Extra I

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Una noche oscura, fría y algo tenebrosa de invierno. Las calles vacías en su totalidad, sin un alma por algún lado y ninguna una fiesta a lo grande por ahí. Nada, solo oscuridad y soledad.

Por esas mismas frías calles se encontraba una chica sola, caminando después de salir de su turno nocturno. Sin nadie a su lado y en dirección a su casa, sin miedo, era su rutina diaria.

Por otro lado un chico de nombre Seokjin se encontraba acostado en su cama con el pensamiento pérdido en el mundo y el espacio.

Se levantó al cabo de un momento de su cama para colocarse una camisa y su calzado. Salió en dirección de la sala dónde se encuentraba su tutora sentada viendo su programa de medianoche, como de costumbre.

-Mamá iré a caminar un rato, quiero despejar mi mente no me esperes despierta.

-Seokjin es tarde, ¿Adónde irás? -le preguntó ella con notoria seriedad. Él gruñó como respuesta.

-No me esperes, dije. -finalizó para salir por aquella puerta sin esperar nada más. Sin saber ni él mismo a dónde ir.

Vagó por esas calles oscuras sin ningún fijo, la universidad lo estaba estresando y ni salir con su amigo le hacía olvidar todos los proyectos y trabajos que debía realizar. Se estaba volviendo loco y cada vez parecía menos posible esa graduación.

No pasó más de una hora cuando por aquella oscura calle una joven mujer apareció, vestida de una forma muy formal y decente, bonita y de baja estatura. Aquella misma que iba a su casa, tranquilamente.

No sé supo cómo o que sucedió con exactitud, pero, para aquel chico esa mujer era su presa y debía ir por ella. A él las mujeres no le gustaban, sin embargo una extraña sensación lo invadió cegando su conciencia total, dejando que solo su subconsciente lo guiará a aquello que le indicaba sin tener en cuenta que lo llevaría a la perdición.

En su sano juicio ese muchacho jamás tendría tales intenciones de hacer algo tan descabellado, pero por él ahora habla el pensamiento que nadie se imagina y era una verdadera pena.

Se escabullo sin hacer ruido en lo más mínimo, fallando en el acto cuando notó que ella se percató de aquello. Intento correr y gritar pero él la sujeto a tiempo por su brazo y con su otra mano libre le cubrió la boca, impidiendo que ella hiciera bulla alguna.

La acorralo en un callejón, mientras las personas de la zona yacían dormidos sin mayor preocupación, sin percatarse de que una mujer joven estaba viviendo la peor pesadilla de toda su vida.

-Cállate, puedes colaborar y todo saldrá bien. -fueron sus frías palabras.

Ella no respondió el miedo empezó a invadirla, la razón se le nubló y solo obedeció a sus ordenes. Pensó que así todo acabaría más rápido, grave error.

Él la logró amar con unas cuerdas que encontró en ese callejón, le arrebató su camisa con rapidez y en su mirada se reflejaba el deseo de aquel acto inmoral. Pero esos no eran deseos propios, el subconsciente estaba a siendo de las suyas, ahora el tenía el control de todo su cuerpo y mente.

Ella se removía para evitar que él la desnudará ganándose así una fuerte bofetada que le lastimó el labio provocando que este le sangrará, le cubrió la boca con su mano y con la otra abrió sus piernas para posicionarse en el centro de las mismas, ella usaba una falda no muy corta, moderada. La subió dejando ver sus bragas, las hizo a un lado dejando a su vista su intimada. La acarició frotando su clítoris y ella jadeo demostrando ante los ojos de él que lo disfrutaba. Aunque ciertamente no era así por el contrario eran quejidos de dolor, por su manera tan brusca de tocarla y el asco de ser manoseada sin su consentimiento .

Después de frotar esa zona y ver como esta no reaccionaba tanto, procede a desabotonar su pantalón bajando la cremallera y liberando su miembro, la chica quedo estupefacta con tal tamaño no se imaginó que fuera tan grande, aunque ella más que excitada solo sentía un miedo que le dormía todo el cuerpo. Así no debían ser las cosas.

Sin pensarlo mucho él la penetró sin previo aviso alguno, provocando un gritó desgarrador por parte de la joven que él calló haciendo presión en su boca para que está no despertará a nadie, sería su fin. Le propino otra bofetada dejando sus cinco dedos marcados en su linda mejilla y procedió a penetrarla a un más fuerte, sin piedad y ni una pizca de remordimiento, notó de momento que estaba muy estrecha y no fue hasta que sintió un líquido salir de ella justo en ese instante se dio cuenta que estaba violando a una mujer virgen, ella lloraba y por sus glúteos resbalaba aquel líquido, el cual resultó ser sangre. Él la estaba lastimando por dentro, aumento más la velocidad no sintiéndose conforme, la chica se removia por el evidente dolor en su zona baja no era así como una mujer soñaba con perder su virginidad, el tesoro más preciado de una chica.

Pasaron varios minutos hasta que él se vino dentro de ella, no satisfecho del todo. Pero ahora tenía un mayor problema y es que ella no se quedaría callada. Su plan fue a otro nivel, salió de ella lastimándola por la brusquedad. Se abrochó su pantalón y la cargó en sus brazos para ir a un lugar muy alejado de la ciudad.

-¿Adónde me llevas? -preguntó aterrada, ¿Violarla logrando arrebatarle su virginidad no le fue suficiente?

-Eso no importa mucho realmente. -dijo con un aura siniestra.

Luego de unos largos minutos que parecían eternos llegaron a un río lejos de la ciudad, la dejo caer en el suelo ocasionando que se lesionará. De ahí procedió a golpearla por sus brazos, boca, estómago, piernas, pecho y la cabeza.

Golpe por golpe, aquella chica que antes era una belleza digna de un concurso de alta gala, ahora de eso no tenía absolutamente nada, hematomas por todo su cuerpo, un ojo herido, la boca ensangrentada, la piernas y estómago marcados, estaba totalmente desfigurada. Pero aún estaba viva, se intento levantar fallando en el intento.

-¿Qué ganas con golpearme? -balbuceo, deseando gritar y lo intentó no logrando su cometido, le había salido en forma de un susurro casi inaudible.

-Nada, pero me estoy divirtiendo mucho. -soltó con malicia en la voz.

La joven se arrastro por el suelo, su cuerpo dolía demasiado y deseaba correr, huir de ahí, más le era imposible. Ella estaba grave.

-No irás a ningún lugar. -habló serio. No tuvo tiempo de responder porque justo en ese momento una navaja atravesó su garganta provocando que ninguna palabra fuera pronunciada, se retorcía por la falta de aire y él solo la veía como moría lenta y dolorosamente. En su mirada no había expresión alguna, nada, solo una mirada vacía.

Las últimas horas de aquella mujer fueron escalofriantes, quién iba a pensar que ese sería su  trágico final. Debió haber gritado cuando tuvo la oportunidad y se hubiera evitado todo ese infierno porque donde estaban antes podían salvarla, en ese lugar nadie lo haría. Y por ese error terminó muerta, una oscura, siniestra y triste muerte. A los 26 años muere aquella mujer, que su nombre se desconoce, la familia pagó para que eso no se diera a conocer, ellos no aceptaban ni aceptarían esa noticia, solo querían al culpable de aquel acto tan atroz, era una buena chica por qué alguien querría lastimarla. Ella quedo en completo anónimo y su asesino divagaba en las calles como si aquello hubiera sido de lo más normal. Se notaba desde lejos el corazón frío, pero ni eso explicó que lo conllevo a cometer tal delito, solo supo que no había vuelta atrás. Que lo hecho estaba hecho y la muerte no tiene remedio.

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Primer Extra, último fragmento del pasado de Seokjin

Errores decirme

¿Desorden? Yo prometí y cumplí mejorar el desorden, y así lo hice :*v

Me siento conforme con este capítulo, siento que lo escribí bien, ¿qué dicen ustedes?

Hasta la próxima mis Porcornitos y Porcornitas *korazonez* <3

Triste pero cierto.|| 2Seok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora