Triste pero cierto.|| 2Seok.

20

-Tu madre envió esta carta Seokjin, para ti.

Anunció la tutora del chico mirándole inexpresivo, extendiendo el pequeño sobre en su dirección. Sabía en el fondo que a su niño le daba igual recibir algo de ella o no, pero no era ira o rencor, era su dolor y eso ella no lo podía entender con exactitud, pero se lo imaginaba y solo sentía un escalofrío descomunal recorrer su cuerpo. Verle en ese estado no era lo mejor que podía ocurrirle, se sentía inútil ante la herida que parecía imposible de sanar.

-Bótala. -murmuró frío- En todas dice exactamente lo mismo, no me interesa saber nada de ella.

-Pero que sabes si esta es diferente al... -él chico se dio la vuelta y le lanzó una mirada fulminante dándole a entender que no quería saber nada de esa mujer, él pudo perdonarla pero ella decidió irse- Comprendo... La botaré.

Y allí se quedo, sentado en el frío suelo de la acera ya se acercaba la noche y hacía un frío terrible que logró causarle escalofríos, más en su mente solo podía pensar que no había conocido un corazón más frío que se compare al de su madre. La quería o mejor dicho la pensaba a pesar de su mal comportamiento con él, si resultaba ser cierto lo que ella dijo ese día producto de la rabia entonces prefería no decirle. ''Te amo mamá'', no tenía sentido y no valía la pena. Eso pensó el.

Casi pudo graduarse de la universidad junto a su mejor amigo Kim Namjoon al cual conoció justo cuando ingresó como alumno nuevo. Hicieron tantas cosas juntos, logrando molestar a los profesores que no pudieron con el dúo.

Juntos formaron parte de muchas fiestas, Seokjin le coqueteaba a chicas para que se acostarán con su amigo y de alguna forma este no accedía, tenía su novia, por lo que solo se quedaban pensando en cosas. En ocasiones se dejaba llevar por los chicos que le coqueteaban, no por amor, sino para que su cuerpo se relajará cuando por dentro la cicatriz sería permanente.

Una cicatriz que nunca se cerraría, el amor que siempre quiso se esfumó en el aire como si nada, como el humo de un cigarro al ser expulsado. Ese dolor lo compensaba dándole su cuerpo a aquellos que siempre quisieran pasar una noche con él, sufrir era su placer. Se volvió una costumbre dejar a los demás jugar con su piel cuando la misma estaba siendo manchada, mientras él no conseguía nada con ello haciéndole sentir más miserable.

Faltaba agregar que comenzó con la mala vida de vender drogas en las calles para conseguir dinero extra, su madre le pedía dinero más él trabajar no le parecía correcto a su corta edad y tampoco era como si lo hubiera intentado pero no lo aceptaban, así que se metió en el negocio sucio y así logró satisfacer las necesidades del ser que lo abandonó.

Nunca las consumio no se sentía tan miserable como para caer en ese vicio, pero cualquiera pensaría lo contrario, poseía las mejores ideas para evitar a la policía y no ser descubierto para caer en la cárcel fácilmente. Podría llamarlo suerte o corazonada, de todas formas era expertó en ello.

Un tiempo después dijo que lo mejor sería dejar ese mundo oscuro que solo le traía problemas debido a su temperamento, le costó casi la vida y estuvo al borde de la muerte. La paliza que le dieron fue terrible y ciertas veces se preguntaba como había logrado sobrevivir a ello.

Terminó en el hospital con tres costillas fracturadas, un ojo morado, con los labios totalmente destruidos debido a los fuertes golpes, fractura en el fémur, en la muñeca y el tobillo, encima un derrame interno mortal y un disparo en el brazo, si sobrevivió es porque un propósito tendría en la vida porque de lo contrario hubiera muerto enseguida, solo el derrame le pudo costar la vida. ¿Cuál sería ese propósito?

Estuvo seis meses internado en aquel hospital para el moritoneo de todas sus heridas, la bala no causo daño interno en su brazo por lo que pudo sanar luego de una exitosa operación, debido al derrame tuvo donación de sangre urgente y otra operación de emergencia, los golpes se calmaban con medicamentos y las fracturas también fueron tratadas al instante, sinceramente fue un paciente bastante complicado y en muchas ocasiones tuvieron casi a punto de perderlo, fue mucho para ese cuerpo.

Los siguientes seis meses restante los pasó en casa con su tutora velando por él, llorando por las noches al no comprender el por qué no lograba hacer nada bien, se sentía realmente inútil, sin fuerzas y con ganas de redirse. No era fácil para ella verlo en ese estado, quería entender lo que pasaba por su mente y así ayudarlo, pero Seokjin poco hablaba con ella.

Luego de otro año el hombre estaba mejor, poco a poco podía hacer cosas por su cuenta, salía a algunos lugares y se relacionaba con sus amistades.
Tiempo después, sucedió aquello.

Seokjin entró a la casa y se aferró con fuerza a su tutora, eso le pareció un tanto extraño pero no dijo nada.

-¿Me perdonas mamá?

-¿Qué? ¿Por qué cariño? -él no le respondió. Y el sonido de la sirena resonó en sus oídos, entonces comprendió que se había metido en graves problemas una vez más.

-''¿Otra vez?''

Él se entregó sin poner quejas, más a ella no la dejaron ir con él solo le dijeron que si la necesitaban la llamarían.

-¿Lo hiciste? -le preguntaban una y otra vez, él se quedo en silencio todo el rato sin decir palabra alguna. Vacilando la mirada de un lugar a otro sin responder- ¿No responderás?

Él guardó silencio, solo miró los ojos de aquel hombre uniformadoa, desvió su mirada a otra dirección, por dentro moría de los nervios.

-Yo... No, lo hice. -contestó nervioso con la voz algo temblorosa.

-''¿Por qué mientes Seokjin? Tu cometiste ese crimen tan espantoso. Diles la verdad, escúchame a mi.''

-Entonces, ¿Quién fue? Las pruebas apuntan a ti. -continuó el interrogatorio.

-Ya déjalo. -intervino otro policía- Me quedo con él.

Y fue así como Yesung salvó la vida de Seokjin, con la condición de que algún día se entregará. Y el mismo sabía que ese momento llegaría.

¿Cuando?
Pronto.

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Otro fragmento de su vida pasada
Errores decirme
¿Desorden? Listo <3

Besos y abrazos mis Porcornitos y Porcornitas <3