre fue más apegado a mi, o yo a él, nadie sabia si era por la diferencia de días en nuestro cumpleaños o por una hermandad formada en aquella base.
- Deja de llamarme así... -
- No puedo pistolita - me miraba divertido mientras comía su sopa.
Los chicos me decían pistolita gracias a la abreviatura a mi primer nombre "Gun", además de ser la única niña y la más baja entre ellos, considerando mi metro cincuenta y siete de estatura.
- Es culpa de tu mamá, así... - Cerbero no pudo decir más ya que le había aventado la mayor parte de comida en la cara, era día de crema de brócoli.
- No la vuelvas a mencionar - me levante de la mesa y salí de ahí, nunca me había gustado que metieran a mamá en cualquier platica dentro de aquella base de entrenamiento.
Caminé rápidamente a los salones de entrenamiento.
Mis pequeños palacios, aunque de pequeños no tuvieran nada.
En otro momento me preocuparía por como iba vestida, pero solo quería golpear algo.
Era lo malo de todo aquello donde había crecido, cambie, era una fiera si estaba enojada. Justo mi segundo nombre.Empecé a golpear aquel costal de noventa kilos, bastaron pocos golpes para que mis nudillos enrojecieran y empezaran a desgarrarse.
- No lograras nada Gun -
- Claro que si... No soltarle un golpe a cualquiera en el rostro. -
- Pistolita... para -
Olek a pesar de que no fuera muy comunicativo, con nadie, si quiera conmigo, siempre se preocupo por todos. "Por su pequeña hermana", así me consideraba.
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FAKE GODS
Teen Fiction- ¿Me pueden quitar más de lo que yo ya he dado? - - Eran mis flores favoritas, ahora les tengo miedo - - ¿Nos hará lo mismo que a su prometida? - Se me acabaron los planes, todo a avanzado y yo sigo estática entre las cosas blancas que devoran a...