Capítulo 2.

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Se me olvidó por completo la sed que tenía hace escasos cinco minutos. La noticia de mi tía me había dejado un poco apenada, ahora tenía que darle la noticia a mi madre. Agarré el móvil y busqué en la lista de contactos su número. Dudé en descolgar o esperar unos minutos por si estaba todavía en aquella reunión tan importante. Finalmente opté por llamarla.

un bip

dos bips

tres bips

— ¿Madison?.- Contestó dudosa (supongo que porque no se esperaba mi llamada, ya que me avisó de que estaría ocupada)

— ¿Madison?. — Hola mamá, ¿tienes un segundo? es importante — Contesté con seriedad

— Bueno, en diez minutos tengo una conferencia, ve rapidito, si puede ser.

— Tranquila, no te entretendré mucho. Verás… ha llamado la tía mel hace un rato— Empecé explicando — Quería hablar contigo, pero le dije que te habías ido y que hasta la noche no llegarías a casa. así que me contó lo que te quería decir, así ya no te llamaba esta noche. — Le comenté un tanto nerviosa.

— Madison, ve al grano, me quedan cinco minutos de descanso. — Terminó diciendo.

— Vale, verás, me ha dicho que esta mañana le llamó la bisabuela Flora, y le dijo que el bisabuelo Thomas falleció ayer de madrugada, al parecer estaba ingresado, pero no dijeron nada por no preocupar — Tras decir esto, un silencio presenció aquella inesperada llamada telefónica.

— ¿Mamá, estás bien?— Observé entre ese silencio dolor, recuerdos, tristeza…

— Sí, tranquila amor, solo que no me lo esperaba. Te dejo, necesito descansar un poco, esta noche nos vemos, te quiero — Intentó maquillar su voz rota y destrozada entre un te quiero dulce, el típico que dice una madre con sensibilidad, con una sinceridad transparente.

       Y yo a tí. Ah, por cierto, el entierro es en un par de días en sydney, al medio día— Añadí. Durante un instante se notaba la respiración de mi madre al otro lado del teléfono, pero finalmente, sin decir nada, colgó abatida.

Después de la llamada con mi madre estaba cansada. Bueno, eso es lo quería pensar, quería ponerme una excusa para no estudiar hoy. Ni siquiera podría ir hasta la biblioteca, aunque solo fuera para dar un paseo hasta allí, la lluvia empezó a caer con más fuerza, incluso creo que en momento caía granizo.

[...]

Anoche me acosté antes de que mis padres llegaran. Empecé a escuchar música y acabé saltando por la cama y gritando como una histérica. Hacía demasiado tiempo que no me alocaba tanto. Realmente lo necesitaba. acabé tan cansada que ni quise cenar, directamente, a las diez de la noche ya estaba profundamente dormida, soñando a saber qué, nunca me acuerdo.

Good girls are bad girls •Luke Hemmings•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora